La dirigente opositora venezolana María Corina Machado, el pasado mes de enero.GABY ORAA (REUTERS)
El descalabro que ha vivido la oposición venezolana en los últimos meses ha colocado a liderazgos menos tradicionales, incluso impensables hace un tiempo, al frente de la carrera por las primarias del 22 de octubre para escoger el candidato que enfrentará a Nicolás Maduro en las presidenciales de 2024. Una política del espectro más conservador y radical, María Corina Machado, y el comediante Benjamín Rausseo, mejor conocido por su personaje Er Conde del Guácharo, lideran las intenciones de votos entre opositores en distintos sondeos de opinión. Esto ocurre cuando el 66,2% de los encuestados en el mes de enero por More Consulting describen la situación del país como mala.
La oposición intenta recomponerse luego de haberle complicado al Gobierno la partida en los últimos tres años con el cerco internacional y las sanciones, un forcejo en el que la coalición terminó aún más fragmentada. El proceso de primarias parte, sin embargo, con 30% de disposición a participar entre opositores y no alineados, en un escenario en el que el Gobierno ha perdido la fortaleza que logró durante los primeros siete meses de 2022, cuando logró mantener la economía estable. Maduro todavía retiene entre un 26 y 30% de aprobación, lejos de sus peores años de popularidad.
La composición del país que define la encuesta de More Consulting dibuja un 43,4% de no alineados, 31,5% de opositores y 25,1% de seguidores del oficialismo. Entre todos, un 86% quiere un cambio político. Al comienzo de la carrera por las primarias, los venezolanos expresan su rechazo a los políticos tradicionales. Machado ha logrado figurar de primera entre opositores y no alineados, en opinión de Luis Vidal, director de More Consulting, porque “la gente no le atribuye responsabilidades sobre los errores” cometidos por la dirigencia opositora que estuvo al frente los últimos años. “Ella es muy sólida en un grupo que comparte sus ideas, pero su techo de crecimiento es bajo, y no va poder morder muchos votos de los no alineados, de quienes vienen decepcionados del chavismo o de los que están obstinados de la confrontación”, añade.
El economista y analista político Luis Vicente León, socio director de la firma Datanalisis, asegura que por el momento hay una medición de pequeños candidatos, pero todavía es difícil señalar a uno que lidere realmente. “La elección primaria la ganará quien pueda fundamentar alianzas, más que candidatos aquí hay bloques de opinión. Un sector político moderado, de diversas gradaciones, de enorme tamaño, que incluye a Manuel Rosales, a Capriles, a Acción Democrática. María Corina es la líder del grupo radical, y viene creciendo, sin dudas. También Juan Guaidó buscará alianzas en torno a su figura”.
El actuario y especialista en estadísticas Félix Seijas, de la firma Delphos, y Jesús Seguías, director de la firma Datincorp, también reconocen que Machado se abre paso con inusitada claridad en los números. “Machado tiene muchos atributos personales y ha crecido en nuestros sondeos”, dice Seguías. “Pero tiene un porcentaje modesto, todavía, unos 17 puntos. Está capitalizando un enorme descontento a partir del fracaso del gobierno interino. Su postura radical le coloca un techo a su candidatura. La gran mayoría del país quiere un desenlace natural, por la vía pacífica, que se deroguen las sanciones internacionales”.
Para Seijas, Machado ha mantenido estratégicamente su postura estos años: estar al margen, en el sector radical. “El fracaso del G4 le acerca una oportunidad y ella está suavizando su discurso para presentarse como una alternativa. Tiene posibilidades”. En el electorado hay un ambiente parecido al de los años 90, cuando emergió la figura de Hugo Chávez. “Hay desencanto, la sociedad parece estar buscando una cosa nueva. Aunque ella no es, en rigor, ninguna outsider”.
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Ese lugar de outsider podría ocuparlo Er Conde del Guácharo, un abogado, empresario del espectáculo, músico y comediante que ya coqueteó con la política como candidato presidencial en 2006, cuando Chávez estaba en su mejor momento, una contienda de la que se retiró finalmente y luego volvió a postularse para un cargo de gobernador y solo obtuvo 4% de los votos. León atribuye el vuelo que ha tomado Rausseo, “a un sector irreverente, que necesita un castigo a la política formal, que busca un personaje para desahogar su rabia”. “Pero no es un estadista, no es Macron, sino un personaje extravagante, como la Cicciolina, el mismo Volodimir Zelensky. Pero ese segmento puede crecer”, añade.
Este tablero de juego con el que inicia el ciclo hacia las primarias no es una expresión de antipolítica, dice Vidal. “Los venezolanos están muy dispuestos a votar, no están despolitizados, pero ahora parece que son más selectivos en las peleas que va a dar”.
Primarias amenazadas
Esta semana, el mismo día en que se anunció la fecha de las primarias, Nicolás Maduro tuvo una participación en el programa Con el mazo dando de Diosdado Cabello, desde donde el operador político del Partido Socialista Unido de Venezuela dicta lineamientos que suelen levantar el caos en la oposición. Las cabezas del chavismo no evitaron el tema de las primarias y se aventuraron a pronosticar que no se realizarían. “Yo dije desde el primer momento que aquí no va a haber primarias. Esto es una forma de ganar tiempo. Mis pronósticos son sin truco ni maña”, dijo Cabello. a lo que Maduro asintió.
“El Gobierno pondrá obstáculos a cualquier cosa que ayude a la oposición a consolidar una plataforma que pueda lucir convincente”, apunta Seijas. “La elección de un líder fortalece claramente las opciones de la oposición, y el chavismo necesita la dispersión del liderazgo. Unas primarias exitosas significarían eso, y eso es lo que el chavismo quiere evitar. La oposición tiene que jugar inteligentemente”. En el discurso, al menos, Maduro parece haber replegado sus gestos de amplitud y durante la misma conversación con Cabello esta semana aseguró que no había razones para volver a la mesa de negociaciones en México, donde la oposición está pujando por mejores condiciones para competir electoralmente.
La incorporación del Consejo Nacional Electoral a la realización de las primarias será un factor decisivo en la carrera y en la evolución del liderazgo de María Corina Machado, que se opone a que la institución sea parte del proceso interno. El Gobierno podría dar el respaldo logístico a las primarias con el CNE y esto descalabraría a Machado en la delantera, una opción que ha empezado a sonar fuerte en sectores populares. Unos comicios autogestionados por la oposición implican un esfuerzo logístico grande y complejo, que comprometer la participación. Y ahí la oposición se pone ante un nuevo dilema. Aunque el Gobierno sigue teniendo un rechazo mayoritario, de cara a un posible cambio político en Venezuela las posibilidades de que la oposición se quede atascada en sus fragmentaciones están en todos lados.
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