La ventaja de jugar en casa se mantiene a pesar de que los estadios están vacíos

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Lo del jugador número 12 parece que es un mito. Aprovechando la ausencia de público en los estadios por la pandemia, un estudio con partidos de fútbol de las principales ligas europeas muestra que los equipos de casa siguen ganando casi el doble de encuentros que los visitantes aunque no haya espectadores. Sin embargo, el árbitro, que tendía a ser casero, pitando más faltas y sacando más tarjetas a los foráneos antes de la covid, ahora castiga más a los locales. Todo se ha igualado, salvo la ventaja de campo.

La ventaja del factor cancha es una ley prácticamente universal en los deportes de equipo. Se ha investigado y comprobado en el fútbol, el baloncesto, en el hockey sobre hielo, en el fútbol americano o en el béisbol. En el balompié, con datos desde 1888 y más de un millón de partidos, la ratio por cada 100 se acerca a las 50 victorias para los locales, 25 para los visitantes y otros tantos empates. A estos datos, facilitados por el profesor de la facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la Universidad Politécnica/UNEF Miguel Ángel Gómez Ruano, se les han dado muchas explicaciones: que si la fatiga de los visitantes por el viaje, que si la familiaridad con el campo, que si el hecho de jugar en casa enardece a los locales… Pero hay una que siempre ha estado ahí, la presión del público sobre los jugadores visitantes y el árbitro.

Con datos desde 1888 y más de un millón de partidos, la ratio por cada 100 encuentros se acerca a las 50 victorias para los locales, 25 para los visitantes y otros tantos empates

La ausencia de espectadores durante buena parte de la temporada pasada ha permitido ahora medir realmente cuánto de cierto hay en expresiones como miedo escénico, llevar al equipo en volandas o la del jugador número 12. Un grupo de investigadores alemanes ha analizado más de 35.000 partidos de seis ligas europeas (entre ellas la primera y segunda españolas) jugados desde 2010. Lo han medido casi todo: si ganó el equipo de casa o el de fuera, los tiros a puerta, los goles marcados, las faltas señaladas o las tarjetas. Y después lo compararon con lo sucedido en 1.006 partidos de las mismas ligas que se tuvieron que jugar sin público la temporada pasada por culpa de la pandemia.

Los resultados, publicados en la revista científica PLoS ONE son realmente llamativos. Lo resume Fabian Wunderlich, investigador de la Escuela Superior de Deportes de Alemania y coautor del estudio: “El estudio muestra que los espectadores no son la causa principal de la ventaja de jugar en casa, ya que esta se mantiene, reduciéndose de manera no significativa, en ausencia de espectadores”. En el conjunto de la muestra (con partidos de Inglaterra, Italia, Portugal, Turquía, Alemania y España), los equipos de casa ganaron el 43% de los partidos frente al 45% de la década anterior. Los de fuera lograron la victoria el 32% de las veces la pasada temporada sin público mientras lo hicieron el 28% con los estadios llenos. El resto fueron empates, 27% con estadios vacíos versus 25% con los campos llenos. En LaLiga española, la variación en los porcentajes es algo mayor, al reducirse el factor cancha en un 7% (del 48% al 41%).

Estos datos contrastan con los del resto de parámetros que midieron. En los tiros a puerta y goles, que antes de la covid favorecían a los equipos locales, tendieron a igualarse en los partidos de la pandemia. Ambos guarismos se mantuvieron o crecieron algo en los visitantes, pero bajaron las cifras de los locales. Sin embargo, la ventaja local, aunque más estrecha, se mantuvo.

En la liga española, la ventaja de campo se ha reducido apenas un 7% en los más de 100 partidos jugados sin público la temporada pasada

Más marcado es el cambio en las decisiones arbitrales. A los jugadores visitantes, el árbitro les señala las mismas faltas con o sin público, pero aumentaron las pitadas a los locales. De hecho, el equipo de casa fue sancionado de media con un lanzamiento más que el de fuera en ausencia de público. Lo mismo sucede con las tarjetas amarillas. En la década previa, el colegiado mostró un promedio de 1,89 cartulinas de ese color a los que defendían campo (frente a las 2,2 de los foráneos). En el tercio de la temporada 2019/20 que se jugó a puerta cerrada, los primeros fueron castigados con 2,21 amarillas, frente a las 2,06 de media que recibieron los segundos.

Así que la presencia o no de público parece determinar más el rendimiento de los árbitros que el de los jugadores. Este sesgo arbitral ya lo había observado el economista italiano Vincenzo Scoppa en enero pasado, cuando publicó un estudio similar (con una muestra casi idéntica). Pero en este caso Scoppa sí había detectado una reducción significativa del factor cancha. En un correo, y habiendo sumado ya los resultados de lo que va de temporada 2020/21, sostiene que la ventaja de los equipos de casa aunque se mantiene, se ha reducido casi a la mitad: si la década precedente, la media de puntos extra que obtenían era de 0,507 por partido, en lo que va de pandemia, la diferencia entre los puntos ganados por los locales y los que se llevan los visitantes se ha reducido a 0,255 de promedio.

El profesor Miguel Ángel Gómez Ruano, que no ha intervenido en ninguno de estos estudios, recuerda que las diferencias en el impacto del público pueden deberse a diferentes formas de medirlo. “Lo relevante no es contar el número de victorias en casa con o sin público. La clave está en el porcentaje de puntos que se ganan como local en relación con el total de puntos ganados, tanto fuera como en casa. Así se determina el factor cancha”, explica Ruano, coautor junto a Carlos Lago Peñas de un libro sobre el tema: El jugador número 12. Para él, aunque la ventaja de jugar en casa se ha venido debilitando desde hace unos años, “sigue existiendo”. Pero, concluye, “harían falta una o dos temporadas más sin público” para determinar la relevancia real de los espectadores en esa ventaja.

“Entre los factores restantes que podrían explicar la ventaja de campo estarían la familiaridad con las instalaciones deportivas o una reacción hormonal extra para defender el propio territorio, lo que han llamado territorialidad”

Fabian Wunderlich, investigador de la Escuela Superior de Deportes de Alemania

Si no son los espectadores, enseguida surge la pregunta: ¿Qué explica que los de casa ganen más partidos que los visitantes? Para Wunderlich, el autor del estudio alemán, “entre los factores restantes que podrían explicar la ventaja de campo estarían la familiaridad con las instalaciones deportivas o una reacción hormonal extra para defender el propio territorio, lo que han llamado territorialidad”. El cansancio de los visitantes provocado por el viaje, apuntado en anteriores trabajos, lo descarta. En paralelo a la muestra principal, estudiaron el factor cancha en partidos de fútbol aficionado, donde las distancias son mínimas y se mantenía la ventaja de jugar en casa.

Para Ruano, “se puede suponer que cuanto más equilibrada sea la liga, más se mantiene la ventaja de jugar en casa”. Y lo razona: “Por ejemplo en la Bundesliga solo hay 2 equipos muy superiores al resto mientras que los demás no son grandes equipos, situación que lleva a tener menores valores de ventaja de jugar en casa al ser más asequible ganar en otros estadios. Por el contrario si hay más equipos de mayor nivel como en la liga española resulta más difícil ganar fuera, ya que hay más equipos que pueden defender mejor sus partidos jugando en casa”.

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