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La renuncia de dos abogados de la fiscalía de Manhattan arroja dudas sobre la investigación penal contra Trump

El Trump International Hotel, en Washington, el 17 de febrero.
El Trump International Hotel, en Washington, el 17 de febrero.MICHAEL REYNOLDS (EFE)

Los dos abogados que dirigen la investigación penal de la fiscalía de distrito de Manhattan sobre la Organización Trump, el conglomerado empresarial del expresidente republicano, han renunciado inopinadamente este miércoles, ha informado el diario The New York Times.

Según fuentes cercanas al caso, la renuncia de los dos fiscales, Carey Dunne y Mark Pomerantz, ambos con acreditada experiencia, se produjo después de que el nuevo fiscal de distrito, el demócrata Alvin Bragg, expresara dudas sobre la pertinencia de seguir adelante con el caso contra Donald Trump. La causa de la fiscalía de Manhattan es paralela a otra investigación, por lo civil, que instruye la oficina de la fiscal general de Nueva York, Letitia James.

La oficina del fiscal del distrito había acusado previamente a la Organización Trump y a su responsable financiero durante décadas, Allen Weisselberg, de 15 delitos graves, a la cabeza de ellos la existencia de una contabilidad fiscal fraudulenta. Trump nunca ha sido imputado, mientras Weisselberg, al que muchos consideran chivo expiatorio sacrificado por la salvación su jefe, se entregó a la justicia la pasada primavera.

Pomerantz confirmó su renuncia al diario neoyorquino y Dunne rehusó pronunciarse sobre el asunto. La investigación de la fiscalía de Manhattan sobre Trump ha permanecido estancada el último mes, en medio de las dudas de Bragg sobre presentar cargos contra Trump; durante este periodo ni Pomerantz ni Dunne han podido interrogar a ningún testigo ante un gran jurado convocado por el predecesor de Bragg en la fiscalía, Cyrus Vance, que se jubiló a finales de 2021.

Los cargos presentados contra la Organización Trump y Weisselberg se centraron en supuestos esquemas de evasión de impuestos. Pero desde entonces, la investigación se ha centrado en averiguar si la Organización Trump y el propio empresario inflaron o desinflaron artificialmente el valor de los activos, incluidas varias propiedades inmobiliarias, para obtener ventajas fiscales y préstamos bancarios con condiciones ventajosas.

La sorprendente renuncia de los dos investigadores, interpretada por las fuentes como una aparente ralentización en la investigación del fiscal de Manhattan, acontece cuando se intensifica la investigación civil paralela por parte de James. Un juez de Manhattan ordenó la semana pasada que Trump y sus dos hijos mayores, Donald Jr. e Ivanka, cumplieran con las citaciones de James para declarar, un extremo al que el republicano se ha opuesto denodadamente.

También se produce después de que los abogados de Trump y Weisselberg recurrieran a la justicia para que desestimara el caso del fiscal de distrito contra ambos, pues según la defensa de Trump tiene una clara motivación política.


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