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La UEFA sanciona a Hungría con dos partidos a puerta cerrada por cánticos homófobos y racistas


La UEFA ha confirmado en su web la sanción a Hungría por los altercados discriminatorios producidos durante la disputa de la Eurocopa. Una de las sedes de la competición era el campo Puskas Arena y en él se celebraron dos de los tres partidos de la selección húngara en la fase de grupos. Durante estos encuentros, los aficionados locales profirieron insultos racistas y homófobos contra los rivales. Por ello, la federación deberá pagar una multa de 100.000 euros y jugar los próximos dos partidos a puerta cerrada.

Los hechos, según ha detallado la UEFA, se produjeron en el Hungría – Portugal, Hungría – Francia y Alemania – Hungría, los dos primeros jugados en el Puskas Arena. En el duelo ante Portugal, por ejemplo, los aficionados se dirigieron a Cristiano Ronaldo en términos homófobos. Y ante Francia se realizaron insultos racistas a Karim Benzema entre otros.

La resolución ha sido del Comité de Control Ético y Disciplinario de la UEFA y no es otra que la de cerrar el estadio húngaro, sea cual sea en el que vaya a jugar la selección, durante dos partidos, además de que tendrán que desplegar una pancarta con el ‘hashtag’ #EqualGame”, con el logo de la UEFA en él. Además, se guardará la posibilidad de un tercer partido de sanción si se reincide en un periodo de dos años. A ello se tendrá que sumar una sanción de 100.000 euros que deberá abonar la federación. La sanción se aplica únicamente a los partidos de las competiciones de selecciones nacionales de la UEFA y no a los clasificatorios europeos para la Copa Mundial de la FIFA 2022.

No es el único frente con el que ha tenido que lidiar la UEFA durante esta Eurocopa. Precisamente, hubo otro conflicto con Hungría por las leyes en contra del colectivo LGTBI+, por ejemplo la que prohíbe la “promoción de la homosexualidad”. Como respuesta Alemania pidió iluminar el estadio del Allianz Arena en Múnich con la bandera arcoíris en su duelo contra Hungría, pero la UEFA se negó al considerarlo una respuesta a una posición política.

Otro episodio ocurrió con el capitán y guardameta de la selección alemana, Manuel Neuer, que jugó durante el torneo con un brazalete arcoíris en apoyo al colectivo LGTBI. Por ello, la UEFA abrió una investigación en contra del portero, aunque en esta ocasión sí fue archivada.

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