Una vez comenzada en España la vacunación contra la covid-19 el pasado 27 de diciembre, las primeras personas en inmunizarse fueron los residentes de centros de mayores y sus cuidadores. El siguiente turno ha sido para los sanitarios como Beatriz Martínez Núñez, médica psiquiatra. Poco podía imaginar lo difícil que le sería conseguirlo. El pasado martes 12 de enero comenzaba un breve e inquietante periplo que decidió compartir en Twitter: “He llegado triste a casa porque no me han dejado ponerme la vacuna, si no suspendía la lactancia materna antes”.
Esta médica, especialista en infancia y adolescencia y que trabaja en un centro sanitario de Madrid (que prefiere no citar), explica a EL PAÍS los detalles de su trabajo: “En mi práctica clínica atiendo a niños pequeños que, por su edad, no tienen que llevar mascarilla. También estoy en contacto con niños con discapacidad intelectual, que, dadas sus condiciones, también están exentos de su uso. Desde marzo hemos tenido mucho trabajo; yo me reincorporé justo ese mes tras mi baja maternal. Mi hija tiene ahora 15 meses y doy el pecho”. Ante su situación profesional, a Martínez le daba miedo un probable ingreso y vacunarse le pareció la solución más conveniente. “Soy médico y madre y me informé de los riesgos por lo que he leído de diferentes instituciones como el Ministerio de Sanidad e incluso la farmacéutica que suministra la vacuna. Soy consciente de que es una decisión que debo tomar yo”, sostiene.
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De esta forma, la especialista denunciaba en su red social que quería vacunarse para proteger también a su familia y que no había podido. En el centro en el que trabaja, desde el departamento de Salud Laboral, le explicaron que debía firmar un consentimiento, donde en el último párrafo se leía que no se podía administrar la vacuna a menores de 16 años, embarazadas y mujeres lactantes. “No firmé el documento porque no era mi caso y pregunté qué podía hacer, dado mi interés en vacunarme”. La persona que la informó se lo desaconsejó y lo justificó con que no había los suficientes estudios, indicándole “a modo condescendiente y paternalista” que se lo pensara unos días -entre siete y 15- y que dejase de dar el pecho a su hija, porque “no merecía la pena el riesgo”. “Me sentí juzgada como madre y cuidadora de mi hija. Yo ya había estimado el balance beneficio-riesgo. Siempre he querido prevalecer mi derecho a decidir, en este caso como paciente”, dice Martínez.
Dos días más tarde, y al no obtener respuesta del departamento de Salud Laboral, Martínez se puso en contacto con la dirección del centro, quien lamentó la situación. Horas después, estos se disculparon. Al día siguiente, el viernes 15 de enero, vacunaron por fin a Martínez, y le entregaron un documento actualizado que firmó convencida. “Espero que mi queja sirva de algo y se logre una unificación en los protocolos”, remata la psiquiatra.
¿Es seguro suministrar la vacuna a las madres lactantes?
Muchas asociaciones y organizaciones científicas nacionales e internacionales hablan de compatibilidad en la vacuna frente a la Covid-19 y la lactancia materna. A nivel internacional, por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud indica que, si una mujer que amamanta es parte de un grupo prioritario, se le puede ofrecer vacunarse. Después de la vacunación, la OMS no recomienda suspender la lactancia materna. En el caso de las españolas, representadas por la FACME (Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas), aseguran que no existe riesgo ni para la mujer, ni para el bebé, ni para su lactancia. Las declaraciones del doctor Fran Álvarez, coordinador del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (CAV-AEP), son contundentes y discurren desde la “limitada información disponible sobre la relación entre la vacunación frente a la covid y la lactancia materna”: “Considerando la importancia de dar el pecho y la experiencia acumulada con otras vacunas inactivadas, desde el CAV-AEP valoramos iniciar con normalidad y no interrumpir el amamantamiento en mujeres en las que esté indicada la vacunación. En cualquier caso, la madre lactante tendrá las opciones de elegir si acepta o demora la vacunación”.
