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La renta de la casa de Houston al hijo de AMLO no fue registrada: Peniley Ramírez

La renta de la casa de Houston al hijo de AMLO no fue registrada: Peniley Ramírez

De forma inusual, en el registro de propiedades de Houston no fue inscrita la renta de la casa de un ejecutivo de Baker Hughes a José Ramón López Beltrán y su pareja, Carolyn Adams, revela la periodista Peniley Ramírez.

“Consulté el historial con tres agentes de bienes raíces. Me dijeron que estos registros les resultan inusuales y no entienden por qué en el sistema nunca se inscribió la renta”, dice Ramírez en su artículo El casero de Houston, publicado este sábado en Reforma.

Desde septiembre de 2019 a julio de 2020, el hijo y la nuera del presidente Andrés Manuel López Obrador vivieron en Houston en una residencia valuada en un millón de dólares, propiedad de Keith Schilling, entonces empleado de Baker Hughes, compañía petrolera que tiene contratos vigentes en Pemex.

“En esos meses, Baker Hughes ganó millonarias ampliaciones de contratos con Pemex, mientras Schilling aún trabajaba allí como alto ejecutivo”, señala Ramírez.

 

 

En entregas anteriores, Ramírez reveló que el contrato entre Pemex y Baker Hughes pasó de un máximo de 66 millones de dólares, como se firmó en el sexenio anterior, hasta 343 millones, en noviembre pasado.

La periodista narra este sábado que tuvo acceso al historial de la casa, en el registro de bienes raíces de Houston. El 9 de julio de 2019, dice, en el sistema aparece un cambio de estatus de la propiedad, de “enlistada” a “pendiente”.

El agente inmobiliario Joseph Villegas declaró a Ramírez que se debió a que Adams pagó un depósito y firmó un contrato de renta con Schilling.

“Hasta ahí todo parece usual”, sostiene.

Sin embargo, explica, el 24 de julio, la casa no cambió de “pendiente” a “rentada”, como sucede cuando se registra un contrato, sino de “pendiente” a “fuera del mercado”; y cinco meses más tarde, pasó a “fuera de mercado” a “expirada”, como si nunca hubiera habido un inquilino.

 

Según investigó, si una renta no se registra, puede deberse a que el dueño llegó a un acuerdo personal con los inquilinos o la rentó a través de otra plataforma, pero al revisar otras transacciones de la empresa Turbo Realty para ver si usualmente la agencia renta casas y no lo registra no halló casos similares en los últimos años.

“Llamé a Chris Schilling, el dueño de Turbo Realty. Me dijo que no hablaría con periodistas, que la casa se rentó ‘a una señora’, que ellos no sabían más. Luego colgó. Llamé, envié correos y mensajes a Keith Schilling. Le pregunté por qué la renta no se registró en el sistema y cuál era su parentesco con Virginia y Chris Schilling, ya que en el artículo de Bloomberg no se mencionó que la agencia era de sus familiares. No respondió”, cuenta Ramírez.

El agente de Adams aseguró que correspondía a Turbo Realty la responsabilidad de que la renta apareciera en el sistema.

“Yo no controlo lo que aparece en ese registro”, dijo Villegas a la periodista.

Pero según otros agentes, todos los participantes en la transacción deben verificar que cada trámite quede asentado.

“Los agentes de Turbo Realty ‘son familia de los dueños’, aseguró Villegas. ‘Le hicieron el favor a su pariente de poner la casa a la renta’”, cuenta Ramírez.

 

 

 

Además, la renta de la casa gris en Houston costaba 5 mil 700 dólares por mes y los interesados debían demostrar ingresos por el triple de ese monto, más de 17 mil dólares mensuales, destaca la periodista.

“Pregunté a Villegas cuáles fondos presentó Adams para probar que ganaba más de 17 mil dólares al mes“, dice Ramírez. “Pregunté si ella avisó que su esposo, José Ramón López Beltrán, viviría ahí, como se exige en los formularios de renta. Me dijo que no lo recordaba. Pregunté si Schilling había indagado si sus inquilinos eran personas políticamente expuestas. ‘Eso no es requisito en Texas’, contestó”.

