Hace unos días, la revista Semana publicaba en exclusiva que la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin ya habían firmado la disolución de las capitulaciones, primer paso para el divorcio. Una noticia que se ha producido poco después de que la exduquesa de Palma haya visitado a su padre, en unos días de descanso en los que ha estado con sus hijos y con la Infanta Elena y su sobrina, Victoria Federica. Fue el pasado mes de enero cuando se publicaron las impactantes imágenes de Udangarin junto a Ainhoa Armentia paseando por una playa cercana a Bidart. Aunque en un principio se rumoreó que el cuñado de Felipe VI tenía la intención de no llegar al divorcio y que su romance con Armentia se limitara a algo puntual, la realidad ha sido muy distinta. Los diversos reportajes que se han publicado desde entonces dejan claro que el todavía marido de la Infanta Cristina y su excompañera de trabajo siguen juntos.
En el momento en el que se confirme oficialmente el divorcio de Iñaki y doña Cristina, la nueva realidad del exduque de Palma cambiará de forma destacable en algunos aspectos. Una cuestión que hace pensar en qué fue lo que ocurrió con en el caso de la Infanta Elena.
Los entonces duques de Lugo anunciaron el cese temporal de su convivencia en el año 2007 y dos años después de divorciaron. Ellos fueron pioneros en este asunto dentro de la familia real española moderna y su ejemplo es perfectamente válido para la situación de los que fueran duques de Palma.
Sin embargo, la situación de Urdangarin y la de Marichalar es diferente. A pesar de que durante mucho tiempo el favorito de la familia era Urdangarin y Marichalar estaba en una posición menos favorable, los últimos acontecimientos relacionados con el exdeportista han hecho cambiar las tornas o, al menos, ponerlos a los dos a un nivel similar. Tanto es así que se espera que pronto Urdangarin pierda la escolta que tiene, igual que Marichalar dejó que contar con ella. En este caso además, también se le retiró el título nobiliario, que Urdangarin ya no lleva desde antes.
La vida de Marichalar cambió a partir de su separación y aunque en un principio doña Elena y su exmarido mantuvieron una relación cordial por el bien de sus hijos pero, a día de hoy el contacto es nulo. Algo que podría pasar también en el caso de Urdangarin, sobre todo, una vez que su hija menor alcance la mayoría de edad y no existan motivos que propicien que haya relación entre ambos.
Mientras que se han filtrado algunos detalles de los primeros pasos de la Infanta Cristina y el exdeportista para firmar el divorcio, los papeles de la separación de los que fueran duques de Lugo nunca han trascendido, sino que se encuentran guardados a buen recaudo en una caja de seguridad.
No se espera, por el momento, que la Infanta Cristina cambie de vida, esto es, que regrese a España, sino que permanecerá en Ginebra. Todo podría modificarse cuando su hija Irene sea mayor de edad y abandone la casa en la que residen, pero lo cierto es que la Infanta ha establecido su rutina en la ciudad suiza. Por su parte, Urdangarin está residiendo con su madre en Vitoria
Al igual que la madre del exbalonmanista siempre ha sido muy discreta y ha mostrado su buena relación con la Infanta Cristina, Marichalar sigue apoyando a la Corona -y al Rey Juan Carlos-, de diferentes maneras. No hay que olvidar que en su familia siempre han sido monárquicos y aunque el anterior jefe del Estado tenía cierta inquina a Marichalar, las cosas han cambiado. De hecho, se cuenta que fue el propio don Juan Carlos el que invitó a Marichalar a la fiesta por la mayoría de edad de su nieto Felipe.
La situación laboral de Iñaki Urdangarin es muy distinta de la del que fuera su cuñado con quien, por cierto, doña Letizia siempre tuvo buena sintonía. Urdangarin está intentando abrirse camino de nuevo en el entorno del deporte, junto a sus excompañeros del Barça. Más fácil lo tuvo Jaime de Marichalar, que inició una nueva etapa laboral en el mundo del lujo gracias a su amigo Bernard Arnault.
A diferencia del ex de la Infanta Elena, Urdangarin no posee una agenda de contactos en la que hay un gran número de figuras poderosas, algo que Marichalar sí supo aprovechar para mantener su estatus y hacer fortuna tras el divorcio. En este caso, el exduque de Palma lo tiene más difícil.
La discreción como bandera
Desde su separación de la Infanta Elena, Jaime de Marichalar ha hecho de la discreción su máxima. Nunca ha hecho un comentario fuera de lugar y se ha centrado en sus compromisos laborales con absoluto rigor. Es posible que Urdangarin no siga la estela del que fuera su cuñado. Al fin y al cabo, su separación se ha producido a partir de un inesperado escándalo y, además, hasta la fecha ya han visto la luz varios reportajes que demuestran que no esconde su nueva vida, aun cuando el divorcio no se ha anunciado de manera oficial. ¿Podría el que fuera yerno favorito de don Juan Carlos y doña Sofía traicionar su confianza y seguir la estela de otros royals como, por ejemplo, los duques de Sussex.? El tiempo dirá.
Dos historias diferentes
Lo que es un hecho es que el romance de la Infanta Elena y el de la Infanta Cristina discurrieron por caminos diferentes, aunque el final haya sido, en parte, parecido. Fue Marichalar el que aprovechó para conquistar a doña Elena tras su ruptura con Luis Astolfi –“es cariñoso y tenaz; no ha parado hasta convencerme”, dijo la duquesa de Lugo en el compromiso-, en el caso de Urdangarin, se dice que fue la Infanta la que fue detrás de él.
Source link