Poco o nada tiene que ver la Ana María Aldón (45) de 2012, cuando saltó a la fama por su noviazgo con José Ortega Cano (69), a la de ahora, ya separada del diestro. Pues es evidente que su imagen ha cambiado radicalmente desde que la conociéramos hace más de una década, cuando su nombre empezó a relacionarse con el del viudo de Rocío Jurado, y más aún en los últimos meses.
Fue el pasado mes de octubre cuando la ex concursante de Supervivientes confirmó lo que ya era un secreto a voces tras semanas de especulaciones: su ruptura definitiva de Ortega Cano. Lo hizo en el programa Fiesta que conduce Emma García (49), y en el que la diseñadora colabora habitualmente. «Él [Ortega Cano] está muy bien. Estamos viviendo juntos y hablamos. Hemos tenido conversaciones, hay mucha cordialidad, respeto, cariño y un niño precioso. Somos cuatro personas en casa y comemos y cenamos juntos», comenzaba diciendo. «Ahora mismo no nos resulta difícil hacer lo que hacemos, todo es acostumbrarse. Es mejor de lo que teníamos, era imposible seguir así», añadió.
Así, desde entonces, son muchos quienes han hablado sobre la aparente eterna juventud de su rostro y mejoría en su aspecto físico. Y es que si bien es cierto que su paso por la isla de Supervivientes marcó un antes y un después en la imagen de la sanluqueña, donde decidió raparse el pelo a cambio de comida, Ana María también se habría realizado varios sutiles (y no tanto), retoques estéticos; como un relleno del surco nasogeriano, un perfilamiento de mentón y acto mandibular, e infiltraciones de ácido hialurónico, la toxina botulínica o los hilos tensores efecto lifting, que a menudo suponen una alternativa a la blefaroplastia, el lifting facial o la perfilo-plastia quirúrgica, para aquellas personas que buscan «procedimientos rápidos, técnicas poco invasivas y agresivas, con escaso tiempo de recuperación, que se realizan con anestesia tópica, y logran resultados parecidos a los quirúrgicos pero más naturales», según explica la cirujana maxilofacial y médico estético Gema Pérez a Elle.
Además, y reconocido por ella misma, a su regreso del programa que produce Bulldog TV, la gaditana se sometió a una mastopexia. Es decir, un levantamiento de senos en el que aprovechó para cambiarse las prótesis de silicona. Asimismo, Ana María compartió recientemente con sus más de 200 mil seguidores en Instagram, el proceso del tratamiento al que se somete para mantener unos labios con volumen e hidratados.
Pero al margen de estos cambios y cuidados, Ana María practica deporte asiduamente para mantenerse en forma. Asimismo, tampoco descuida su dieta, y procura comer y llevar una alimentación saludable para no perder la línea y continuar buscando siempre la mejor versión de sí misma.
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