El 4 de febrero, recuerda Ramírez, el exejecutivo de Baker Hughes, Keith Schilling, dijo a Bloomberg que no sabía que el hijo y la nuera del presidente de México eran los inquilinos a quienes rentó su casa en Texas en 2019. En respuesta a una investigación de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad y Latinus, Schilling señaló que la propiedad fue puesta en alquiler a través de un agente de bienes raíces.

Efectivamente, señala Ramírez, en junio de 2019, la agencia de bienes raíces Turbo Realty colocó en el sistema de renta de propiedades en Houston la lujosa casa de Schilling. El artículo de Bloomberg no mencionó que la agente que registró la propiedad se llama Virginia Schilling y es la madre del ejecutivo, según muestra el registro civil de Texas.

Fue el 4 de julio de ese año, cuando Joseph Villegas avisó a Carolyn Adams, la nuera del presidente, que la casa de los Schilling estaba en renta.

“En una entrevista telefónica, Villegas me dijo que él y Adams la visitaron“, afirma Ramírez.

 

El pasado 13 de febrero, Adams expuso en un comunicado, difundido en Instagram, cómo llegó a vivir a Houston con José Ramón López, el hijo del AMLO.

Afirmó que lo publicado con respecto a Baker Hughes es falso y sostuvo que rentó esa casa sin conocer la identidad del propietario y a través de un agente, cumpliendo todos los requisitos que marca la norma en Texas.

Habían pasado 17 días desde el inicio de la polémica, cuando Adams reveló en ese comunicado conversaciones en WhatsApp en las que presuntamente consta la comunicación con el agente inmobiliario y que no conocía al dueño del inmueble.

En su comunicado, se dice dispuesta a dar más información a cualquier autoridad que la requiera para alguna investigación.

“Yo renté una casa por un año. José Ramón seguía en el trámite de su visa para residir y trabajar en Estados Unidos; aquí se tiene que usar a un agente inmobiliario CON licencia y rara vez se conocen las partes (arrendador y arrendatario); todo se hizo bajo formalidad, reglas y requisitos estadounidenses: contrato, depósito, garantía, rentas mensuales (como cualquier otro); aunque en México trabajé en el sector energético, jamás tuve relación alguna con Baker Hughes ni ninguno de sus ejecutivos; después de rentar, adquirí una casa hipotecada como cualquier ciudadano en este país y el banco se encargó de revisar a detalle todo; tengo un vehículo que sigo pagando, detalle que no incluyeron las supuestas ‘investigaciones’; expusieron a base de calumnias y difamación nuestra seguridad”, puntualizó Adams en su texto.

Según Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, en el reportaje de Verónica Ayala La renta de la casa en Houston de José Ramón nunca fue registrada, publicado el viernes, la nueva información del sistema inmobiliario contradice o pone en tela de duda la versión que han manejado, en cuanto a que la propiedad habría sido rentada, tanto el propio Schilling como Adams, quienes también negaron tener conocimiento el uno del otro, lo que sería improbable ya que se investiga a los posibles ocupantes y sus antecedentes.

 

Los agentes consultados por MCCI también compartieron información del sistema interno que ellos manejan, para mostrar las inconsistencias que existen en el historial de renta de la casa que ocuparon José Ramón y Carolyn en Houston.

En su artículo, Ramírez asegura que la empresa de servicios petroleros tenía vigente un manual de buenas prácticas anticorrupción y antilavado, que ordenaba a sus empleados ser extremadamente cuidadosos y seguir la política de “conoce a tu cliente, conoce a tu proveedor”.

“¿Será que, ni por curiosidad, Schilling se preguntó quiénes eran sus inquilinos? ¿Por qué no se registró el contrato de la renta en el sistema de bienes raíces? Para las personas implicadas, sería fácil responder estas preguntas exhibiendo los documentos”, cuestiona la periodista.

La polémica de la “casa gris” comenzó tras la publicación de un reportaje en el que Latinus y MCCI dieron a conocer que José Ramón López Beltrán, hijo del presidente Andrés Manuel López Obrador, había vivido en Houston en una mansión de un millón de dólares, propiedad de un alto ejecutivo de Baker Hughes, compañía petrolera que sostiene contratos con Pemex.

Sin embargo, la empresa negó cualquier irregularidad relacionada con el inmjueble que habían habitado López Beltrán y su esposa, Carolyn Adams. Según la compañía, la casa nunca ha sido propiedad ni administrada directa o indirectamente por Baker Hughes.

