La vuelta a las aulas agita el mercado inmobiliario

Estudiantes del colegio mayor Penyafort-Montserrat de Barcelona, el pasado curso.
Estudiantes del colegio mayor Penyafort-Montserrat de Barcelona, el pasado curso.Quique Garcia / EFE

Los estudiantes universitarios y de posgrado ya están regresando de sus vacaciones para superar un nuevo año académico, que será muy diferente al anterior. De los casi 1,6 millones de jóvenes que se encuentran matriculados en las universidades y escuelas de negocios españolas, en torno a 494.000 harán sus maletas para desplazarse desde su ciudad de origen a otras provincias, según un estudio de la consultora Deloitte.

En este primer curso con una mayoría de población vacunada, los colegios mayores, las residencias y los pisos compartidos se rifan a los estudiantes que buscan alojamiento. La calidad de los servicios condiciona el coste mensual de esta oferta residencial.

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En la actualidad, las residencias de estudiantes ofertan en torno a 97.000 camas, insuficientes, aseguran los expertos, para atender las necesidades de alojamiento de 5.000 nuevos estudiantes que se desplazarán en los dos próximos años. Se necesita incrementar la oferta en más de 19.000 nuevas plazas, calcula Deloitte, que en su estudio hace especial hincapié en que cerca de 400.000 estudiantes aún se alojan en un parque de alquiler “obsoleto”.

“La búsqueda de la autonomía y la posibilidad, al mismo tiempo, de mantener una vida social y académica plena son las principales razones de los estudiantes para vivir en una residencia”, opina Álvaro Soto, consejero delegado de Grupo Movaral, promotor en el sector de residencias de estudiantes con más de 4.000 camas localizadas en España.

Soto confirma que “faltan plazas acordes con los estándares de calidad que buscan los jóvenes de hoy en día. Tanto las buenas instalaciones y servicios como elementos como el wifi juegan un papel importante a la hora de elegir residencia”. Su precio puede superar los 1.500 euros en función de su ubicación, el tipo de habitación (individual o doble) o la pensión (media o completa) elegida por el estudiante.

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Sin embargo, esta expansión de las residencias de estudiantes, sostenidas fundamentalmente por fondos de inversión, preocupa a los colegios mayores universitarios, por considerar que defienden más un modelo de negocio que un proyecto educativo.

Los colegios, instituciones universitarias sin ánimo de lucro, reinvierten los beneficios obtenidos en la mejora de sus instalaciones (salas de conferencias, teatro, espacios de música, gimnasios, etcéra) y su programa educativo. “Conocemos casos de colegios mayores que han sido comprados por residencias en donde lo primero que hicieron fue reconvertir zonas comunes, por ejemplo, el salón de actos, para montar más habitaciones”, explica Juan Muñoz, presidente del Consejo de Colegios Mayores Universitarios, que representa a 125 centros y a 17.000 estudiantes de 24 universidades.

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“Hasta la fecha no hemos podido identificar ningún fondo de inversión que gestione residencias universitarias y que mantenga programas similares a los colegios que sirvan para promover el acceso a la educación superior, y que permita mejorar las condiciones de los estudiantes en base al talento y el esfuerzo”, mantienen desde el Consejo de Colegios Mayores Universitarios.

En septiembre de 2020, en plena pandemia, el nivel de ocupación de los colegios mayores era de un 97,30%, similar al que se prevé para el curso 2021-2022. Aunque, debido a la covid, casi el 40% de los centros tuvieron que disminuir sus plazas disponibles, reconvirtiendo las habitaciones dobles en individuales. También aliviaron los bolsillos de los estudiantes congelando sus cuotas mensuales, “que se mantendrán, en gran parte, inalterables durante este año, o al menos actualizadas con el IPC”, destaca Muñoz. El coste medio mensual por estudiante en un colegio mayor se sitúa en unos 1.000 euros.

Oriundo de Vitoria, David Pozo, que comenzará en septiembre su cuarto curso en el Grado en Ingeniería Aeroespacial en la ETSIAE (UPM) en Madrid, reside desde hace tres años en el Colegio Mayor Chaminade. Este centro cuesta alrededor de 1.100 al mes, aunque a partir del tercer curso se obtiene un descuento que hace bajar la cuota a 800 euros. “Tenemos comedor, lavandería, gimnasio, piscina, pista multideportes, sala de ensayos, salón de actos… Digamos que todos los gustos y aficiones se ven satisfechos. En cuanto a actividades, existen conferencias, charlas, cursos, debates, y en el aspecto deportivo hay profesores, entrenadores de múltiples deportes, desde telas aéreas, pasando por esgrima, hasta fútbol”, describe David. “Los estudiantes no somos clientes o huéspedes, somos parte del colegio, y participamos de las decisiones”.

También la oferta de pisos compartidos, opción elegida por estudiantes de segundo o tercer curso o posgrado, principalmente, se ha estabilizado en el último año y solo ha crecido un 6%, según un informe publicado por el portal Idealista.

“El volumen de habitaciones disponibles se ha mantenido estable desde el verano pasado, cuando el crecimiento fue del 30%. Seguimos en un rango muy elevado de oferta existente, que posiblemente se vaya reduciendo según avancen los procesos de vacunación”, explica Francisco Iñareta, portavoz de Idealista.

Según este portal, San Sebastián es la ciudad más cara para alquilar habitación (406 euros al mes), seguida por Barcelona (395) y Palma (376). En Madrid el precio del alquiler en pisos compartidos ha caído hasta situarse en 370 euros mensuales.

Pedro Govantes, de 22 años, que iniciará este año un máster en Psicología en San Sebastián, ha buscado, desde Sevilla y a través del portal Erasmusu.com, una habitación en un piso compartido. Aunque esperaba encontrar opciones “algo más baratas”, lo cierto es que finalmente ha conseguido una habitación a buen precio, 350 euros al mes, teniendo en cuenta el coste medio de la habitación en San Sebastián.

Lo más barato

“Lo más buscado en nuestro portal, con un 85%, son habitaciones en piso compartido. También permitimos buscar residencias y colegios mayores, pero en volumen gana por goleada el alquiler de habitación, que a los estudiantes les da más libertad y también precios más contenidos”, afirma Miguel Ángel Díez, consejero delegado de Erasmusu. En lo que va de año este portal ha gestionado más de 3.800 reservas de alojamiento, y espera terminar 2021 con al menos 9.000.

Dondememeto.com es otro portal que surge para cubrir la necesidad urgente de alojamiento universitario. Según su fundadora Kini López, “a menor edad del estudiante y mayor renta familiar, la opción preferida es la de una residencia de estudiantes o colegio mayor. Las familias prefieren alojar a sus hijos ahí porque no tienen que preocuparse de nada más que de estudiar”. Además, recalca, “la comida está cubierta, también los servicios de limpieza, cuentan con instalaciones para el estudio, muchas incluso para hacer deporte, pero sobre todo es la seguridad que les da saber que tienen la supervisión de una organización que cuida de sus hijos ante cualquier imprevisto que pueda surgir”.


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