Algo se ha roto en el corazón de Belén Esteban tras el jarro de agua fría que ha supuesto la cancelación de Sálvame a partir del próximo 16 de junio. Ella misma lo avisaba semanas antes de saber el desenlace: «El día que acabe Sálvame yo acabaré con el programa». Son días casi de luto para todos aquellos que forman la familia del plato fuerte de La Fábrica de la tele. También para la fiel audiencia que durante los últimos 14 años nunca han abandonado su cita a las 16.00 horas cada tarde de lunes a viernes. A fin de cuentas, es un espacio que para lo bueno o para lo malo ha hecho historia en la televisión de este país y que ahora vive sus últimas horas.
Y lo hace a caballo entre la nostalgia, la desilusión y la incertidumbre. Tres sentimientos que perfectamente podría tener cada uno de los trabajadores del neorreality conducido por Jorge Javier Vázquez, Adela González y Terelu Campos. Entre esos asalariados se encuentran, obviamente, las estrellas de Sálvame: presentadores y colaboradores. ¿Cuál va a ser el futuro de todos a partir de este verano que ya asoma a la vuelta de la esquina? La cuestión no es baladí ya que deberán reenfocar sus carreras profesionales, con mayor o menor suerte.
El caso de Belén Esteban es paradigmático de todo lo anterior. Es imposible hablar de Sálvame sin hacerlo de ella, son la perfecta simbiosis. Aunque su primera vez en televisión fue hace veintitrés años en el extinto Día a Día, donde habló de su ruptura con el mediático Jesulín de Ubrique -que a diferencia de Belén está viendo relanzada su carrera televisiva- , fue en el plató de Sálvame donde creció como rostro televisivo.
Y lo hizo con unas cosas disparadas de popularidad y un carácter carismático y con el que el público empatizaba. Así es como nació el mote de La princesa del pueblo que tan bien refleja su personalidad natural y espontánea. Ahora, un mar de dudas se cierne sobre ella.
La colaboradora sigue siendo uno de los tesoros que Mediaset quiere conservar, pero ahora mismo no hay formatos en el grupo que se adapten a ella. Igual que le pasa a Jorge Javier, tiene un contrato de larga duración en vigor con varios ceros detrás. A la espera de buscar la manera de enrolarse en varios proyectos, Belén Esteban se podrá volcar en su empresa de alimentación, Sabores de la Esteban.
El inquietante escenario de Belén Esteban: «No vale para la nueva TV»
Quien ha tratado con ella asegura que la de San Blas puede encontrarse con algunos problemas para volver a trabajar en la pequeña pantalla, tal y como está entendida hoy en día: «Belén es un perfil de televisión antigua, en la que te venían a buscar, te vestían, te maquillaban, te peinaban y te decían todo lo que tenías que hacer».
Este testimonio al que ha tenido acceso Look cree que Belén Esteban podría encontrar escollos para adaptarse a otro rol y al actual modo de entender la industria: «Solo sabe hablar de ella misma, no encaja en la televisión actual y el nuevo Telecinco no le puede ofrecer lo que sí hacía en Sálvame».
La fuente se refiere a cómo el contenido en tv ha virado hacia uno más impersonal en el que se priorizan las entrevistas, pero no el de opinar de la vida de los demás a diario. Y señala un aspecto que no es baladí vestido de crítica: «Se ha convertido en todo aquello que criticaba cuando salió hablando de Jesulín. Intenta manipular a los medios a su gusto pero la sociedad ha cambiado y ahora se tiene más acceso a la información, ya no nos puede engañar».
Sobre lo que vendrá en el futuro, solo el destino lo sabe. Pero si algo le sobra a Belén Esteban es positivismo, el mismo con el que deja caer que «de alguna manera volveremos», en declaraciones a Lecturas. Y ganas le sobran: «Lo que no quiero es estar en mi casa porque se me cae encima y yo quiero dar todo de mí porque tengo mucho que dar todavía», dice. ¿Recuperará su trono la princesa sin reino?