 

“La casa es una propiedad privada que, según los registros públicos, pertenecía a un exempleado que dejó la empresa en 2019. El exempleado no estaba involucrado en nuestras operaciones en México”, señaló entonces Baker.

Tras la publicación del reportaje firmado por Raúl Olmos, Verónica Ayala y Mario Gutiérrez, el presidente López Obrador pidió pruebas de que existe alguna irregularidad relacionada con su hijo en el tema de la residencia.

Por su parte, Keith L. Schilling, exejecutivo de la empresa y propietario de la casa de Houston , aseguró que no tuvo conocimiento previo de que el inquilino era hijo del presidente López Obrador.

En un comunicado enviado por correo electrónico a Bloomberg, Schilling señaló que no tenía ninguna relación previa, conexión personal o familiaridad con el arrendatario o la familia del arrendatario de ninguna forma o manera.

Además, aseguró que durante el tiempo que trabajó en la empresa, no estuvo vinculado con actividades o contratos relacionados con México.

Mientras que en la conferencia matutina del 9 de febrero el titular de Pemex, Octavio Romero Oropeza, señaló que Baker Hughes lleva más de seis décadas prestando servicios en México, y los años en los que lograron las contrataciones más cuantiosas fueron 2008, 2012 y 2014, durante los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.

“En Petróleos Mexicanos, no hay empresas consentidas”, señaló ese día Romero Oropeza.

 

Va hilo con los documentos de la #Linotipia de hoy en @Reforma: En junio de 2019, la agencia de bienes raíces Turbo Realty puso a la venta la casa en Houston donde vivió al familia del presidente mexicano. Miren quién es el fundador: https://t.co/n7DQiseLk8

— Peniley Ramírez (@penileyramirez) February 19, 2022

 

Pero la petrolera no ha restado servicios al monto original del contrato, sino ampliándolo cinco veces, señaló Ramírez en su artículo Las alertas sobre Baker, publicado en Reforma el 12 de febrero.

“El contrato pasó de un máximo de 66 millones de dólares, como se firmó en el sexenio anterior, hasta 343 millones, en noviembre pasado”, escribió Ramírez.

Y este sábado, en su artículo José Ramón López Beltrán: El gran fraude parte III, El #HoustonGate, el analista @DonVocero también aborda el tema de la falta de registro de la renta de la casa, así como las implicaciones políticas y legales del caso.

En un periodo de 42 días, destaca, la resodencia estuvo disponible solamente 18 días. Los movimientos marcan entradas al mercado y retirada de la casa en tres ocasiones y nunca marca que la casa haya sido rentada.

 

Escala el #Houstongate
Carta de un grupo de accionistas de #BakerHughes a los altos ejecutivos de la empresa. pic.twitter.com/pFecqgQdpp

— Jorge Castañeda (@JorgeGCastaneda) February 11, 2022

 

Resume que el inmueble que “rentó” José Ramón López Beltrán solo estuvo disponible en el mercado un tiempo muy limitado; se dieron movimientos muy inusuales en el sistema HAR (Houston Association of Realtos) confirmado por 2 asesores de bienes raíces; los asesores de bienes raíces de Keith Schilling son Chris y Virginia Schilling, sus familiares; no existe evidencia en el sistema de que la casa haya sido rentada, más bien se “retiró” del sistema; José Ramón y Carolyn no han mostrado contratos firmados ni transferencias bancarias que prueben que en efecto la casa se rentó legalmente y se pagó una cantidad de 5700 USD mensuales entre junio de 2019 y agosto de 2020; inversionistas de Baker Hughes han pedido a la empresa investigar el asunto, lo que los obliga a delatar cualquier acto de corrupción a la Securities Exchange Commission.

Para @DonVocero, el hacer públicos los contratos y los depósitos sería la salvación para la familia presidencial, ahí está la clave de la corrupción o exoneración de la familia de López Beltrán, ahí está la clave del Houston-gate.

“No puedo evitar dejar de pensar que de existir”, señala, “ya hubieran sido publicados”.

 

 

 

No está fácil explicar nada de lo anterior ni para Keith Schilling, ni para López Beltrán y menos para López Obrador, asegura.

“Parafraseando al presidente de México en su conferencia mañanera del 5 de febrero de 2019: Si no es ilegal, sí es inmoral”.

 

Con información de Reforma, Aristegui Noticias, MCCI y CoNexiones




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