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La rebeldía de Guedes levanta al Valencia

Guedes se lleva la mano a la boca, pidiendo silencio, en la celebración del gol de la victoria.JOSE JORDAN / AFP

Gonçalo Guedes, un espíritu libre y rebelde, le dio tres puntos al Valencia con un zapatazo en el tiempo de descuento. Antes había empatado Carlos Soler de penalti. Hasta ese momento, el once del murciélago era víctima de su inoperancia y de una normativa, la que penaliza las manos dentro del área (justamente este viernes la IFAB matizó algunos aspectos de esta reglamentación), que perjudica a los árbitros, a los clubes y al campeonato, y que no entienden los protagonistas del juego. El Villarreal, desdibujado y simplón, tropezó con Cillessen cuando se acercó a portería y se le escapó el partido cuando lo tenía en el bolsillo.

Desde la lesión de Cheryshev, que lleva un mes fuera del equipo, Javi Gracia tiene un problema en la izquierda. Enfadado con la actitud pasota de Guedes en la cita de Valdebebas contra el Madrid, recurre a Álex Blanco o a Yunus. El primero juega a pierna natural; el segundo, una bala de cañón por la derecha, se ofusca en el otro perfil. Frente al Villarreal volvió el primero. La opción de Toni Lato, un lateral ofensivo, no la contempla y por ese costado el Valencia está cojo y desequilibrado. Guedes entró en el partido por sorpresa en el tramo final y, por ese perfil, volteó el encuentro.

Javi Gracia estiró su estructura para sorpresa de Unai Emery. Timorato y encogido como un equipo pequeño desde que arrancó el curso, el Valencia le enseñó los dientes al Villarreal. Adelantó la defensa y presionó la salida de balón con un Kang In muy dinámico en la organización y en la asunción de mayores responsabilidades en la creación. Gayà, más alto que en las últimas fechas, percutía por su costado. El conjunto local era superior en una primera mitad plana sin lanzamientos a puerta.

Un centro de Estupiñán en su única aparición ofensiva de provecho lo cabeceó Gerard Moreno, y la pelota, en su camino hacia la portería, se estrelló contra el brazo derecho de Gayà, que estaba de espaldas a la acción, desequilibrado y en pleno salto. Estrada Fernández consultó la acción en la pantalla del VAR y pitó penalti ante el estupor del capitán del Valencia. Gerard transformó y marcó su decimoquinto gol en la Liga. Gayà vio la quinta amarilla de la temporada como minutos antes la recibieron Racic y Carlos Soler y en el tramo final Maxi. Los cuatro serán baja para jugar ante el Levante.

Con el marcador a favor, Emery intentó mejorar a su equipo a la vuelta de vestuarios. No lo consiguió. Entraron Pedraza y Trigueros y el balón fue amarillo. El Villarreal anestesió el encuentro para sacudirlo cuando quiso, pero el Valencia, contestón, se rebeló y se sujetó en su portero. Cillessen despejó un disparo de Gerard con la mano izquierda en una estirada llena de reflejos, igual que en el primer acto había sacado otra clara ocasión con el pie de Alcácer.

Cambio decisivo

En el Valencia, Maxi, pura desesperación, volvía a estar inoperante y fallón. Gayà, sin cadena, sacó otro centro desde su costado y Wass estrelló de cabeza la pelota en el travesaño. La respuesta del Villarreal fue un disparo de Pedraza que, otra vez, Cillessen desvió a córner. Gracia, desesperado, indultó a Guedes y metió en el campo a la vez a Gameiro. Esa decisión fue capital. El portugués, un espíritu libre y rebelde, ganaría el partido minutos después.

Antes, llegó el empate. Un balón suelto y sin dueño en el área lo peleó Maxi, que le ganó el espacio a Moi Gómez y fue derribado. Carlos Soler empató el partido desde el punto de penalti tras otra revisión del VAR. En el descuento, donde el Valencia suele exprimir los partidos para volcarlos a su favor, Guedes recibió, amagó con la derecha y soltó un latigazo con la izquierda para embocar y ganar el derbi regional. Del ostracismo a la gloria.


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