El precio de la vivienda descendió en el último trimestre de 2020. Las casas fueron un 0,8% más baratas que en el trimestre anterior (el que va de julio a septiembre). La bajada no obstante, fue insuficiente para arrastrar la estadística a caídas interanuales (es decir, lo que vale un inmueble frente a lo que costaba el año anterior). Pero sí para que la exigua subida del último tramo del año se situase en valores desconocidos desde hacía más de un lustro en la estadística oficial, en línea con lo que habían mostrado otros estudios.
De acuerdo con los datos publicados este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la vivienda era en el último trimestre del año pasado un 1,5% más cara que en el mismo periodo de 2019. Es el séptimo trimestre consecutivo en que este indicador, aunque positivo, se recortó. Para encontrar un valor similar, hay que viajar hacia atrás en la serie hasta el primer trimestre de 2015, cuando los precios crecían exactamente al mismo ritmo. Pero entonces la tendencia era al alza, ya que el contexto era el de la salida de la Gran Recesión y el mercado empezaba a mostrar sus primeros signos de crecimiento tras años de retrocesos. De hecho, en 2015 el encarecimiento de las casas, expresado en media anual, se situaría en el 3,6%. El año pasado ese valor, que no refleja el comportamiento más reciente del mercado, sino el promedio de los cuatro trimestres, aumentó un 2,2%, el porcentaje más bajo desde 2014.
Una consecuencia de la crisis del coronavirus es el diferente recorrido que se ha visto entre la obra nueva y la vivienda de segunda mano. Esta última, que es claramente dominante en el mercado, es la que más está sufriendo por el lado de los precios, según el INE. De hecho, en el último trimestre del año pasado era un 1,1% más barata que en verano. Y en tasa interanual siguió creciendo, aunque por poco: un 0,4%.
Mientras, la obra nueva siguió acelerando. En términos trimestrales lo hizo solo un 0,5%, pero fue suficiente para que el 8,2% en tasa interanual sea el mayor acelerón en casi dos años. Las casas a estrenar no se encarecían tanto desde principios de 2019. La diferencia entre este mercado y el de segunda mano se basa, según indican los expertos del sector, en que la pandemia ha forzado cambios de hábito entre los compradores.
Precios similares a los de 2011
Varios estudios, y otras estadísticas, han apuntado a una preferencia por casas mejor acondicionadas y con espacios privativos (terrazas, jardines, etcétera), a las que se supone que responde mejor esta tipología de vivienda. También hay que tener en cuenta que este mercado funciona con muchas preventas, lo que significa que muchas de las operaciones que se cierran en un determinado momento, lo hacen por un precio acordado meses o incluso años antes.
El Índice de Precios de Vivienda del INE no refleja valores en precios absolutos. Se trata de un indicador con base 100 con el que el instituto estadístico calcula lo que vale una casa con respecto al precio medio de 2015 (que es cuando atribuye el valor o la base 100). El año pasado, de media, el indicador se situó en 127,2 puntos. Es decir, que las casas son un 27% más caras que en 2015 y sumaron el quinto año consecutivo de crecimiento (por débil que este fuera). El valor es similar a lo que se pagaba entre 2010 y 2011, cuando los precios caían con fuerza tras tocar techo en la burbuja (en 2007 el índice rozó los 150 puntos).
Los pisos a estrenar, sin embargo, se sitúan en máximos históricos con 137,1 puntos (su récord anterior era de 2008 y estaba en 136,1 puntos). La segunda mano, con 125,7 puntos, es todavía ligeramente más barata que en 2011 y está a años luz de los 166,9 puntos que marcó en 2007.
Un futuro de “moderación”
Para Anaïs López, directora de comunicación de Fotocasa, la pandemia ha tenido poco que ver en la evolución de los precios del año pasado. “Esta tendencia ya era la esperada en un mercado que hace tiempo que tiende a la moderación”, señala en un análisis difundido por el portal inmobiliario. López, quien destaca que en términos interanuales la vivienda no bajó, añade que “la moderación en los precios seguirá durante el 2021 y es posible que en próximos trimestres el INE empiece a registrar las primeras caídas en los precios”.
Francisco Iñarreta, portavoz de Idealista, también destaca que los precios “se han mantenido estables”. “Las razones las encontramos en la actuación del BCE [Banco Central Europeo], las hipotecas en precios mínimos históricos, la estabilidad de la vivienda frente a otros activos y la esperanza de una pronta recuperación”, ha valorado. Para el futuro vaticina “que este escenario de estabilidad se mantenga”, aunque no descarta subidas puntuales “en zonas muy demandadas”.
La estadística oficial también ofrece datos por comunidades autónomas. Al analizar la evolución de precios territorialmente, cuatro comunidades sostuvieron el crecimiento de los importes hasta el final del año. En Murcia, La Rioja, Extremadura y Cantabria las casas fueron entre octubre y diciembre más caras que en el trimestre anterior. Galicia se mantuvo invariable y en todas las demás comunidades aflojaron los precios. En País Vasco, Baleares, Navarra, Cataluña y Madrid el retroceso trimestral superó el de la media de España (se situó entre el -1,6% y el -1,4%).
En términos anuales, Murcia destaca como la comunidad donde más cara era una casa en el último trimestre de 2020, con respecto al mismo periodo de 2019. Allí se pagaba un 3% más. La segunda fue Baleares (2,4%) y la tercera, el País Vasco (2,2%). Todos los territorios acabaron en positivo y, entre los grandes mercados autonómicos, Andalucía y la Comunidad Valenciana registraron un encarecimiento del 1,7%, por encima de la media nacional (1,5%), que Madrid calcó. Cataluña quedó lejos de ese promedio, ya que allí las casas subieron un 1%.
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