La batalla en el fútbol español es frontal a falta de tres días para una votación decisiva. El jueves, la Asamblea de Clubes tiene que decidir si aprueba el acuerdo de LaLiga con el fondo de inversión CVC por el que este inyectaría liquidez (2.668 millones de euros) en un negocio muy tocado por la crisis del coronavirus. En un lado de ring se encuentra la patronal, dirigida por Javier Tebas, y en el otro, los dos mastodontes: Real Madrid y Barcelona, defensores de la Superliga europea que tanto critica Tebas. LaLiga asegura que si el proyecto sale adelante (necesita, al menos, 33 votos favorables de 42), será efectivo sea cual sea la posición de merengues y culés, y que estos serían libres de acceder al dinero disponible, pero que en ningún caso les dejaría fuera del nuevo marco legal.
Más información
Las entidades blanca y azulgrana se oponen frontalmente a un pacto que repartiría entre los 42 clubes de Primera y Segunda División (en función de su peso en los ingresos televisivos) una cantidad nada despreciable de dinero en estos tiempos de pandemia, a devolver a coste cero en 40 años; pero que consideran muy insuficiente porque en el medio siglo de duración del convenio con este fondo de inversión los ingresos que podrían obtener por su cuenta los equipos serían a su juicio muy superiores. La respuesta de la patronal es clara: sus estimaciones “no son realistas” y responden a una “interpretación interesada de la operación”, asegura su director corporativo, José Guerra.
Según el informe de una consultora esgrimido por el club de la Castellana y adelantado este lunes por EL PAÍS, si el acuerdo recibe la bendición, el Barcelona podría ingresar 270 millones mientras que en los 50 años acabaría dejando de meter en caja 2.366 millones. En el Madrid, el desfase sería de 2.281 millones; en el Atlético, de 1.919; en el Valencia, de 1.151; y en el Leganés, de 635. El estudio analiza la situación de cada club, uno a uno, y el Real Madrid se ha encargado de que todos tengan acceso a él para lograr su voto negativo en la reunión del jueves.
Esta estimación, una de las cinco dibujadas, es la considerada estándar y recibe el nombre de “conservadora”, con un alza media del 3% en la industria del fútbol español en el siguiente medio siglo. La hay más “optimista”, que establece un crecimiento del 10%, y muy catastrofista, bautizada como “fin del mundo”, que fija un descenso del 72% del negocio. Pero en todas ellas, según la consultora, los clubes saldrían perjudicados. Ninguno de estos escenarios, sin embargo, es aceptado por la patronal, que considera que la entrada de CVC resulta imprescindible para “mantener la competitividad” y acortar distancias con la hegemónica Premier inglesa, subraya Guerra.
“La Ligue 1 francesa, la Serie A italiana y la Bundesliga alemana han caído en sus mercados nacionales e internacionales. En la Premier, el nacional se ha quedado a cero gracias a que el Gobierno ha echado una mano, pero en algunos países extranjeros ha descendido. Que aquí se asuma que vamos a subir un 3% perpetuamente es una previsión nada conservadora. O el consultor no ha estudiado el caso o ha puesto un número cualquiera encima de la mesa. No me merece mucho respeto ese cálculo”, rebate el director corporativo de LaLiga.
Enmienda total
Las cifras a medio y largo plazo que pone sobre el tapete la patronal son más modestas. En los nueves años siguientes, el incremento del negocio futbolístico en España (en su mayor parte procedente de los ingresos televisivos) sería del 3,1%, próximo a lo que vaticina la consultora contratada por el Real Madrid. En 2022, los beneficios totales se cifran en unos 1.660 millones, un dato que tampoco discute la patronal. Las divergencias, sin embargo, vienen cuando se ponen las luces largas.
Mientras el club blanco, apoyado por el Barcelona, calcula que la industria puede escalar a un ritmo global del 3% en el próximo medio siglo, LaLiga rebaja de forma notable ese escenario: dentro de 13 temporadas, en la 2034-35, quedaría en el 1,3%, menos de la mitad. Y eso con el acuerdo con CVC. “Si no, las cifras serían aún menores, sin duda”, matiza José Guerra. “No es posible crecer siempre al 3%. Cuanto más grande eres, más difícil te resulta”, comenta. Una de las vías para ensanchar la base financiera sería comercializar directamente los derechos televisivos a través de su propia OTT (LaLiga TV), opción de futuro que no descarta el organismo que dirige Javier Tebas.
La enmienda de la patronal al estudio de la consultora es absoluta. “Hacer un análisis de inversión sin tener en cuenta el tiempo es no tener ni idea. No es igual recibir una renta ahora que dentro de 15 años. Esto lo enseñan en primero de Empresariales”, subraya Guerra cuando se le pregunta por el escenario calificado de “pesimista”, que establece un crecimiento del 0% de la industria futbolística española en 50 años y que, según la consultora, aun así daría al fondo de inversión más de 35 años de beneficios a costa de un acuerdo que no contempla de inicio ninguna renegociación entre las partes durante el medio siglo de duración y que establece que la competición cedería el 10,95% de sus derechos hasta 2071 a cambio de 2.668 millones de euros.
LaLiga, que puntualiza que se ha asegurado de que, ante un hipotético recorrido judicial, el pacto cumple la normativa, se enfrenta a una decisión crítica en un momento de grandes penurias económicas en todos los clubes y con un horizonte lleno de incertidumbres, incluso a corto plazo. El acuerdo que rechazaron Italia y Alemania se ha puesto sobre la mesa en España en un clima nada pacífico.
Hacen falta 33 votos favorables de 42 para ratificar el texto
Para que el acuerdo con el fondo de inversión CVC sea aprobado, serán necesarios, al menos, 33 votos a favor de entre los 42 clubes de Primera y Segunda División. Cabe la abstención y el sufragio será secreto. “Lo podíamos sacar con una mayoría simple [22 apoyos], pero queremos que sea por una mayoría amplia”, afirma el director corporativo de LaLiga, José Guerra, que se muestra confiado en que saldrá adelante pese a la presión que están ejerciendo el Real Madrid y el Barcelona. En la comisión delegada celebrada el pasado miércoles, los 14 miembros presentes dieron su respaldo unánime. En aquella reunión se encontraban, entre otros, el Atlético, el Villarreal, el Sevilla, el Betis y la Real Sociedad.
De la Asamblea del próximo jueves quedan lógicamente fuera los equipos de la tercera categoría del fútbol español, antes llamada Segunda B y ahora Primera Federación. Los que ascienda a lo largo de estos 50 años, sin embargo, se unirían de forma automática a este acuerdo con las normas aprobadas, sin capacidad de votarlo. Para los que descienden al semiprofesionalismo, el pacto contempla unas cláusulas que alivien la pérdida de músculo económico de los clubes afectados para que puedan hacer frente a esos préstamos. Por ejemplo, podrían suspender el pago del crédito hasta 10 años o flexibilizar su cuota. En todo caso, nunca quedarían exentos de devolver el dinero prestado en esta operación.
El acuerdo pendiente de ratificación en la Asamblea valoró el negocio de LaLiga en 24.250 millones de euros y los casi 2.700 millones que inyectaría el fondo irían en un 70% para infraestructuras, en un 15% para refinanciar la deuda y compensar las pérdidas por la covid, y solo el 15% restante para la inscripción de jugadores.
Puedes seguir a EL PAÍS DEPORTES en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.