El uso quizá poco discreto del teléfono, pese a las medidas de seguridad, ha llevado a la Policía y a la Guardia Civil a situar al productor y ventrílocuo José Luis Moreno, de 74 años, como “uno de los líderes” de una organización dedicada al blanqueo de dinero procedente del narcotráfico y al fraude de ayudas públicas. Las fuerzas de seguridad detallan en un informe al juez instructor del caso, Ismael Moreno, un total de 101 llamadas telefónicas en las que participó el empresario televisivo.
Más información
El documento policial, fechado el 20 de enero, señala que de esas conversaciones se concluye que el empresario “participa directamente” en el supuesto lavado de fondos de origen ilícito a través de la inversión “en objetos y bienes de lujo como coches y viajes”, además de manipular la contabilidad de sus sociedades para “engañar a sus socios e inversores privados” y para “distraer los pagos de impuestos a la Hacienda Pública”. El promotor de series como Aquí no hay quien viva fue detenido el 29 de junio en la Operación Titella (”marioneta”, en catalán), acusado de pertenencia a organización criminal, estafa, falsedad documental, blanqueo de capitales y alzamiento de bienes junto a medio centenar de personas. En la actualidad, el ventrílocuo se encuentra en libertad bajo fianza de tres millones de euros.
El informe detalla que la policía pinchó con autorización judicial tres números de teléfono utilizados por José Luis Moreno, aunque las pesquisas revelaron que dos de ellos eran, en realidad, líneas subordinadas a la tercera, a la que finalmente se desviaban todas las llamadas. Los investigadores también advierten de que parte de las comunicaciones entre los presuntos implicados no pudieron ser monitorizadas porque estos “utilizan, en gran medida, aplicaciones [de mensajería instantánea] encriptadas”, como Signal o WhatsApp, para “hablar entre ellos, así como con terceras personas”. Los agentes creen que esta circunstancia ha dificultado las pesquisas, ya que “solo en algunas ocasiones [los investigados] lo hacen de forma abierta a través de llamadas de voz”.
Pese a ello, el documento policial recopila, a lo largo de 665 páginas, centenares de comunicaciones de 17 de los presuntos implicados entre ellos o con terceras personas. Las 101 que tienen como uno de los interlocutores al ventrílocuo ocupan más de un centenar de páginas y se inician con la conversación que el pasado 13 de noviembre mantuvo con Beatriz Sánchez, señalada por los investigadores como una estrecha colaboradora del empresario encargada de gestionar las sociedades y buscar inversores. La última llamada del informe, fechada el 14 de enero, tiene también como interlocutor del ventrílocuo a esta misma colaboradora.
Del contenido de este centenar de llamadas el informe concluye que el modo de actuación de Moreno en su actividad supuestamente delictiva es similar desde, al menos, 2017. “Ha cambiado alguno de los actores y está utilizando diferentes sociedades, pero el fin es el mismo, conseguir dinero por cualquier medio”, recoge el documento, que cifra en “más de 32 millones de euros” la cantidad que hasta ese momento había captado utilizando como cebo “el rodaje de un proyecto cinematográfico, con el que ha embaucado, o por lo menos lo ha intentado, tanto a inversores privados como entidades bancarias”.
Participación directa en blanqueo
Los agentes también destacan que, junto a estas supuestas estafas, las conversaciones revelan que el ventrílocuo “participa directamente” en el blanqueo de dinero ordenando a empleados de sus sociedades “confeccionar facturas que justifiquen los ingresos y gastos irregulares”. Estos documentos mendaces son también utilizados presuntamente por el empresario para “engañar a sus socios” y defraudar a Hacienda.
En una conservación del 22 de noviembre con Luis Dueñas, socio del ventrílocuo y encargado de buscar financiación, ambos hablan de exportar “millones de litros de aceite de oliva” para declarar un precio de venta inferior al real y conseguir así una importante cantidad de dinero negro para traer a España. “Siguiendo la tónica habitual detectada en este miembro de la organización investigada [Moreno], muchas de las operaciones y pagos que se efectúan, lo hacen en efectivo, en b, evitando que quede constancia en ningún sitio del dinero que están moviendo”, añade el informe.
Las comunicaciones también revelaron los problemas de liquidez que pasaba Moreno en el momento en el que se produjeron las escuchas, finales de 2020 y comienzo de 2021, y que le dificultaban afrontar, entre otros, los pagos de una vivienda de lujo adquirida en Praga (República Checa). El informe señala que, por esta situación, el empresario se había visto obligado “a hacer aflorar el patrimonio que tenía diseminado entre las distintas sociedades que conforman el entramado que controla y gestiona”, a veces a través de testaferros.
En esta línea, los investigadores sitúan los tratos del promotor con el empresario Alejandro Roemmers, al que la policía considera “una víctima más de las estafas de Moreno” tras haber entregado a este 32 millones de euros para “un proyecto cinematográfico” nunca realizado. Los agentes sospechan que la mitad de esa cantidad fue desviada por Moreno en su propio beneficio.
Las escuchas también han revelado que el ventrílocuo planeaba supuestamente abandonar España. Siempre según las conclusiones del informe, Moreno pretendía “vender rápidamente todo lo que tiene y marcharse sin liquidar nada”, en referencia, respectivamente, a sus propiedades y su entramado societario. En este punto, los agentes destacan que, de este modo, el empresario iba a desistir de repatriar el patrimonio que supuestamente tiene fuera de España y que estiman entre 400 y 900 millones de euros.
Source link