La retirada de la política del excanciller Sebastian Kurz bajo la sombra de un caso de corrupción ha desencadenado un terremoto en el partido democristiano (ÖVP) y en el Gobierno de Austria que se ha llevado por delante al actual canciller, Alexander Schallenberg, y a varios ministros. Schallenberg, que ocupa el cargo desde que Kurz dimitió el pasado octubre, ya adelantó el jueves que consideraba que el liderazgo del partido mayoritario en Austria y la jefatura del Gobierno debían estar en las mismas manos. Este viernes, los conservadores han puesto nombre a estos dos puestos: Karl Nehammer, hasta ahora ministro del Interior, toma las riendas de la formación y del Ejecutivo de coalición con Los Verdes. El inesperado giro en la escena política se produce en plena cuarta ola del coronavirus y con la población confinada para reducir la ola de contagios.
El nuevo líder del ÖVP ha destacado en una comparecencia que su designación ha sido unánime en el partido y que considera un “privilegio” asumir su nueva responsabilidad. Nehammer, de 49 años, ha anunciado también cambios en cuatro ministerios que serán presentados ahora al presidente del país, Alexander Van der Bellen, que debe dar el visto bueno a la remodelación y al nuevo canciller, quien ya ha comunicado los cambios al líder de Los Verdes y vicecanciller, Werner Kogler.
La era de Kurz al frente del partido democristiano se ha cerrado abruptamente, aunque la cuesta abajo comenzó varios meses antes. A una primera investigación por supuesto falso testimonio en el Parlamento, el exdirigente sumó otra en octubre por la presunta participación en una trama para pagar con dinero público encuestas manipuladas a su favor y colocarlas en un grupo de medios. Aunque Kurz rechaza las acusaciones y se resistió durante días a apartarse, acabó cediendo a la presión y propuso a Schallenberg como sustituto para preservar la coalición de gobierno con Los Verdes. El nuevo canciller ha durado menos de dos meses, en los que le ha perseguido la imagen de ser un títere de Kurz y los barones regionales del ÖVP le han marcado el paso, forzando un nuevo confinamiento por la cuarta ola del coronavirus en el país, al que el jefe del Gobierno se oponía.
“No es mi intención y nunca ha sido mi objetivo asumir el cargo de líder del partido”, señaló Schallenberg, diplomático de carrera y sin peso dentro del ÖVP, tras la retirada este jueves de Kurz. Poco después, el ministro de Finanzas, Gernot Blümel, uno de los más estrechos colaboradores del excanciller, anunció asimismo la dimisión a su cargo, aduciendo razones familiares. Este viernes, antes de la designación del nuevo líder del partido, también puso a disposición su cargo el ministro de Educación, Heinz Fassmann.
Nehammer será el sexto jefe de Gobierno de Austria en los últimos cinco años, marcados por la polarización en torno a Kurz, que ganó las elecciones legislativas de 2017 tras hacerse con el poder absoluto en el partido. El joven político, ahora de 35 años, pactó una coalición con la ultraderecha que apenas duró año y medio y se rompió por un escándalo de corrupción en el que se vieron envueltos los radicales. La alianza con Los Verdes, tras unos nuevos comicios en 2019, se ha mantenido tras la dimisión en octubre de Kurz, y su líder, el vicencanciller Werner Kogler, ya destacó el jueves la buena colaboración con Nehammer, pese a que ambas partes han chocado por la política de asilo, en la que el nuevo líder conservador ha exhibido la línea dura marcada por Kurz.
Al contrario que el dimitido Schallenberg, Nehammer cuenta con un gran respaldo dentro del partido y un perfil propio marcado. El antiguo militar profesional es un estrecho aliado de Kurz y artífice de la política de línea dura frente a la migración, que ocupó el cargo de secretario general del partido. Este viernes, tras ser bendecido por el partido, Nehammer ha afirmado que su intención es mantener la línea mantenida por el ÖVP dentro de la coalición de gobierno que lidera con Los Verdes desde enero de 2020. Prevé mantener la línea dura de control de la inmigración y avanzar en la reforma fiscal ya iniciada y que, según ha destacado, ha reducido la carga para pensionistas y familias con pocos recursos. Además, el candidato a nuevo canciller ha resaltado que impulsará junto a Los Verdes los planes de medidas contra el cambio climático.
Nehammer ha insistido también en continuar la estrategia contra la pandemia en Austria, donde el bajo nivel de vacunación ha provocado una dura cuarta ola de contagios y muertes, y que incluye el plan de imponer la vacunación obligatoria a partir de febrero.
Mientras las organizaciones cercanas a los conservadores han saludado el recambio al frente del partido, la oposición ha criticado la crisis desatada por la retirada de Kurz en pleno confinamiento. Los socialdemócratas, por boca de uno de los responsables del grupo parlamentario, Jörg Leichtfried, ha afeado al ÖVP “que convierta una crisis interna en una crisis de gobierno y del Estado en medio del confinamiento”. “Una vez más, solo les interesa mantener el poder”, ha afirmado Leichtfried. Los ultras del FPÖ, por su parte, ya reclaman desde este jueves elecciones adelantadas.
Según las últimas encuestas, realizadas tras la dimisión de Kurz en octubre, el ÖVP ha caído en la intención de voto hasta el 23%, por detrás del partido socialdemócrata SPÖ, con el 26%.
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