Las economías del mundo están inmersas en un proceso de transformación profundo. Son muchos los factores que están empujando al cambio, siendo el tecnológico uno de los más influyentes.
Desde el punto de vista sectorial, han sido los bancos quienes han renovado casi por completo su actividad tradicional.
En el pasado contaban con niveles muy elevados de fidelización de clientes y una oferta de productos muy conservadora. Hace unos 30 años, cuando las operaciones bursátiles comenzaron a ser una prioridad para los grandes grupos, se precisó de soluciones informáticas ágiles, convirtiéndose la rapidez en clave de la competitividad. También aparecieron en el mercado nuevos competidores, nativos digitales con ofertas nuevas y atractivas desarrolladas a gran velocidad en la nube.
Los primeros movimientos
La respuesta a este nuevo escenario fue dispar. Algunas entidades crearon su propio banco digital independiente, y otros probaron con un enfoque big bang para transformar sus infraestructuras. La mayoría creo su propia nube privada, alojada en instalaciones propias y a la que transfirieron gradualmente las aplicaciones, los procesos end to end y los sistemas de atención al cliente, con la esperanza de evitar la disrupción en su búsqueda de la mejora del rendimiento operativo.
La crisis financiera puso a los bancos en el foco por las hipotecas subprime; los tipos de interés cayeron a mínimos históricos en Estados Unidos y Europa y la regulación se endureció como nunca. Esta circunstancia unida a las operaciones corporativas entre entidades, y a la revolución tecnológica ha empujado a la industria al establecimiento de otro tipo de estrategias que conduzcan hacia la rentabilidad.
Momento actual
En este momento, los principales grupos bancarios intentan avanzar lo más rápido posible para disfrutar de las ventajas que ofrece la nube, como son el precio, la escalabilidad y la agilidad. Es un proceso que requiere un cuidado extremo para evitar un colapso total de los servicios, pero que sin duda representa una mejora importante con respecto al pasado de las plataformas de las entidades.
“El cloud [nube] es uno de los pilares a nivel tecnológico para la banca, tanto por su flexibilidad como escalabilidad”. “Este tipo de tecnología permite eliminar barreras de infraestructura, facilitando adaptaciones ágiles a precios razonables”, explican desde everis, compañía que lidera NTT Data EMEAL (Europa, Oriente Medio, África y Latinoamérica).
La incorporación del cloud es una pieza clave en la revolución tecnológica de la banca, ya que responde a las demandas de las nuevas generaciones de clientes financieros, como son las experiencias personalizadas y la rapidez de los servicios. Se trata, sin embargo, de un proceso complejo y difícil, que requiere el apoyo de compañías como everis, que cuenta con la experiencia y las herramientas adecuadas para ayudar al sector bancario a completar sus procesos de transformación digital.
Oportunidades
La transición a la nube ofrece oportunidades ineludibles a todos los sectores:
- Escalabilidad. Las infraestructuras que ofrecen los principales proveedores de este tipo de servicios permiten ajustar la escalabilidad de las operaciones de forma casi inmediata en función de la demanda.
- Reducción de los costes. La nube pública es un recurso compartido, por lo que no es necesario invertir en infraestructuras. Es el proveedor, no el banco, quien se encarga de mantener el entorno utilizado en las mejores condiciones. Los bancos, por su parte, se liberan de la obligación de tener que mantener muchas de sus capacidades de TI internas, desde las de equipamientos hasta las de personal, lo que puede suponer una disminución significativa del gasto.
- Agilidad. En términos comerciales, una de las ventajas más interesantes es que permite cambiar de dirección rápidamente de forma casi inmediata.
- Capacidad de innovación. Para poder competir en entornos de servicios financieros muy distintos, las instituciones tienen que lanzar rápidamente nuevos productos y servicios que les permitan adaptarse a los cambios inesperados en el mercado.
Para que el proceso de cambio sea un éxito, desde everis sugieren hacerlo de forma gradual dentro de una estrategia que identifique, capte y monetice los beneficios lo antes posible. La compañía matiza que “no es un cambio que afecta únicamente al área de TI, sino a todos los aspectos del negocio, desde las actitudes hasta los perfiles de contratación”. “Se pasa de capacidades internas a ecosistemas con capacidades ágiles de movilización, y de una cultura de mando y control a un enfoque nativo digital”.
Consejos
Las recomendaciones de everis se plasman en tres puntos:
- Planificación y elaboración de la hoja de ruta. Debe incluir políticas y estrategias para atraer a los profesionales digitales (¿qué buscan los auténticos nativos digitales?), interfaces de monitorización (¿cómo monitorizar y medir con precisión los avances?) y un modelo operativo (¿qué conviene cambiar en la cultura y la organización y cómo llevar a cabo esos cambios?).
- Creación de una plataforma híbrida. Esta etapa implica el desarrollo de nuevas arquitecturas, la creación de un catálogo de componentes estándar en la nube que los usuarios puedan combinar según necesiten, y la reconstrucción de los componentes de servicios centrales para adecuarlos a la nube.
- Migración y modernización de las aplicaciones. Es la fase más larga y compleja de todas, ya que solo es posible monetizar los cambios y disfrutar de las ventajas competitivas de la transición después de que se haya modificado la arquitectura de todas las aplicaciones (las que se decida mantener) para adaptarlas a la nueva plataforma en la nube.
Para las instituciones bancarias de gran tamaño, la transición supone un proyecto de cambio a gran escala que puede implicar riesgos elevados. Desde everis consideran “que se trata de una renovación inevitable, pero que debe hacerse con los ojos abiertos y plena conciencia de la complejidad de la migración y de la necesidad de contar con estimaciones realistas de sus beneficios potenciales”.
La compañía ofrece una hoja de ruta completa (tecnología, plantilla, organización y estrategia) para proyectos de transición a la nube basada en su experiencia y las relaciones comerciales con varios de los grupos bancarios más grandes y avanzados del mundo, que han demostrado su confianza desde hace tiempo.
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