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Las autoridades mexicanas solo logran acusar de cohecho a los sospechosos del crimen de la niña Fátima


Omar Garcia Harfuch, secretario de Seguridad, y Claudia Sheinbaum durante la conferencia de esta mañana.

Las autoridades de Ciudad de México se encuentran en una carrera contra reloj para acusar a las dos personas detenidas la noche del miércoles por ser sospechosas del secuestro, violación, tortura y asesinato de la niña Fátima Aldriguett Antón, un crimen que ha horrorizado a los mexicanos en un país donde diariamente son asesinadas una decena de mujeres en promedio.

Gladys Giovana Cruz Hernández y su marido, Mario Alberto Reyes Nájera, fueron capturados por oficiales de la Guardia Nacional en una localidad del Estado de México, vecino a la capital mexicana. La pareja ha sido acusada por cohecho, después de que intentaron sobornar a los oficiales que los detuvieron. Este delito no es considerado grave en la ley mexicana. El gobierno de la alcaldesa Claudia Sheinbaum ha sido fuertemente presionado para resolver este caso, lo que ha llevado a las autoridades a desarrollar con rapidez las pesquisas y la localización de los sospechosos, algo poco común en una nación donde el 90% de los delitos se mantiene en la impunidad. La Fiscalía de la capital tiene 48 horas desde la captura de las dos personas para lograr la acusación por el secuestro y asesinato de la niña de siete años.

Omar García Harfuch, secretario de Seguridad Ciudadana de la capital, ha detallado el jueves en una conferencia de prensa, que la detención fue posible gracias a una denuncia hecha ante las autoridades. Aunque no precisó quién denunció a la pareja, medios mexicanos han informado que se trata de una tía de Mario Alberto, identificada como Irma Reyes. Gladys y Mario intentaron ocultarse en la casa de esta mujer, ubicada en un paraje conocido como La Palma, en el Estado de México. Llegaron allí el 15 de febrero junto a sus dos hijos y rentaron una habitación desvencijada sin muebles donde se escondieron hasta la noche del miércoles.

Las autoridades desarrollaron un sorprendente despliegue –que incluyó a oficiales de la policía del Estado de México, integrantes de la Secretaría de Seguridad de la capital mexicana y la Guardia Nacional– que se inició a las siete de la mañana del miércoles y concluyó con la captura de la pareja  ya entrada la noche. Harfuch ha informado de que la pareja será trasladada a Ciudad de México una vez que se obtengan las órdenes de aprehensión por parte de la Fiscalía capitalina. “Hay una gran cantidad de indicios y evidencias para obtener las órdenes de aprehensión”, ha afirmado el funcionario. La noche del martes fue registrada la vivienda de la pareja en un barrio localizado al sureste de la capital, donde fueron decomisados objetos que permiten vincular a Gladys y Mario Alberto con el crimen. Entre estos objetos estaba la ropa que llevaba la mujer el día que secuestró de la niña y cinchos de plástico que, según Harfuch, fueron usados para inmovilizar a la menor.

Las autoridades investigan las causas del crimen de Fátima. Harfuch descarta que el móvil haya sido “por dinero”. “Hay que respetar todo el proceso jurídico”, ha pedido el funcionario. La alcaldesa Sheinbaum lanzó un mea culpa al admitir que la actuación oficial estuvo dominada por una cadena de negligencias. Tras seis días desaparecida, el fin de semana pasado el cadáver de Fátima Aldriguett Antón fue hallado en bolsas de basura y con señales de haber sido torturada. Fue un fallo mortal de los protocolos de las autoridades del colegio, que dejó ir a la niña con una desconocida, y del proceder de la Fiscalía local, que retrasó la denuncia de desaparición de la menor durante más de 24 horas.

Sheinbaum ha alabado este jueves el trabajo de las autoridades capitalinas con las del vecino Estado de México y el Gobierno federal. “Nuestro objetivo es erradicar el feminicidio y tenemos que actuar para que no haya impunidad. El crimen atroz contra Fátima va a ser castigado. Nos tomamos muy en serio la alerta de violencia contra las mujeres decretadas en noviembre y trabajamos para convertir la ciudad en un lugar seguro para las mujeres”.

A pesar de esa alerta, Ciudad de México sigue siendo un lugar hostil para las mujeres. Unos días antes de la desaparición de Fátima se conoció el feminicidio de Ingrid Escamilla, de 25 años, asesinada por su pareja en Ciudad de México. Esta violencia ha movilizado a miles de mujeres en todo el país, que protestan exigiendo un alto a esta sangría. La negligencia de las autoridades y la postura del presidente, que achaca la violencia a la herencia de corrupción e impunidad dejada por gobiernos anteriores y que pide que las manifestaciones de mujeres no sean violentas, ha enfurecido a la ciudadanía.


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