El fin de semana llegaba con una noticia de lo más impactante: parece que la era Cantora llega a su fin. Y es que, después de que Kiko Rivera sacara a relucir, de manera pública, los entresijos de la finca en Cantora, la herencia envenenada, tanto él como su madre gozan de una enemistad que ha ido empeorando con el paso de los días, razón por la que se vieron obligados a tomar medidas con respecto al que fuera el hogar de Francisco Rivera en vida.
Muchos han sido los rumores que han girado en torno a la venta de Cantora, hasta que Viva la vida apuntó, a golpe de exclusiva, que el DJ y la tonadillera se habrían puesto de acuerdo para hacer realidad esta transacción, pudiendo hacerse efectiva “en los próximos días, al firmar un contrato de arras y obtener una firma final”. José Antonio Avilés fue el encargado de admitir que la intérprete de Marinero de luces habría puesto mucho empeño en saldar las deudas existentes sobre la finca, mientras que Kiko no estaría tan convencido de llevar a cabo este movimiento: “La persona que compra Cantora cuenta que es Kiko Rivera quien no para de poner impedimentos para llevar a cabo la firma de la compra (…) El comprador ha tenido que ingeniárselas para que Kiko vendiera su parte”, confirmaba el colaborador del programa de los fines de semana de Telecinco. Unas palabras que, a lo largo de este mismo mediodía, han sido respondidas por Paloma García-Pelayo en El Programa de Ana Rosa, que ha podido saber de primera mano cuál ha sido la reacción de Kiko ante esta información.
La periodista ha respondido en pleno directo a una de las cuestiones que más han sonado en el panorama social durante las últimas horas. ¿Estaría de acuerdo Kiko a oficializar esta compra?: “Cuando los compañeros dan esta información, su contestación es absolutamente rotunda ‘no sé nada, nadie se ha puesto en contacto conmigo, a mí no me ha llamado nadie’”, habría dicho el marido de Irene Rosales. Y es que, como ha asegurado la propia Paloma, “para llegar a este acuerdo tienen que ponerse de acuerdo los dos, así que es imposible venderla sin autorización de Kiko”. No obstante, también cabe la posibilidad de que ambas partes hayan firmado un contrato de confidencialidad, aunque Agustín tiene una reacción muy similar a la de Kiko con respecto al tema según la comunicadora.
De esta manera, García-Pelayo revela que “no hay nada vendido ni apalabrado”. Una afirmación que choca mucho con la de José Antonio Avilés, que al parecer y según Marisa Martín Blázquez, “tenía una grabación haciendo una entrevista a alguien de confianza de Pantoja, en la que narraba que la venta se estaba cerrando”. Por su parte, Patricia Pardo intentaba apaciguar las aguas de plató poniendo el broche de oro al debate: “Aunque no hay nada firmado aún, ella está escuchando antiguas ofertas”, sentenciaba. Pero, ¿estará de acuerdo Rivera en que su progenitora esté tan convencida a la hora de escuchar propuestas?
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