Jaén es uno de los tantos pueblos maravillosos con los que España puede sorprender a quien visita esas partes de su territorio que no suelen ocupar las primeras páginas de las revistas de turismo. Dándose uno la oportunidad de conocerlo, comprende por qué quienes viajan allí intentan volver pronto. Y es que la prensa británica se deshace en halagos con este pueblo de España.
Con poco más de 100.000 habitantes, esta localidad enamora a todo aquel que tiene la posibilidad de degustar sus propuestas gastronómicas, entre las cuales destacan las que, por un precio menor, incluyen tanto una bebida como una tapa, permitiéndole al recién llegado beber y comer barato.
El pueblo de España que atrapa a la prenda británica
La publicación The Guardian destaca algunos lugares de esta población: el bar más viejo del pueblo, Casa Gorrión, donde no pocos quedan absortos al ser testigos de su pata de jamón momificada hace más de un siglo, dando cuenta de los años y años que hace que quienes pasan por Jaén disfrutan de su arte.
Del mismo modo, vale la pena detenernos en El Abuelo, para disfrutar de sus patatas alioli, clásico en toda regla de la casa, como de las alpargatas de tomate con bacon, como ellos denominan a esa preparación de pan tostado sobre el cual se colocan los otros ingredientes, con diferentes sazones.
Y ya que sabes dónde calmar el apetito, es momento de detenernos en algunos de esos recorridos indispensables de un fin de semana en Jaén, como ir hacia la cruz del Castillo de Santa Catalina, seguramente el mejor punto de la localidad para ver la puesta del sol, esos atardeceres mágicos propios de los pueblos en los que no hay imponentes edificaciones que puedan llegar a taparlos.
Los amantes del apartado más cultural de estos sitios deberían pasar por un par de museos con los que espera por los extraños, como el Museo Provincial y el Museo Íbero, donde uno puede acercarse a la historia de la localidad, comprendiendo mejor cómo se fue formando, durante siglos.
Con un claro aire andaluz, que se percibe en cada esquina, y un centro urbano como unos barrios repletos de esa personalidad única de esta parte de la geografía nacional, recomendamos andar detenidamente por La Merced, San Bartolomé, San Juan y San Ildefonso… y La Magdalena.
Precisamente, este último barrio de La Magdalena es objeto de una de las tantas leyendas populares, la que dice que un lagarto se apareció en las calles ante el pavor de los vecinos, y que sólo pudieron deshacerse de él cuando un pastor tuvo la idea de llenar la barriga de una oveja muerta con pólvora. El lagarto no pudo evitar la tentación y, al querer alimentarse con ella, voló por el aire en pedazos.
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