El gas se ha convertido en el conducto que calibra la tensa relación entre Rusia y la UE, una navaja de doble filo que es a la vez un arma económica en manos de Bruselas —con capacidad de asestar un golpe mortal a las arcas del Kremlin si la UE decide su embargo— y, al mismo tiempo, una palanca de chantaje de Moscú, dueño y señor de los flujos de este combustible hacia los Veintisiete. Esta semana se ha visto su crudo potencial: el gigante energético ruso Gazprom decretó el miércoles el corte del suministro a Polonia y Bulgaria por su negativa a pagar en rublos.
El cierre ha desatado las alarmas en Bruselas, al acercar un poco más el abismo de un posible escenario de ruptura total, cortes energéticos y racionamientos. La decisión ha ahondado, además, las grietas políticas entre las capitales de la UE más o menos proclives a pagar en moneda rusa —el objetivo último de Moscú, según temen en el Ejecutivo comunitario— y ha devuelto el debate sobre cómo romper los lazos energéticos con Rusia y poner fin a unas importaciones, que generan miles de millones con los que el Kremlin financia su maquinaria de guerra en Ucrania. Bruselas ultima las sanciones a la importación de petróleo ruso, un paquete que ya estaría maduro como para poner sobre la mesa esta semana, según fuentes comunitarias. Ante un escenario de cortes de gas por parte de Rusia, Bruselas quiere responder con un zarpazo donde más duele.
¿Por qué ha cortado Gazprom el suministro solo a Polonia y Bulgaria?
Estos dos países se han negado a seguir el mecanismo impuesto de forma unilateral por Moscú para que los clientes de Gazprom paguen en rublos; esta fórmula, decretada el 31 de marzo, exige al cliente abrir dos cuentas en el banco Gazprombank: una en dólares o euros; la otra en rublos. Pero esta segunda cuenta implicaría violar las sanciones impuestas a Moscú, según advierten fuentes comunitarias.
¿Tienen garantizado el aprovisionamiento estos dos países?
Polonia y Bulgaria recibían hasta ahora el 50% y el 75%, respectivamente, de sus importaciones de gas de Rusia. Ambos socios comunitarios han asegurado que están preparados para hacer frente al suministro en los próximos meses. Las reservas polacas se encuentran al 76%, lo que cubre su demanda para los próximos dos meses, cuenta con fuentes alternativas procedentes de los países vecinos, y espera en breve la apertura de una conexión con Noruega. El caso de Bulgaria es algo más complicado: cuenta con un 17% de reservas, como para un mes de consumo.
¿Qué ha propuesto Bruselas para ayudar a Sofía?
La Comisión Europea anunció este jueves que ponía en marcha en Bulgaria un grupo de trabajo regional, una especie de sistema piloto de su esquema de compras conjuntas de gas, plataforma creada al calor de la crisis energética. Este grupo “estudiará las necesidades, los precios y los flujos de gas y electricidad, así como los aspectos relacionados con las infraestructuras”, según el Ejecutivo comunitario.
¿Corren otros países el riesgo de un corte de suministro?
Es posible. El esquema que exige Rusia de forma unilateral para el pago del gas en rublos deja un margen de acción amplio a Gazprom para decretar los cortes. En el Ejecutivo comunitario creen que el Kremlin lo ha convertido en una herramienta de chantaje político, que el presidente ruso, Vladímir Putin, puede usar a discreción para dividir a los Veintisiete.
¿Qué opina Bruselas?
Tras el corte a dos países, la Comisión Europea ve evidente hacia donde se dirige la situación: existe un riesgo elevado de más cortes y la UE podría dirigirse hacia un escenario de racionamiento energético. Bruselas espera que Gazprom decida jugar con los cortes en los países donde pueda hacer más daño: en aquellos más beligerantes contra Moscú (como Polonia) o donde pueda generar mayor división interna (como Bulgaria).
¿Y los expertos?
El Oxford Institute for Energy Studies advierte también de un escenario de cortes de gas en la UE: “Una interrupción del suministro en respuesta a la percepción de un incumplimiento de las normas estipuladas por el decreto [ruso que obliga a pagar en rublos] es, por tanto, eminentemente posible ya en mayo (cuando se deben ejecutar los pagos de los suministros de gas de abril)”, concluye en un reciente análisis.
¿Está la UE preparada para un escenario así?
