Pocas cosas resultan más reveladoras acerca de las civilizaciones modernas, de los últimos siglos, que los libros en los que se almacenan la cultura y el pensamiento de aquellos hombres, una cualidad que, evidentemente, se traslada a las bibliotecas más grandes de la historia.
En efecto, aunque hoy disponemos de algunas que no sólo son reclamos de los amantes de la lectura, sino incluso turísticos, lo cierto es que en esta ocasión vamos a detenernos en otras, en muchas de las bibliotecas más grandes de la historia que desaparecieron por varias circunstancias.
Las bibliotecas más bonitas de la historia que desaparecieron
Biblioteca semidestruida de Herculano
Se trata de una de las más antiguas de todos los tiempos, como tales, aunque en realidad hablamos de una serie de papiros que sobrevivieron a la erupción del Vesubio en el año 79 d. C., cuando Pompeya y Herculano quedaron sepultadas varios metros bajo las cenizas mortíferas.
No obstante, en una residencia privada de Herculano, la ciencia dio con algunos manuscritos que se conservaban realmente bien, aunque aún no han podido ser descifrados por completo.
Biblioteca perdida de Iván el Terrible
Cuenta la leyenda que el mérito de la Biblioteca perdida de Iván el Terrible lo tenía en realidad su abuelo, Iván III, que se había casado con Sophia Paleologue, sobrina del último emperador bizantino, llevándose libros de las Bibliotecas de Alejandría y de Constantinopla.
El pasaje secreto de Mont Sainte-Odile
El pasaje secreto de Mont Sainte-Odile es no sólo una reconocida biblioteca sino también uno de los grandes misterios de la humanidad en las últimas décadas, en la medida en que muchos de sus documentos comenzaron a ser robados sin que nadie supiera qué estaba sucediendo.
Al cabo de un tiempo, se descubrió que había un pasadizo secreto, y que Stanislas Gosse lo había estado utilizando para llegar hasta la biblioteca, y hurtar parte de su patrimonio.
De brujería de Himmler
El jefe de las temibles SS del régimen nazi era un amante del ocultismo, y son habituales las visitas y recorridos por la Biblioteca Nacional de Praga, donde pueden verse muchos de los libros que conformaban la colección personal de brujería del jerarca alemán, mano derecha de Hitler.
Biblioteca de Alejandría
Sin embargo, probablemente ninguna otra biblioteca desaparecida ha alcanzado la fama de la de Alejandría, creada pocos años después de la fundación de la misma ciudad por Alejandro Magno en 331 a.C., y que tenía como objetivo ser un “recopilado universal”, ya eventualmente con todas las obras relevantes que el ser humano conocía hasta entonces.
Por supuesto, de ésta no quedan rastros, y muchos se preguntan si desapareció como consecuencia de un incendio, algo frecuente en la época, o en manos de conquistadores, cristianos o musulmanes.
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