“El colaborador más funcional que tiene el presidente Andrés Manuel López Obrador es Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores”, destaca Raymundo Riva Palacio.
“Templo Mayor”, en Reforma:
“Apenas llegando a la presidencia de la CNDH, Rosario Piedra Ibarra tendrá que ponerse a chambear para atender la primera denuncia de su gestión: ¡una contra ella misma! Resulta que el colectivo Periodistas Desplazados de México AC interpuso una queja en su contra por minimizar -por no decir ningunear- los casos de agresiones en contra de la libertad de expresión en el país. Y es que no cayó naaada bien que una de sus primeras acciones como encargada de los derechos humanos fuera hacerse la sorprendida preguntando que si a poco en estos tiempos están matando a periodistas. El reclamo contra Piedra Ibarra es puntual y muy sencillo: que se disculpe. A ver si la nueva titular de la CNDH asume la responsabilidad de sus dichos”.
“Bajo Reserva”, en El Universal:
“Quienes no tendrán Buen Fin son los trabajadores del ISSSTE. Se quejan de que a diferencia de otros empleados del gobierno federal que trabajan en dependencias del Sector Salud, como por ejemplo, en la propia Secretaría de Salud, que cobrarán su aguinaldo entre hoy y mañana 15 de noviembre, y podrán hacer compras este fin de semana de ofertas, ellos solo se tendrán que conformar con ver los anuncios. Nos explican que su aguinaldo les será pagado hasta el 9 de diciembre, la primera parte, y la segunda, el 9 de enero. Así que los trabajadores del ISSSTE, que dirige Luis Antonio Ramírez Pineda, andan tristes y enojados, pues tampoco tendrán dinero para encargar regalos a los Reyes Magos y pasarán una Navidad austera, pero eso sí, muy al estilo de los principios de la 4T”.
“Estrictamente personal” de Raymundo Riva Palacio en “El Financiero”:
“El colaborador más funcional que tiene el presidente Andrés Manuel López Obrador es Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores. Esta semana dio muestras de su capacidad al rescatar a Evo Morales, de Bolivia, y, al mismo tiempo, abrirle un tanque de oxígeno político al Presidente, que se estaba asfixiando en la crisis de seguridad. Una chuza política que le trajo costos y beneficios, pero que logró sus principales objetivos, cambiar la conversación –para ayudar a López Obrador–, y retomar la política exterior –escapando por un momento del rol de bombero que le tienen asignado en Palacio Nacional. El gambito está en la díada del costo-beneficio. Los costos por haber llevado a cabo una acción que polarizó a la sociedad –más por el encono hacia López Obrador, quizás, que por rechazo a Morales”.
“Frentes Políticos” en Excélsior:
“¿A quién quiere engañar el gobernador de Colima, José Ignacio Peralta Sánchez? Negó que la entidad represente un riesgo para quien la visita, sea nacional o extranjero. No le gustó la alerta que emitió el gobierno estadunidense para sus connacionales, a quienes informa del riesgo de viajar a dicho estado. El mandatario dijo que “si es necesario podemos viajar a Washington para explicar qué es lo que está pasando”. Todo lo hace mal. A quien debería explicar qué es lo que sucede en su administración es a los colimenses. ¿Usted cree que el gobierno de los Estados Unidos creerá que Colima es seguro sólo porque lo piense el gobernador? Si desde allá ven una entidad peligrosa, sin duda lo es. ¿Para qué mentir?”.
“Trascendió Nacional” en Milenio:
“La que estaba todavía ayer que no la calentaba ni el sol era la panista Xóchitl Gálvez, quien daba una entrevista junto con el coordinador del PRD en el Senado, Miguel Ángel Mancera, cuando se le acercó a saludarla Félix Salgado Macedonio. La hidalguense rechazó el abrazo y le pidió que la dejara responder a los reporteros, a lo que el morenista apuntó “ya supérenlo”, en referencia al sainete de la víspera en que la ombudsperson tomó posesión en medio de una exhibición de rudos contra rudos y en la que Gustavo Madero acabó en la lona”.