Perfectos desconocidos, la primera película original árabe producida por Netflix, era una apuesta atrevida y no ha tardado en demostrarlo. Basada en la exitosa producción italiana de 2016 del mismo título que también llevó al cine Álex de la Iglesia en una versión española, el filme retrata una cena íntima entre un grupo de amigos que da un vuelco inesperado cuando todos acuerdan compartir las llamadas y los mensajes que les llegan al móvil, lo que pone encima de la mesa temas delicados en la región. El resultado, aunque aplaudido por muchos, ha generado una intensa polémica, sobre todo en Egipto, por abordar cuestiones que, para algunos, socavan los valores tradicionales de la sociedad.
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La película, presentada en Dubái y lanzada en la plataforma de streaming el 20 de enero, trata asuntos como las relaciones extramatrimoniales y el sexo premarital, incluye a un personaje homosexual, muestra a las protagonistas bebiendo alcohol y fumando, y contiene una escena en la que una de ellas se quita la ropa interior, aunque no hay ningún desnudo. Por contenidos y detalles como estos, el filme ha creado controversia: es celebrado por algunos por ofrecer una imagen más representativa de la sociedad, pero también criticado duramente por otros que han querido ver en él un intento de promover o de normalizar las infidelidades o la homosexualidad.
“Una de las principales funciones del arte es discutir cómo vivimos y cómo lidiamos con todo lo que nos rodea, y la tecnología, por supuesto, es uno de estos elementos; por lo que creo que la película es muy importante, porque nos está poniendo en el centro de estos asuntos”, señala el crítico de cine egipcio Rami Metwally. “Mucha gente piensa que Netflix está intentando cambiar la sociedad egipcia, sus costumbres y su cultura. Es un error, pero la gente lleva pensando así muchos años”, agrega.
Wissam Smayra, director de la película ‘Perfectos desconocidos’, el 17 de enero en Dubái.Netflix
Entre estos últimos se encuentran figuras que a menudo se han autodesignado en Egipto como guardianes de la moral pública ante acontecimientos que perciben como una amenaza a los estrictos valores sociales. En este sentido, las películas y series de producción local más populares en el país son muy conservadoras y heteronormativas en la construcción de sus personajes, particularmente los femeninos. A finales del año pasado, sin ir más lejos, el filme Eternals, de Marvel, fue censurado en cines egipcios por sus escenas homosexuales. Pero la entrada de Netflix permite sobrepasar estas restricciones. Y a juzgar por las cifras, la apuesta parece un éxito: Perfectos desconocidos encabeza la lista de los títulos más vistos de la plataforma en el país.
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Uno de los más fervientes críticos con el filme ha sido el periodista y diputado del Parlamento egipcio Mostafa Bakry, que ha llegado a presentar una petición urgente contra la película por “abordar temas que violan las tradiciones de la sociedad egipcia, siendo el principal la promoción de la homosexualidad y la infidelidad matrimonial”. Un abogado, Ayman Mahfouz, ha asegurado haber presentado una demanda contra la estrella egipcia Mona Zaki, una de las protagonistas, y ha señalado que enviaría una advertencia al Ministerio de Cultura para impedir que la película se proyecte en Egipto, algo que la autoridad de censura del país ya ha explicado a medios locales que no puede hacer. La producción también ha despertado la ira del Partido de la Luz, una formación salafista egipcia.
El director y los actores de la película ‘Perfectos desconocidos’, en el estreno del filme el 17 de enero en el hotel Bulgari de Dubái.
En las redes sociales, muchos usuarios se han sumado a estas críticas feroces contra la película, que ha sido objeto de miles de comentarios, haciéndose eco de las acusaciones de vulnerar los valores de la sociedad egipcia, de reflejar una cierta decadencia moral en el ámbito artístico o de normalizar “la imagen de una sociedad rota”. Cabe mencionar que algunos de los contenidos reprobados, como fumar, beber alcohol y mantener relaciones extramatrimoniales, son muy comunes en los personajes masculinos de series egipcias.
Por otro lado, la película y en particular Mona Zaki, que ha sido el principal blanco de las afrentas, han recibido el apoyo de buena parte de su sector. El Sindicato de Actores egipcio difundió el lunes un comunicado en el que reafirma su compromiso con la defensa de la libertad artística en el país, muestra su oposición a los intentos de intimidar a un artista egipcio por su trabajo y subraya el papel de las artes para abordar temas espinosos.
Colegas de profesión de Zaki, como las estrellas Amr Waked y Hend Sabry, han defendido a la actriz en las redes y en intervenciones en medios egipcios. “La locura que está ocurriendo con Mona Zaki debe parar. El extremismo y el fanatismo aumentan en la sociedad como si fuéramos una sociedad sin historia”, criticó Waked, famoso por su papel en la película estadounidense Syriana, en un mensaje en Twitter.
Otros usuarios en las redes sociales han subrayado la doble moral de muchos de los que se han lanzado a criticar la película y a Zaki, y que luego guardan silencio ante crímenes extendidos en el país como el matrimonio infantil, las violaciones y el acoso sexual. También ha habido usuarios que han recordado a quienes no les gusta la película que están en su derecho de no mirarla. Y comentaristas, como la egipcia Eman Adel, que han atribuido la “agitación irracional contra la película” a una “obsesión generalizada por la negación y la supuesta afirmación de que cualquier problema social puede ocurrir en todo el mundo, pero no en este país”.