El tema de la lactancia materna es un debate abierto, pese a los ya demostrados beneficios que derivan de la misma. Elena Blanco, pediatra y cocreadora del blog Dos pediatras en casa, asegura que existe desinformación en el tema de la lactancia materna en general, en el ámbito de los profesionales médicos y concretamente de la pediatría. “Al menos en mi caso, durante la carrera de medicina no recibí ninguna formación. Durante la residencia de pediatría es una materia que estaba presente, pero la formación específica que recibí fue escasa. Aprender, en ocasiones, depende más del interés del profesional que de la formación reglada que se exige”, sostiene Blanco. “Aunque también creo que la tendencia está cambiando y cada vez hay más profesionales sanitarios formados en lactancia materna, pero todavía queda mucho por hacer. Espero que en un futuro el pediatra -quien está tan en contacto con las familias-, sepa dar el apoyo que necesita la madre que está dando pecho”, concluye.
En un primer momento, sin ensayos clínicos (por lo tanto, con una carencia de evidencia científica) de la vacuna de Pfizer con madres que amamantan, el laboratorio no se arriesgaba a incluir a este grupo de personas. “Tenemos la consideración de diversos organismos, entre ellos la IHAN (Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia), afirmando que por la tecnología que utiliza esta vacuna (ARN mensajero, que no contiene virus vivos y se degrada rápidamente en el interior de las células) no tendría por qué suponer un riesgo para las mujeres que dan el pecho ni para sus hijos, ya que ese ARNm no se excretaría en leche”, explica la pediatra. “La vacunación se está priorizando en personas muy vulnerables, así como en aquellos muy expuestos a un contagio. En este sentido, si alguna persona de estos grupos está dando el pecho, no debería haber inconveniente en que se vacunara, siempre y cuando esté dispuesta”, declara. “El resto de mamás lactantes, que no están tan expuestas, se vacunarán más adelante, y cuando llegue el momento tampoco debería haber inconveniente. No obstante, para eso quedan todavía unos meses”.
¿Podrá asimismo la vacuna proteger al lactante?
Para Blanco, no parece lo más sensato interrumpir una lactancia solo por el hecho de que una madre se vaya a vacunar. Es importante destacar que “no se espera que la vacuna tenga más efectos secundarios que en aquellas madres que no dan el pecho a sus hijos (…). La vacunación por parte de la madre podría proteger también al bebé con los anticuerpos que puedan pasar a la leche”. Esto es algo que la empresa española LactApp está investigando con un estudio pionero en la Unión Europea. El estudio, con 23 voluntarias, “busca indagar si la vacuna es capaz de transmitir anticuerpos a los bebés a través de la leche materna, y cuantificarlos para saber si estos pueden llegar a proteger a los lactantes”. Una investigación que pretende contribuir con evidencia científica a que las mujeres dispongan de los datos necesarios para tomar una decisión libre e informada. “La investigación en el ámbito de la lactancia es escasa y muchas veces no está dirigida a la mejora de la atención de las personas que lactan”, asevera Laia Aguilar, jefa médica de LactApp y una de las coordinadoras de la investigación. “Desde LactApp queremos ofrecer a las madres herramientas para que consigan la lactancia que desean”, añade esta experta.
Dayana Jácome, farmacéutica comunitaria y asesora de lactancia certificada, menciona estudios como el del InfantRisk (diciembre de 2020) que consideran prácticamente improbable que a la leche lleguen componentes de la vacuna y que se conserven vivos. “Y de ser así, estos serían digeridos por el bebé como una proteína más”, asevera Jácome. “Bien es cierto que la madre que da pecho debe estar sana y bien informada de los pros y contras que coexisten, como ocurre con toda vacuna”, sostiene Jácome. “Puede resultar de lógica creer que, si otras vacunas de las mismas condiciones son compatibles con la lactancia, esta también lo sea. Por otra parte, también lo es el considerar que, si una madre positiva en coronavirus puede amamantar, también pueda administrársele la vacuna”, termina la farmacéutica.
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