Según los expertos de ‘The Economist Intelligence Unit’, en 2022 el mundo es mejor que en 2021, pero la calidad de vida todavía no ha alcanzado los niveles anteriores a la pandemia del Covid-19. A pesar de que las consecuencias de la crisis sanitaria han desaparecido en la gran mayoría de países del mundo, la inestabilidad geopolítica y la inflación afectan a la calidad de vida de los habitantes de numerosas ciudades.
Las 10 peores ciudades del mundo para vivir
El informe ‘Índice de Habitabilidad Global 2022’ refleja cuáles son las peores ciudades del mundo para vivir. Para elaborar la lista, los expertos han tenido en cuenta un total de 30 variables divididas en cinco apartados: salud, estabilidad, cultura, infraestructuras, educación y medioambiente. Son las siguientes, ordenadas de mejor a peor.
- Teherán, Irán
- Duala, Camerún
- Harare, Zimbabue
- Daca, Bangladesh
- Puerto Moresby, Papúa Nueva Guinea
- Karachi, Pakistán
- Argel, Argelia
- Trípoli, Libia
- Lagos, Nigeria
- Damasco, Siria
Estas son las peores ciudades del mundo para vivir en 2022, las cuales ocupan los últimos 10 puestos de la lista, que se compone de un total de 172 países. Según explican los expertos, la pandemia ha sido el principal shock del estudio en los últimos años, provocando un severo empeoramiento de la cultura, los sistemas sanitarios, la educación y el medio ambiente.
Otras ciudades en la lista
En los 10 primeros puestos de la lista no aparece ninguna ciudad española. Es más, Madrid es una de las localidades a nivel global que más posiciones ha perdido de 2021 a 2022: ha caído nada más y nada menos que 24 puestos, hasta el 43 de 172.
Además, la guerra de Ucrania ha castigado a numerosas ciudades de Europa del Este ya que el informe se elaboró entre el 14 de febrero y el 13 de marzo, durante los días más mortíferos del conflicto bélico. San Petesburgo y Moscú se han hundido en la lista por las sanciones occidentales, la censura y la inestabilidad.
Los expertos de ‘The Economist’ señalan que la inflación seguirá presente durante todo el 2022, sobre todo en los precios de los alimentos y de la energía: «Incluso allí donde la estabilidad no está amenazada, la crisis sobre el coste de la vida frenará la inversión en infraestructuras de sanidad y educación, así como el gasto de los consumidores que sustentan la vida cultural».
Además, los autores del informe han lanzado una serie de advertencias para los próximos meses, entre ellas la del regreso del Covid-19: «Nuestra hipótesis principal es que una nueva variante provocará una ola mundial de casos a finales de este año, pero que no será más agresiva que la Delta ni resultará resistente a las vacunas actuales».
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