La cita olímpica ha superado la Guerra Fría, boicots, atentados terroristas y epidemias; solo la Primera y Segunda Guerra Mundial provocaron la suspensión en 1916, 1940 y 1944.
Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, del 24 de julio al 9 de agosto, siguen en pie pese a la amenaza de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus y la corriente de protesta alimentada por deportistas y directivos que piden su aplazamiento, según reiteró el martes el Comité Olímpico Internacional (COI).
“El COI sigue totalmente comprometido con los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y, a poco más de cuatro meses para su celebración, no hay necesidad de tomar decisiones drásticas y cualquier especulación en este aspecto sería contraproducente”, subrayó el COI tras la reunión a distancia que mantuvo con representantes de comités olímpicos, federaciones internacionales y deportistas.
El COI mantiene así la confianza en que Japón y el resto del mundo ganarán el pulso a la pandemia del Covid-19, aunque ésta ha provocado aplazamientos y suspensiones de los preolímpicos, así como alterado la preparación por el confinamiento en sus domicilios de los deportistas que construyen su sueño olímpico.
Aunque los Juegos Olímpicos se han visto afectados por guerras, conflictos políticos, epidemias y boicots, desde la primera edición de la era moderna, en 1896 en Atenas, la cita tan solo se suspendió en tres ocasiones, las de 1916, 1940 y 1944, debido al estallido de la Primera y Segunda Guerra Mundial.
Desde aquel 6 de abril de 1896 en Atenas, los Juegos Olímpicos de verano se han disputado cada cuatro años, excepto los de Berlín en 1916, Helsinki en 1940 y Londres en 1944 por estos conflictos bélicos, pero las capitales alemana, finlandesa y del Reino Unido los albergarían más tarde, en 1936, 1952 y 1948, respectivamente.
Inicialmente, los Juegos de 1940 se otorgaron a Tokio, pero en un telegrama fechado el 16 de julio de 1938 el miembro del COI de Japón Togukawa Soyeshima anunció que, debido a las prolongadas hostilidades sin perspectivas de paz inmediata, se decidió cancelar la cita olímpica.
Posteriormente, el COI la trasladó a Helsinki, aunque en abril de 1940 se les retiró porque era imposible su celebración debido a la situación internacional y el presidente del COI, Baillet-Latour, anunció en una circular del 2 de mayo de 1940 que, de conformidad con la Carta Olímpica, los juegos no tendrían lugar.
Múnich 72: Septiembre negro
El ataque terrorista en la Villa Olímpica el 5 de septiembre de 1972 provocó la suspensión durante 36 horas de los Juegos de Múnich. Once miembros del equipo olímpico israelí fueron secuestrados por el comando terrorista palestino Septiembre Negro. Los terroristas asesinaron a dos atletas y después al resto tras un intento fallido de liberación. Sin embargo, el entonces presidente del COI, Avery Brundage, decidió que los juegos debían continuar.
Otro atentado, el del 28 de julio de 1996 en el Parque Olímpico del Centenario de Atlanta (Estados Unidos), con dos muertos y 111 heridos, provocó también un aplazamiento de 24 horas, aunque el español Juan Antonio Samaranch, máximo mandatario del COI en aquel tiempo y padre del actual vicepresidente, ordenó que no se aplazaran.
Al margen de ello, en los años de la Guerra Fría los boicots fueron una constante en el último cuarto del siglo pasado. En 1976, algunos países africanos no participaron en los Juegos de Montreal en respuesta a la actuación de Nueva Zelanda, que había violado el boicot internacional a Sudáfrica, entonces aún bajo el apartheid.
Boicots en Moscú 80 y Los Ángeles 84 y el zika
La invasión soviética de Afganistán impulsó a Estados Unidos y a otros 64 países aliados a no viajar a los Juegos de Moscú en 1980, lo que redujo el número de participantes a 81, la cifra más baja desde Melbourne en 1956.
Los exsoviéticos respondieron de igual forma cuatro años más tarde en Los Ángeles 84, y no estuvieron junto a otras 14 naciones del bloque del Este. Los países que boicotearon estos Juegos organizaron los Juegos de la Amistad ese mismo agosto.
En Seúl 88, Corea del Norte presionó al COI para organizar una edición conjunta con su país vecino del Sur, pero ante la negativa del máximo organismo olímpico llamó a boicotear los juegos y esta renuncia fue apoyada únicamente por Cuba, Nicaragua, Albania y Etiopía.
La última gran crisis relacionada con los juegos fue hace cuatro años por la amenaza del virus Zika, una enfermedad que se transmitía por la picadura de un mosquito y que podía traer complicaciones especialmente a las mujeres embarazadas. Algunos deportistas, entre ellos los españoles Pau Gasol y Mireia Belmonte, expresaron su preocupación, pero los Juegos de Río se celebrarían sin problemas.