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La tienda online de especias que triunfa con cantidades pequeñas a precio asequible


A Jessica Ramos le gustaba la cocina tanto como llevar papeles al catastro. Pero en 2012 la despidieron al poco de dar a luz, así que, sin trabajo y con un hijo recién nacido, decidió montar un negocio en internet de venta de especias. La vida. Con el tiempo su interés culinario creció más que los beneficios, hasta que llegó la pandemia y Todo Especias, la empresa que montó hace 10 años, se convirtió en una de las principales tiendas online de condimentos de España. Hoy cuentan con un catálogo de unos 200 productos que envían gratis a todo el país, desde pequeñas cantidades y a precios muy asequibles.

La nave de Todo Especias, situada en un polígono de Alcalá de Guadaíra (Sevilla), huele a curry nada más entrar. Conforme te adentras en ella, el aroma predominante cambia al de los diferentes tarros apilados en la cordillera de palés que guardan en el almacén. Del tomillo al laurel y el romero, del ras el hanout o el tandoori masala al berbere etíope, del clásico pimentón de la Vera a los chiles mexicanos o la fresa en polvo, incluyendo además algunas mezclas creadas por influentes de la gastronomía en redes sociales. La oferta es tan amplia como las miles de recetas en las que se pueden integrar. Aunque esta diversidad es reciente: en los inicios el catálogo era mucho más básico.

¿Por qué vender especias?

Si esta sevillana odiaba pasar tiempo entre los fogones de una vitro, ¿por qué decidió montar un negocio relacionado con la gastronomía? “Poco después de que me echaran del trabajo, una amiga que tiene un blog de recetas no encontraba una web donde comprar ají argentino, y me dijo medio de coña que debía crear una página de venta de especias. Mi reacción fue: “¿De especias? Si a mí ni me gusta cocinar”, cuenta Jessica.

Aquella idea se le quedó guardada en la carpeta “Cosas que a lo mejor sí” que todos tenemos en el cerebro. Quizá había una buena oportunidad en aquella propuesta. “Investigué y vi que en ese momento Amazon acababa de aterrizar y que solo había una tienda online de especias en España, Spices Cave, que por entonces solo vendía condimentos selectos como sal del Himalaya y así. Si querías algo más específico, como el ras el hanout, tenías que pedirlo al extranjero. Pensé que, si había un nicho de mercado, ahí podía encontrar mi lugar”, dice Ramos.

Así, hace una década esta antigua representante comercial usó el dinero que obtuvo con la indemnización por despido improcedente -previo paso por juicio- para montar la tienda en internet que le aconsejó una amiga. “Comencé por las más básicas, las que podía comprar en las tiendas de mi ciudad, y me harté de leer y de cocinar con ellas. Al principio eran unas 20, y a medida que obtenía beneficios iba ampliando el catálogo poco a poco”, recuerda la fundadora de Todo Especias.

Invertir una buena cantidad de dinero en un negocio online cuando el comercio electrónico aún no estaba asentado en España, y además en algo tan corriente como los condimentos de cocina, sonaba arriesgado. “Nadie creía en mí, ni siquiera mi marido ni mi padre. “’Dónde vas con especias, si esto nadie lo compra por internet’, me comentaban. Pero yo tenía una corazonada, tenía algo dentro que me decía que siguiera con esto y le echara horas”.

Pues no, no daba dinero

La cosa no iba como para tirar zumaque. Todos los inicios son duros, de acuerdo, pero Jessica se dio cuenta pronto que de las especias, como de la petanca, es difícil vivir. “El primer año tenía como mucho 10 pedidos al día o menos, así que lo compatibilizaba con otro trabajo de respaldo. Me lo tomé como algo adicional, y todo el dinero que entraba, lo invertía”, afirma.

Poco después su marido se quedó en paro. ¿Por qué no abrir entonces un local con esta misma idea? Pues tampoco. “Monté una tienda física porque mucha gente me decía que desconfiaba de la compra online. Pero en Alcalá de Guadaíra la gente está acostumbrada a utilizar la pimienta, el laurel, la nuez moscada… Era una pérdida de dinero y la cerramos a los tres meses”, declara Jessica.

Vale, bueno, el comercio electrónico no generaba muchos ingresos y un negocio de este tipo en una localidad de 75.000 habitantes era poco rentable. ¿Por qué no probar la venta nómada en mercados medievales? Spoiler -que bien podría firmar el ministerio de Sanidad hace poco-: mejor quédate en casa. “Nos compramos una furgoneta y mi marido se fue a hacer rutas por España con estos mercados, pero los beneficios que obteníamos no nos compensaban”, comenta la gerente de la marca.

