Apenas dos días después del intento de magnicidio contra Cristina Fernández de Kirchner, senadores de todas las fuerzas políticas regresaron a la Cámara alta para posar juntos y aprobar una declaración conjunta en repudio al ataque. En un país tan polarizado como Argentina, fue una señal inédita de unidad frente a un acto de violencia sin precedentes en casi cuatro décadas de democracia. Este sábado, transcurrido día y medio desde entonces, ha sido más difícil repetir el guión en la Cámara de Diputados. La grieta política ha vuelto a quedar en evidencia este sábado con la rápida retirada del partido macrista Propuesta Republicana (Pro) del hemiciclo y las críticas vertidas en él por legisladores opositores durante la sesión extraordinaria.
El gobernante Frente de Todos elaboró un texto de repudio en el que se hacía eco de una de las tesis más repetidas por el kirchnerismo desde el jueves: los discursos de odio que “surgen de diferentes espacios políticos, culturales, judiciales y mediáticos” han sido el caldo de cultivo que ha propiciado el ataque. Fue necesario eliminar esa referencia para que el principal bloque opositor, Juntos por el Cambio, votase a favor de la declaración. Al suprimir ese párrafo, la izquierda, en cambio, optó por cambiar su voto positivo por abstención.
“La Honorable Cámara de Diputados de la Nación expresa su enérgico repudio al intento de magnicidio contra la vicepresidenta y dos veces presidenta de la Nación doctora Cristina Fernández de Kirchner”, arranca el texto aprobado por la Cámara Baja. El documento expresa la solidaridad de los legisladores con la vicepresidenta y su familia y exige “el pronto y completo” esclarecimiento de lo ocurrido.
Cristian Ritondo, presidente de Propuesta Republicana en la Cámara Baja argumentó la retirada de los legisladores macristas del recinto por considerar que no es “el lugar para determinar los culpables de un delito”, como tampoco lo es la calle. “Es el Poder Judicial el único que tiene el deber de investigar, juzgar y condenar. No queremos que este hecho gravísimo sea utilizado con el objetivo de generar más fricciones, asignar culpables y mucho menos convertirse en una tribuna para atacar a la oposición política, poder judicial y los medios de comunicación, como lamentablemente vinimos escuchando en las últimas horas”, señaló Ritondo.
Las discrepancias entre los socios de Juntos por el Cambio continúan. Los legisladores de la Unidad Cívica Radical y de Coalición Cívica se mantuvieron en sus bancas y desde ellas compaginaron mensajes de respaldo a la vicepresidenta y a la democracia con advertencias al Gobierno para que no busque sacar rédito político del atentado. “La seguridad no puede ser un tema de carroña política. Venimos a defender la democracia sin sobreactuaciones”, afirmó el radical Mario Negri.
Uno de los discursos más esperados era el de Javier Milei, líder del partido de extrema derecha Libertad Avanza, porque hasta ahora no había condenado el ataque. Milei rompió el incómodo silencio que mantenía para expresar su repudio “a todo tipo de violencia”. Sin embargo, se unió a otros opositores en las críticas al presidente, Alberto Fernández, por haber decretado festivo nacional el día siguiente al ataque. “La política utilizó de manera miserable un hecho delictivo (…) Llegó a ser tan dantesco que declararon un feriado. ¿Alguien me puede decir dónde está el feriado para las víctimas de la masacre de Once? ¿O cuándo mataron al fiscal Nisman? ¿O en el atentado contra la Embajada de Israel?”, cuestionó el legislador.
Pese a las críticas, la sesión transcurrió en un tono mucho más moderado al de sesiones previas y hubo consenso en exigir a la Justicia que vaya a fondo para esclarecer qué pasó.
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