Facebook ha comunicado al Tribunal Supremo de Irlanda que no ve posible seguir operando en Europa si los reguladores de dicho país paralizan la transferencia de datos personales a Estados Unidos, según informó ayer el periódico The Sunday Business Post, citado por Reuters. “No está claro cómo, en esas circunstancias, [la compañía] podría continuar brindando los servicios de Facebook e Instagram en la UE”, aseguró Yvonne Cunnane, directora de Protección de Datos de la empresa en Irlanda, en una declaración jurada presentada ante el tribunal a la que ha tenido acceso dicho medio. EL PAÍS ha preguntado a Facebook por dicha declaración, pero no ha obtenido respuesta.
La Comisión de Protección de Datos de Irlanda, principal regulador europeo, decidió que Facebook no puede utilizar el mecanismo por el que se transfieren datos de la Unión Europea a Estados Unidos después de que el pasado 16 de julio la justicia europea tumbara el llamado escudo de privacidad, el principal mecanismo legal que permite a miles de compañías realizar libremente dichas transferencias. El Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) advirtió entonces de que dicha normativa no ponía límites a algunos programas de vigilancia de la Administración norteamericana, que afectaban a la privacidad de ciudadanos no estadounidenses.
El tribunal europeo no puso, sin embargo, objeciones a las transferencias basadas en las llamadas cláusulas contractuales estándar derivadas del reglamento general de protección de datos europeo (standard contractual clauses o SCC). A estas cláusulas, en principio vigentes, se aferran las grandes compañías para seguir transfiriendo datos al otro lado del Atlántico.
Una orden que se extiende a toda la UE
La orden de la Comisión de Protección de Datos de Irlanda “debe ser cumplida sin esperar al refrendo del resto de reguladores de los demás miembros de la UE”, explicó hace unos días a EL PAÍS Natalia Martos, CEO y fundadora de Legal Army. “De hecho, si alguna otra autoridad de protección de datos de alguno de los restantes miembros tuviera la potestad de emitir una orden preliminar así, también podría hacerlo”, aseguró la abogada.
Sin embargo, Facebook recurrió dicha orden ante la justicia irlandesa y consiguió congelar su aplicación hasta que se pronuncie el Supremo el próximo mes de noviembre. “Agradecemos la decisión del Tribunal de concedernos permiso para iniciar esta revisión judicial. Las transferencias internacionales de datos apuntalan la economía global y respaldan muchos de los servicios que son fundamentales para nuestra vida diaria. Las empresas necesitan reglas globales claras, respaldadas por un fuerte estado de derecho, para proteger los flujos de datos transatlánticos a largo plazo”, ha asegurado a EL PAÍS un portavoz de la compañía.
El pasado 9 de septiembre, el vicepresidente de Facebook y responsable de Comunicación y Relaciones Internacionales, Nick Clegg, confirmó por primera vez en un blog corporativo la investigación del regulador irlandés. “La falta de transferencias de datos internacionales seguras, protegidas y legales dañaría la economía y obstaculizaría el crecimiento de las empresas basadas en datos en la UE, justo cuando buscamos una recuperación de la covid-19. El impacto lo sentirían las empresas grandes y pequeñas, en múltiples sectores”, aseguraba en el post.
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