La UE aprueba las primeras sanciones contra China desde la crisis de Tiananmén

La Unión Europea ha aprobado este lunes las primeras sanciones contra China desde el embargo de armas decretado tras la matanza de Tiananmen en 1989. El Consejo de Ministros de Exteriores, reunido en Bruselas bajo la batuta de Josep Borrell, Alto Representante de Política Exterior de la UE, ha tomado la decisión de añadir a su lista negra a cuatro dirigentes y un organismo chinos por las violaciones de derechos humanos contra la minoría uigur en la región de Xinjiang. Otros tres países, Estados Unidos, el Reino Unido y Canadá, han anunciado este lunes sanciones contra altos cargos chinos para elevar la presión sobre Pekín por su política en relación a los uigures.

Se trata de un paso de consecuencias diplomáticas impredecibles. Pekín ya ha advertido que la iniciativa de Bruselas “socava seriamente las relaciones” bilaterales, tras anunciar como represalia más a corto plazo sanciones a 10 individuos y cuatro entidades de la UE. Las medidas suponen la verdadera puesta en funcionamiento del nuevo instrumento de castigo individual de la UE en el área de derechos humanos, que permite imponer sanciones incluso a ciudadanos de países con los que el bloque comunitario mantiene relaciones fluidas. El mecanismo, adoptado en diciembre de 2020, se inspira en la llamada ley Magnitski de Estados Unidos, aprobada en 2012 por la Administración de Barack Obama, y pretende penalizar de forma quirúrgica y teledirigida a determinados individuos o instituciones, mediante la prohibición de entrada a territorio comunitario o la congelación de sus activos en suelo europeo.

A principios de marzo, la UE ya recurrió a este mecanismo para actuar contra cuatro altos funcionarios rusos, por su implicación directa en la persecución y encarcelamiento del líder opositor Alexéi Navalni, en un movimiento coordinado con Estados Unidos.

Con la decisión adoptada este mediodía, los Veintisiete quieren enviar “una señal de la firme determinación de la UE de defender los derechos humanos y de actuar de manera tangible contra los responsables de violaciones y abusos”, ha indicado el bloque en un comunicado. Las sanciones afectan a Zhu Hailun, exsecretario del Comité de Asuntos Políticos y Jurídicos de la Región Autónoma Uigur de Xinjiang, considerado el “arquitecto” del “programa de vigilancia, detención y adoctrinamiento a gran escala dirigido contra los uigures y contra personas de otras minorías étnicas musulmanas”, según detalla la regulación por la que se aprueban las sanciones. Más de un millón de miembros de la minoría musulmana uigur han sido internados en campos de reeducación, según la ONU.

También han sido incluidos en la lista Wang Junzheng, considerado “responsable” de “las detenciones arbitrarias a gran escala y los tratos degradantes infligidos a los uigures” y de “violaciones sistemáticas de su libertad de religión” desde su puesto de secretario del Partido del Cuerpo de Producción y Construcción de Xinjiang y vicesecretario del Comité del Partido de la Región Autónoma Uigur de Xinjiang; Wang Mingshan, miembro del Comité Permanente del Partido en Xinjiang, como “responsable del mantenimiento de la seguridad interna y la aplicación de la ley en la región”, y como tal, “un puesto político clave encargado de supervisar el programa de vigilancia, detención y adoctrinamiento a gran escala”; y Chen Mingguo, director de la Oficina de Seguridad Pública de Xinjiang, organismo que ha lanzado un “programa de big data utilizado para rastrear a millones de uigures y señalar a los que se consideran ‘potencialmente amenazantes’ para enviarlos a campos de detención”.

La UE ha añadido, asimismo, entre los sancionados a la Oficina de Seguridad Pública del Cuerpo de Producción y Construcción de Xinjiang, el departamento encargado de aplicar las políticas de esta “organización económica y paramilitar estatal”, que han dado como resultado las violaciones de derechos humanos de la minoría uigur.

