Tras Francia y Eslovaquia, Ucrania es el país del mundo que más depende de la energía nuclear para cubrir su demanda eléctrica. En 2020, más del 50% de su electricidad provino de sus 15 reactores. A medida que avanza la invasión rusa y los enfrentamientos se aproximan a las instalaciones atómicas crece la preocupación de los organismos internacionales por el riesgo de desencadenar un accidente radiactivo de catastróficas consecuencias. Ucrania tiene experiencia: en abril se cumplirán 36 años del desastre de Chernóbil, el accidente nuclear más grave de la historia.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) está realizando un seguimiento estrecho de la situación desde el estallido del conflicto. Y en sus informes advierte: existe un “riesgo muy real de que las instalaciones con material radiactivo sufran daños durante el conflicto, con consecuencias potencialmente graves para la salud humana y el medio ambiente”. “Hago un llamamiento urgente y enérgico a todas las partes para que se abstengan de cualquier acción militar o de otro tipo que pueda amenazar la seguridad de estas instalaciones”, pidió este domingo el director general del OIEA, el argentino Rafael Mariano Grossi. El lunes, ante las informaciones que apuntaban al avance de las tropas rusas cerca de la mayor central nuclear del país, ubicada en Zaporiyia, Grossi insistió en sus advertencias: “Es extremadamente importante que las plantas de energía nuclear no se pongan en riesgo de ninguna forma”.
La Inspección Estatal de Regulación Nuclear de Ucrania (SNRIU) informó el fin de semana del impacto de misiles en las instalaciones de un centro de residuos radiactivos en Kiev, aunque sin daños en el edificio ni indicios de una liberación tóxica. Además, siempre según el OIEA, la sucursal en Kiev de la empresa estatal especializada Radon fue atacada, lo que obligó a su personal a refugiarse durante la noche del sábado al domingo. “Estas instalaciones suelen contener fuentes radiactivas en desuso y otros desechos de baja actividad de hospitales e industrias”, explica el OIEA.
Las preocupaciones no se centran tanto en las instalaciones de desechos radiactivos sino en los 15 reactores en activo (repartidos por cuatro centrales) con los que cuenta Ucrania. El OIEA esté siguiendo con “especial atención” la “seguridad tecnológica y física de sus reactores nucleares” en funcionamiento.
Los combates en el sur de Ucrania se están acercando a la ciudad de Zaporiyia, donde se encuentra la mayor central nuclear del país y de Europa. Ambas fuerzas se disputan el control de esta central, según Reuters. Mientras que las autoridades rusas afirman haber tomado el sitio, la empresa ucrania que gestiona las instalaciones lo desmiente y afirma que sigue suministrando electricidad a todo el país. La central cuenta con seis reactores y tiene una potencia de 5.700 megavatios —Almaraz, la mayor de España, es de 1.100 megavatios—.
La OIEA afirmó este lunes que el Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania le había informado de que “las fuerzas rusas estaban operativas cerca de las instalaciones, pero no habían entrado” todavía en la planta. Grossi recalcó que se debe evitar cualquier acción militar o de otro tipo que pueda amenazar la seguridad de la planta.
Ya hubo enfrentamientos en la zona de exclusión de Chernóbil al inicio de la invasión. El Gobierno ucranio informó el jueves de un aumento de los niveles de radiación en la zona, que se atribuyó al paso de vehículos militares pesados que removieron el suelo contaminado. El OIEA aclaró que “las lecturas de radiación permanecieron bajas y no representaron ningún peligro para el público”. Además, las instalaciones seguían operando con normalidad este fin de semana.
El OIEA y el Grupo Europeo de Reguladores de Seguridad Nuclear (ENSREG) mantuvo el domingo una reunión con el regulador ucranio. Tras el encuentro, ENSREG emitió un comunicado de condena a la invasión rusa y pidió “la máxima moderación, para evitar cualquier acción que pueda poner en riesgo las instalaciones nucleares del país”. Este grupo coordinador, del que forma parte el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) de España, mostró su “gran preocupación” por los ataques con misiles directamente desde la zona de exclusión de Chernóbil. Y expresó una preocupación similar por el resto de instalaciones nucleares del país. Esta organización pidió que se deje al personal de las centrales “ejercer sus responsabilidades reglamentarias en materia de seguridad nuclear en todos los emplazamientos nucleares del país”.
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