A muy pocas semanas de que tenga lugar la esperada boda entre Tamara Falcó (41) e Íñigo Onieva (33), continúan sucediéndose las informaciones que afectan a la pareja. La última, el posible embarazo de la marquesa de Griñón que tanto ella como el empresario ya han desmentido; o la gran ausencia de Enrique Iglesias (47) al enlace, quien cabe recordar que no acudió a la boda de Julio José primero (50) y tampoco a la de su hermana Ana (34).
Quien tampoco estará es Boris Izaguirre (57). Pues pese a que el televisivo y la socialité siempre han presumido de una gran amistad, las polémicas declaraciones de Falcó hace unos meses acerca de las personas homosexuales, enmarcadas en un evento ultracatólico que tuvo lugar en México, y un posterior articulo de Boris sobre ello, habrían hecho mella en su relación e inmediatamente después, a priori, también a la que el venezolano mantenía con Isabel Preylser (72).
Precisamente sobre esta última aportó nuevo detalles en la tarde de ayer Kiko Matamoros en Sálvame. El colaborador confirmó lo que era ya un secreto a voces: «Boris Izaguirre no irá a la boda de Tamara Falcó. En el peor momento de Tamara, Boris se posicionó en su contra y ni Isabel ni Tamara se lo han perdonado. Cuando tú le abres las puertas de tu casa a una persona, le has dado confianza y un espacio, lo mínimo que tienes que ser en la vida es agradecido», expresó. Sin embargo, lejos de quedarse ahí, Matamoros ahondó en nuevos motivos que explicarían el distanciamiento entre los dos, hasta ahora desconocidos.
Al parecer, en la misma fiesta en la que se puso «punto y final» a la relación de Isabel Preysler con Mario Vargas Llosa, se produjo un incidente con Rubén, pareja de Boris, que fue clave. «Rubén fue a pedirle cuentas a Isabel de por qué no contestaba a los WhatsApps que le había enviado, a las notas de teléfono. Su tono fue bastante feo, explicó Kiko.
Pero a Isabel no le molestaron únicamente las formas. «Peor fue cuando vio que se dirigió [Rubén] a Ana Boyer con unos aspavientos fuera de lugar y dándose cuenta todos los invitados. Ahí se acabó cualquier posibilidad de reencontrarse», explicó Kiko. «Mientras tanto, Boris, que estaba en la fiesta, pero estaría escondido, no dio la cara. Ni se le ocurrió ir a Isabel a pedirle disculpas. A partir de ahí sí que ya se clavaron ellos solitos los clavos del ataúd donde les ha metido Isabel. e clavaron ellos solitos los clavos del ataúd donde les ha metido Isabel», añadió.
Boris Izaguirre e Isabel Preysler se han mostrado siempre muy unidos. De hecho, era tal su relación hasta el momento, que el venezolano era uno de los invitados frecuentes a las reuniones y fiestas que organiza la socialité en su mansión de Puerta de Hierro, en Madrid, y que se muestran en el docu reality que protagoniza Tamara Falcó en Netflix, La Marquesa.
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