La reacción de Pekín no se ha hecho esperar. Al poco del anuncio de Bruselas, ha replicado que impondrá sanciones contra 10 ciudadanos de la UE, entre ellos cinco europarlamentarios, a los que acusa de “difundir maliciosamente mentiras y desinformación”, y cuatro entidades, incluido el Comité Político y de Seguridad del Consejo de la UE. En una declaración, el Ministerio de Asuntos Exteriores chino ha reclamado a la UE que corrija su “grave error” y le ha urgido a no interferir en los asuntos internos del país.

Las noticias de las represalias chinas han llegado a la reunión de ministros de Exteriores europeos incluso antes de concluir la cita, según ha confesado el alto representante Borrell en la rueda de prensa posterior. “Lo consideramos lamentable e inaceptable”, ha dicho Borrell. “En lugar de cambiar sus políticas y abordar nuestras legítimas preocupaciones, China ha vuelto a hacer la vista gorda. No cambiará la determinación de la UE de defender los derechos humanos y de responder a las violaciones y abusos graves, independientemente de dónde se cometan”.

Bruselas, que el pasado diciembre concluyó un gran acuerdo comercial con China, aún pendiente de ratificación, confía en que las relaciones económicas con Pekín no sufran un descalabro y que, a pesar de la tensión aparente y de las airadas reacciones públicas, triunfe el pragmatismo y los lazos comerciales prosigan viento en popa. En 2020, año del azote de la pandemia, China se convirtió en el primer socio comercial de la UE.

El francés Raphaël Glucksmann, uno de los europarlamentarios sancionados, se confiesa sorprendido de haber sido incluido en la lista china. “No pensé que irían tan lejos, pero lo considero como un tributo a mi compromiso en defensa de los derechos humanos”, dice en conversación telefónica.

Glucksmann, de 41 años, ensayista y activista político que entró en la Eurocámara en 2019 con el partido de izquierda Plaza Pública, se ha involucrado estos dos últimos años en distintas iniciativas e informes que han tratado de alertar sobre la situación de los uigures. “Hay más de un millón de personas en campos de concentración, campañas masivas de esterilización de mujeres, cientos de miles de personas enviadas a otras partes del país a trabajar gratis. El objetivo es reemplazar la población uigur con la [etnia mayoritaria] han”, describe. Considera que las sanciones, que implican que no podrá entrar en China, tampoco cambian el escenario: ha solicitado en varias ocasiones investigar sobre el terreno, pero hasta ahora Pekín ha rechazado sus demandas. “No quieren que nadie vaya allí. Están organizando un apagón en torno a la región”, sentencia.

Otras sanciones

Las chinas no fueron las únicas sanciones aprobadas este lunes por el Consejo de Exteriores, al que ha acudido como invitada Michelle Bachelet, alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU. La UE ha decidido imponer medidas restrictivas contra un total de 11 personas y 4 entidades responsables de la represión en Corea del Norte, de ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas en Libia, de tortura y represión contra personas LGBTI y opositores políticos chechenos en Rusia, y de torturas, ejecuciones y homicidios extrajudiciales, sumarios o arbitrarios en Sudán del Sur y en Eritrea.

Los ministros de Exteriores han impuesto sanciones también por primera vez contra 11 personas consideradas responsables del golpe militar en Myanmar el pasado 1 de febrero y de la posterior represión contra manifestantes pacíficos.

Castigo de EE UU

Estados Unidos, por su parte, también ha incluido en su lista negra a dos de los funcionarios chinos sancionados por la UE: Wang Junzheng y Chen Mingguo. “Las autoridades chinas seguirán sufriendo las consecuencias mientras se cometan atrocidades en Xinjiang”, ha advertido Andrea Gacki, directora de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, encargada de supervisar los programas de sanciones. El Reino Unido también ha anunciado sanciones contra cuatro altos funcionarios chinos.

Los funcionarios chinos han sido castigados bajo la ley Magnitski, con el impedimento de entrar en territorio estadounidense y la congelación de los activos que puedan tener en el país. “El Tesoro se compromete a que el Gobierno chino pague las consecuencias por los abusos contra los derechos humanos, la detención y la tortura contra los uigures y otras minorías étnicas”, ha enfatizado Gacki.

Reino Unido y Canadá, por su parte, también han adoptado sanciones contra China este lunes. “La coordinación ha sido perfecta”, ha dicho Borrell sobre la sincronización de las distintas capitales.


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