Laberinto Yo’eme, un homenaje a Tomás Rojo | Artículo

Por Alberto Vizcarra Ozuna

 

El largometraje, desarrollado en forma de documental, Laberinto Yo’eme es una producción que al presentar con realismo dramático las condiciones de asedio, pobreza y terror que se padece y vive en el territorio de la Tribu Yaqui, no descuida la belleza de la fotografía y la secuencia de imágenes que mantienen una tensión constante, como la entrada a un laberinto sin salida, pero que, al final, con sorprendentes recursos poéticos, tomados de los yoremes que lo protagonizan, se abre una esperanza fundada de que la tribu y el país entero no tienen por qué aceptar el infierno como cautiverio.


Sergi Pedro Roos, el joven director de origen español, explica esto mejor al referirse a su documental: “Sin dejar de ser denuncia, Laberinto Yo’eme también sabe ser poético”. Sergi Pedro estima que su origen valenciano pudo darle una mirada tan afín con la perspectiva de los yaquis. Es un convencido de que quien asista a ver la película transitará por un cuestionamiento moral y será invitado a no permanecer pasivo. Admite que el cine, el teatro y el documental son herramientas políticas tremendas. Siendo tan joven, tiene la sensibilidad artística para no separar el cielo de la tierra; se mantiene lejos de las posturas angelicales y folclóricas.

Se iniciaron las presentaciones en salas de cine el jueves 26 de agosto y el sábado 28 se presentó el documental en el Museo de la Memoria y Tolerancia de la Ciudad de México, acto que se hizo en homenaje al vocero de la etnia, Tomás Rojo Valencia, notorio defensor del territorio y las aguas de Río Yaqui, y uno de los principales protagonistas del largometraje. Rojo Valencia fue desaparecido el 27 de mayo de este año, y su cuerpo encontrado en el mismo territorio yaqui la mañana del 17 de junio.



 

En el homenaje al vocero yaqui, previo a la presentación de la película, hicieron uso de la palabra la hija de Tomás, Pabela Rojo y otros integrantes de la tribu que asistieron a la ceremonia, además del poeta Eduardo Vázquez, quien dio lectura a un sentido mensaje de Cuauhtémoc Cárdenas, junto a un poema de su propia autoría. Tuve el honor de enviar un mensaje videograbado, desde ciudad Obregón, Sonora, al evento al que también asistió Alejandro Encinas, subsecretario de gobernación.

Aunque el documental se llevó cerca de cinco años en su proceso de producción, aparece al público en un momento dramático para la tribu y para el país entero. El laberinto en que se encuentran los yaquis es el microcosmos del laberinto en que están los mexicanos, con un crecimiento de la pobreza, el desempleo y la violencia que no se detienen. Una economía estancada, golpeada por la pandemia y un presidente ceñido al núcleo duro de las políticas macroeconómicas neoliberales, que por más de tres décadas no le han permitido crecimiento económico al país para poder llevar bienestar a la mayoría de los mexicanos.

Laberinto Yo’eme nos confronta a todos y también al presidente de la República. Hay una gran sombra de ironía sobre una parte de los acontecimientos dramáticos que han mantenido en la zozobra a la tribu yaqui en los últimos tres años: ocurren en el contexto de que el gobierno federal presume la instrumentación de un Plan de Justicia para los Pueblos Yaquis, al mismo tiempo que se niega a dar cumplimiento a las disposiciones judiciales y observancias de la Suprema Corte, que disponen la cancelación de la operación ilegal del Acueducto Independencia, obra con la que se desvían decenas de millones de metros cúbicos de agua para atender la proyección de grandes negocios inmobiliarios en la ciudad de Hermosillo.

 

El largometraje puede coadyuvar en la tarea de aliviar la presbicia con la que el presidente observa la historia de México: quiere pedir perdón por los abusos cometidos contra los indígenas por la colonia y por las atrocidades del porfiriato. Su mirada al pasado se mantiene en la lejanía y no advierte algunos de los pasos de su gobierno. No quiere darse cuenta, que el acueducto que ilegalmente le cambia el uso y destino a las aguas del Río Yaqui –y que Conagua y el Instituto Nacional para los Pueblos Indígenas están empeñados en imponer- bien merecería el nombre de Porfirio Díaz.

Los mensajes de los yaquis presentes en el homenaje a Tomás Rojo, como el de Cuauhtémoc Cárdenas y el del Movimiento Ciudadano por el Agua, fueron coincidentes en la importancia de mantener a salvo el decreto de Lázaro Cárdenas, lo cual implica que, en apego a la ley y al estado de derecho, se cancele la operación del Acueducto Independencia.

Ciudad Obregón Sonora, 1 de septiembre de 2021

Alberto Vizcarra Ozuna, coordinador del Movimiento Ciudadano por el Agua


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