La salvación vino con el covid

Desde 2012 a 2020 Jessica no dejó de lado la web. Siguió con su empleo para una multinacional alemana, pero sin descuidar Todo Especias, que crecía muy poco a poco. Paradójicamente, el coronavirus trajo la rentabilidad a su empresa: “Al inicio de la pandemia, en marzo, vimos que subieron mucho las ventas. Empecé a tomármelo en serio, dejé el trabajo que tenía e invertí en publicidad”, dice esta alcalaína.

Durante el confinamiento muchos se acercaron o volvieron a la cocina, probaron nuevas recetas, se animaron con elaboraciones lentas y siguieron los consejos de cocineros por redes sociales. Esto trajo consigo que en 2020 el consumo de alimentos en hogares se incrementara un 11,2% con respecto al año anterior, según datos del ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Y ahí estaba la tienda de Jessica, dispuesta a hacer llegar botes de condimentos a quien lo pidiera: “A la gente le dio por preparar platos, y como muchos establecimientos habían tenido que cerrar, el recurso más fácil era acudir a internet. Con la llegada del covid nuestros ingresos se cuadruplicaron”.

Este boom le permitió a Jessica ganar su primer sueldo en Todo Especias ocho años después de su creación, y conformar una plantilla con varios empleados: su marido, su madre y una amiga. En aquellos meses muchas más personas pudieron conocer las que, según la fundadora de esta empresa, son las claves de su actual éxito: envíos gratuitos sin mínimo de compra y productos de calidad con formatos en diversas cantidades, desde bolsitas de 40 gramos a botes de casi un kilo. “Además, nuestras mezclas de especias -que producen en Murcia siguiendo las proporciones que les damos nosotros, por lo que son únicas y originales-, no contienen gluten ni llevan potenciadores de sabor”, añade Ramos.

El impulso de las redes

Al revés de lo que les ocurre a los peces, a esta compañía sevillana sí le vinieron bien las redes. Concretamente Instagram, donde tienen más de 20.000 seguidores, una herramienta muy útil para ellos: “Lo que le hace falta a la gente en muchas ocasiones son ideas para saber cómo utilizar las especias, por eso nosotros no paramos de subir recetas a nuestro perfil”, declara la dueña de la empresa. Este canal les sirve para impulsar nuevos lanzamientos o productos: “Hace unos meses sacamos una mezcla para hummus, y en nuestro perfil mostramos cómo usarla con aguacate o en ensaladas, por ejemplo”.

¿No sabes qué cocinar con el baharat turco? En la cuenta de Todo Especias te enseñan paso por paso a preparar una pierna de cordero con este aderezo. ¿Tienes en casa curry de madrás y no se te ocurre en qué receta integrarlo? Pues ellos te muestran cómo añadirlo a un arroz con choco. Y así con todos los condimentos que ofertan, tantos los puros como las mezclas, que, según Jessica, “proceden de España a excepción de los chiles, que son importados de México”.

La alegría del triunfazo

Tras el confinamiento el negocio funcionaba mucho mejor, pero aún faltaban unos meses para el que fue el bombazo definitivo: el lanzamiento, en marzo de 2021, del condimento de la alegría, compuesto por ajo en polvo, cebolla en polvo, hojas de orégano, albahaca, romero, perejil y tomillo, y pimienta negra y blanca molida. “Una amiga me preguntó que si vendía el condimento de la alegría. No sabía qué era, así que me puse a investigar en internet y di con Rosa Arnau, la creadora de esta mezcla, que en su cuenta de Instagram Me gusta comer sano tiene miles de seguidores”, recuerda Jessica Ramos.

Como Rosa no lo comercializaba, esta empresaria sevillana se puso en contacto con ella para poder vender el condimento que tanto usa Arnau en las recetas que sube a sus redes sociales. “Llegamos a un acuerdo y encargué producir 2.000 unidades. Se agotaron en menos de un mes, y a día de hoy sigue siendo lo más vendido”, detalla Jessica.

Esto llevó a Todo Especias a colaborar con otras influentes de la gastronomía en redes. A raíz de estos acuerdos han sacado al mercado la mezcla “Especias mediterráneas”, con la cuenta Saboreanda, o el ya mencionado condimento para hummus, con Recetas para ser feliz.

Una década después de la creación de Todo Especias, el panorama no puede ser mejor: de los 100 pedidos al mes que atendían al principio, a los más de 40.000 clientes que aseguran tener ahora; de las horas que echó Jessica sin ver ni un euro, a los 12 empleados que forman parte de la compañía; de las veintipocas especias básicas, a los casi 200 productos diferentes que ofrecen. “Ahora estamos con la fruta en polvo, y tenemos plátano, limón, naranja, dátil o fresa. A la gente le encanta, se la echan al yogur o al batido. Yo no paro de pensar, aunque muchas veces mis compañeros me dicen que no traiga más botes, que no caben ya en la nave”, comenta ilusionada Jessica Ramos. Hasta hace no tanto, recuerda, todo lo que preparaba para el almuerzo eran sándwiches, ensaladas y fajitas.




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