Estamos acostumbrados a ver en la televisión y en algunas revistas especializadas como numerosos países del mundo son testigos de avistamientos sorprendentes en el espacio. Unos fenómenos naturales completamente inesperados que quedan guardados en la memoria de algunos afortunados y en alguna que otra cámara colocada de forma completamente casual. Sin embargo, parece que esta vez los protagonistas somos nosotros. Estamos hablando de Mallorca y la gigantesca bola de fuego que ha sobrevolado sus costas. Sin duda, un fenómeno único en nuestro país que se ha convertido en uno de los descubrimientos más sorprendentes del año. Te lo contamos.
Cielos de fuego
El pasado 6 de diciembre la costa mallorquina vivió uno de esos espectáculos que solo se presencian una vez en la vida. A las 05:22 h los detectores del Complejo astronómico de La Hita (Toledo), así como el observatorio Astronómico de Calar Alto (Almería) captaron lo que parecía ser una enorme bola de fuego que iluminaría durante unos segundos el oscuro cielo de Mallorca. Un fenómeno cósmico inesperado que sobrevoló toda la zona del mediterráneo y que también pudo verse desde ciertas regiones de la Comunidad Valenciana.
Desde las redes sociales han tachado este fenómeno como uno de los acontecimientos astronómicos del año y el vídeo captado por las cámaras de seguridad de observatorio de Calar Alto no ha tardado en hacerse viral en escasas horas. Está claro, no estamos acostumbrados a vivir en nuestras carnes este tipo de procesos a los que incluso algunos observan cierto respeto. Cabe destacar que según los expertos este tipo de acontecimientos son completamente normales y no generan peligro alguno para los afortunados espectadores.
Fácil explicación
Los especialistas de esta materia han explicado que este fenómeno se produjo debido a un fragmento de roca que se había desprendido de un asteroide. Dicho pedazo se vio atraído por la gravedad de la Tierra penetrando así en la atmósfera y generando ese brillo tan característico de las estrellas fugaces. Según los datos oficiales, este asteroide penetró en la atmósfera a una velocidad total de 140.000 kilómetros por hora comenzando el proceso de desintegración a unos 100.000 kilómetros sobre el nivel del mar y acabando con el mismo a uno 52 kilómetros del mismo. Increíble ¿verdad?
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