La subida de los precios del aceite en la última campaña, en una media cercana al 70%, ha provocado un descenso en la demanda, tanto en el consumo interior como en las exportaciones, según los datos que manejan las patronales del sector.
Las ventas al exterior registraron una reducción del 18% en graneles y del 5% en los aceites envasados, hasta un volumen de 1.080.000 toneladas. Para el responsable de la Asociación Española de la Industria y el Comercio Exportador del Aceite de Oliva (Asoliva), Rafael Picó, este comportamiento es el resultado de diferentes factores, a la cabeza de los cuales se halla el encarecimiento de los precios en origen en un 67%. De cara al futuro inmediato no se espera que la situación se revierta, teniendo en cuenta las producciones en diferentes países.
Mientras en España la cosecha se sitúa en 1,3 millones de toneladas —frente a los casi 1,4 millones de la campaña anterior— en otros países competidores como Italia, Grecia o Túnez, las cosechas han crecido, por lo que tendrán más producto para exportar. Un tercer factor que jugará en contra es la subida de los precios de los fletes, consecuencia de la crisis global de la cadena logística. Finalmente, otro efecto negativo será la vuelta a cierta normalidad a medida que se alivia la crisis sanitaria: se consume menos en los hogares y no se compensa con la apertura de la restauración, donde domina el uso de otras grasas.
No obstante, España mantiene el liderazgo mundial en el comercio de aceite de oliva en los principales mercados. En Estados Unidos, sobre una demanda ya superior a las 400.000 toneladas, España coloca 160.000 e Italia unas 120.000. En Japón, sobre unas importaciones de aceite de 68.000 toneladas, 44.000 son exportadas desde España y 20.000 desde Italia. En China, 45.000 de las 50.000 toneladas de aceite importadas son españolas.
Del total de exportaciones, el grueso corresponde a los aceites a granel, fundamentalmente con destino a Italia, cuya compras superan anualmente las 300.000 toneladas, en unos casos destinadas al consumo interno y en otros para su exportación como aceite comunitario.
Diferentes datos
En lo que se refiere al mercado interior, hay diferencias entre los datos que maneja la Administración y los de la patronal de la industria envasadora, Anierac. Para el Ministerio de Agricultura, que tiene en cuenta la evolución de los datos sobre existencias, calcula las ventas en 551.000 toneladas, un aumento del 5%. Por el contrario, para los envasadores de la patronal, que agrupa al 70% del sector, las ventas ascenderían a 320.000 toneladas, un descenso del 6,7%, que puede ser mayor, ya que sus cifras no incluyen algunas industrias, como las cooperativas. En su opinión, es incuestionable que, al igual que en la exportación, en el mercado interior también se ha producido una caída de la demanda por la subida de los precios y que resta camino por recorrer para que el consumidor considere el aceite como un producto de calidad alimentaria y pague por el mismo un mayor precio.
Al margen de la producción y la demanda, en el sector industrial preocupa el actual sistema de cata, en el que se valoran solamente las características organolépticas para determinar la calidad de los aceites. Consideran que este sistema es incompleto y señalan la necesidad de tener igualmente en cuenta sus condiciones fisicoquímicas. En esa línea, la industria aboga por realizar esos análisis antes del envasado y que los mismos figuren en el etiquetado durante un periodo de 12 meses.
Source link