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La reina Sofía continuará con su trabajo en la Casa del Rey aunque tendrá que esperar


Con don Juan Carlos lejos de España desde el mes agosto, todas las miradas están puestas en doña Sofía a quien acompañan dos preguntas: ¿Seguirá con tareas de representación? ¿Tomará alguna medida en relación a su matrimonio? La primera tiene una respuesta rotunda: sí. La Reina emérita continuará participando en algunos actos, en asuntos relativos al ámbito cultural, solidario o medioambiental, materias por las que muestra especial interés. De hecho, para mañana había una comparecencia suya en Ibiza a donde iba a asistir a un concierto, cita que figuraba en la agenda oficial que cada semana difunde el palacio de La Zarzuela. Esta presencia oficializada por la Casa del Rey es toda una declaración de intenciones. Como se ha hecho saber por parte de los organizadores, la presencia de la madre del Rey estaba confirmada pero la incidencia de la pandemia en la isla ha hecho recomendable suspender el concierto. Hasta ahora y en estos tiempos convulsos que vive la familia real, doña Sofía había participado en algunas citas pero sin la etiqueta de la Casa Real: como una acción de recogida de plásticos en el Rincón de la Victoria (Málaga) y visitas a los Bancos de Alimentos de Toledo y Albacete.

La reina Sofía en todo momento ha contado con el respaldo de su hijo, que siempre ha dejado claro su deseo de que siga participando en algunas de las actividades de la Casa del Rey y en las fundaciones en las que ella tiene interés. En ocasiones su presencia será a título personal y en otras contarán con el respaldo formal de Zarzuela. A sus 81 años, doña Sofía goza de una buena salud. Se cuida mucho. Da largos paseos con sus perros por los jardines de La Zarzuela y hace años que retiró la carne de su dieta. Ese buen tono físico le permite embarcarse en nuevas tareas.

La máxima de “quien resiste gana” ha presidido la vida de la Reina emérita, que ha tenido que aguantar muchos envites personales y anteponer su obligación a cualquier otra opción. Con el tiempo esa actitud le ha hecho ganar enteros. La aparición de Corinna Larsen supuso un punto de inflexión. Que el matrimonio de los reyes eméritos estaba roto era un secreto a voces desde hacía tiempo, pero poner rostro a la mujer que en ese momento acompañaba a don Juan Carlos le hizo granjearse el favor popular. Desde ese momento, los índices de aprobación de doña Sofía, que la Casa del Rey mide regularmente, se dispararon mientras que los de su esposo se desplomaron. Algo parecido ocurrió cuando se filtraron las grabaciones del comisario Villarejo en las que se oye a Corinna hablar del rey emérito y de sus negocios. La existencia de Corinna no era desconocida por doña Sofía, pero una cosa fue manejar el asunto en privado y otra que se haya convertido en noticia de primera página. Ante el revuelo general, doña Sofía ha optado por actuar como una profesional y seguir adelante por el bien de su hijo.

Pero irremediablemente todo lo que hace se analiza al milímetro. Esta semana, por ejemplo, alguien reparó en que doña Sofía no llevaba puesto el anillo de compromiso que le regaló don Juan Carlos, circunstancia que fue interpretada como un mensaje. Sin embargo, no es algo significativo. Esa sortija es una de las muchas que la madre del Rey usa o guarda en su joyero según le apetezca y nada tiene que ver su presencia con el estado de su matrimonio.

El cambio más significativo en estos meses sobre la figura de doña Sofía ha sido que no ha aparecido en ningún momento al lado de los Reyes y sus hijas. Durante la estancia en Palma de Mallorca no hubo posado oficial ni familiar. Zarzuela quiso que este verano la presencia de la familia real en Baleares tuviera un carácter diferente dando importancia a las visitas que realizaron a diferentes poblaciones en un intento de apoyar a algunos de los sectores afectados por la pandemia.

Será precisamente la covid-19 quien impedirá otra de las tradicionales fotos de todos los años. Doña Sofía, salvo cambios de última hora, no estará en la entrega de los premios Princesa de Asturias ya que este año la ceremonia se celebrará sin asistencia de público.


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