El Antiguo Egipto esconde todavía muchos secretos que los historiadores no han sido capaces de resolver. Aunque sabemos algunas cosas sobre esta civilización, el paso del tiempo y acontecimientos importantes en su historia han borrado las huellas que dejaron. Incluso de personajes de gran importancia. Es el caso de Cleopatra, la última reina del Antiguo Egipto. Aunque sabemos que existió, se desconoce dónde está la tumba de Cleopatra.
Durante muchos años se han buscado sus restos. Algunos investigadores apuntan a que se la tenía como una representación viviente de Isis, lo lógico sería encontrar sus restos en algún templo dedicado a la diosa egipcia. La búsqueda ha cubierto desde las profundidades del mar que bañó el antiguo puerto de Alejandría hasta las arenas del desierto.
La muerte de Cleopatra
El templo de Taposiris Magna podría ser el lugar donde descanses sus restos junto a los de Marco Antonio, el romano del que se enamoró y con el que intentó conquistar y controlar el Imperio Romano. La historia de ambos termina en tragedia, como la novela de Shakespeare. Con el cuerpo de Marco Antonio ya sin vida, Cleopatra se quitó la vida con veneno serpiente con 39 años.
Según los escritos del historiador romano Dion Casio, tanto Cleopatra como Marco Antonio fueron embalsamados. Además, Plutarco dejó escrito que por orden de Octavio, el emperador romano al que se enfrentaron, ambos recibieron sepultura.
Aunque durante los últimos años ha habido importantes excavaciones arqueológicas, ninguna ha dado con la tumba de Cleopatra. Está claro que el día que se descubra tendrá una repercusión similar a la de Tutankamon. Todo lo que ha vivido Egipto desde su muerte, en el año 30 a.C., hace que buscar el sepulcro sea como buscar una aguja en un pajar. La ciudad de Alejandría yace hoy bajo las aguas, escondiendo más de un tesoro. Incluso el desierto se ha tragado más de una historia.
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