Los Veintisiete han elaborado en los últimos meses planes de contingencia específicos para hacer frente a cortes parciales y totales del suministro de gas desde Rusia. Estos programas han sido elaborados por cada Estado miembro, de forma coordinada con los llamados grupos regionales de riesgo (conjuntos de países con similares suministros). Bruselas tiene un papel último de coordinación y supervisión. Estos días los dosieres echan humo sobre la mesa de los funcionarios de la Comisión.
¿Cómo puede cubrir la UE los cortes de gas?
Bruselas cree que puede hacer frente a un escenario de cortes inmediato, pero ve con temor el próximo invierno: las reservas comienzan a llenarse justo estas próximas semanas. La UE llevas meses negociando con proveedores de todo el mundo, como Estados Unidos, Noruega, Azerbaiyán y Qatar, para incrementar el flujo de Gas Natural Licuado (GNL) y gas por tubería para hacer acopio.
¿Cuánto gas puede ofrecer Estados Unidos?
El presidente Joe Biden se comprometió durante su visita a Bruselas en marzo a incrementar en casi un 70% el suministro de GNL hacia la UE, pero la cantidad queda muy lejos de compensar las importaciones de gas ruso. Una delegación de alto nivel de la Comisión ha visitado esta semana Washington para revisar la evolución de “la diversificación del suministro a Europa”, según un comunicado del Ejecutivo de la UE.
¿Se han impuesto ya sanciones al gas?
No. La UE todavía no ha impuesto represalias de ningún tipo a las compras de gas ruso. El debate está abierto desde hace semanas, pero en ninguno de los cinco paquetes de sanciones aprobados hasta ahora hay castigo alguno para el gas o el petróleo. Un embargo energético cuenta, además, con el veto explícito de Hungría, lo que complica aún más su aprobación.
¿Hay castigos para los combustibles procedentes de Rusia?
Sí. En el último paquete de sanciones, la UE vetó las compras de carbón ruso, unas importaciones que llegan a unos 4.200 millones de euros al año, muy lejos de los 42.000 millones que se gastan en petróleo.
¿Para cuándo un embargo al crudo?
Fuentes comunitarias prevén que el paquete de sanciones al crudo ruso se ponga sobre la mesa la semana próxima. El paquete ya está maduro y supondría una respuesta contundente a los cortes de gas que podría decretar Gazprom.
¿Cuánto dinero ha pagado la UE a Rusia desde que empezó la guerra?
El think tank ambientalista Centre for Research on Energy and Clean Air (CREA) ha publicado esta semana un estudio, con una calculadora incorporada, que eleva a cerca de 50.000 millones de euros el dinero que ha ingresado Rusia por los tres combustibles (petróleo, gas y carbón).
¿Cuánto gas importa la UE?
El 90% de todo el gas que se consume cada año en la UE se compra fuera de sus fronteras y de este, el 45% procede de Rusia: 155.000 millones de metros cúbicos de una demanda total de unos 390.000 millones de metros cúbicos, según la Agencia Internacional de la Energía.
¿De cuánto dinero se trata?
En años con precios más bajos, el valor de lo que se compra a Moscú en gas asciende a 28.400 millones. Más alta es la factura del petróleo, 42.000 millones, según CREA. A pesar de estas cifras, Europa depende más del gas que del crudo de Moscú: este supone el 25% del total de las importaciones de petróleo.
¿Qué países dependen más del gas ruso?
Para contestar a esta pregunta hay que mirar dos indicadores: el nivel de importaciones de gas ruso y la dependencia de este combustible para producir energía. Mirar solo el primer indicador puede llevar a engaños. Por ejemplo, Estonia o Finlandia importan el 100% del gas que consumen de Rusia; en cambio, con él solo producen el 9% y el 3% de su energía, respectivamente. De ahí que se pueda decir que el corte de suministro en estos casos es muy manejable.
Tampoco en Bulgaria es dramático, por el momento. El 99% del gas que consume es ruso, pero lo utiliza para producir el 12% de su energía. En Alemania, la situación ya se complica más: compra a Rusia el 54% del gas que consume, pero su dependencia de este combustible fósil para generar energía es del 27%. En Italia la relación se mantiene en un 33% y un 31%, respectivamente.
¿Cuánto gas tiene almacenado la UE?
Acabado el invierno, la estación del año en que más gas se consume, en los almacenes comunitarios hay reservas del 32% de una capacidad total de 132.000 millones de metros cúbicos, según datos de esta semana de la patronal de empresas dedicadas a las reservas. Eso quiere decir que hay una cantidad disponible al 8,9% del consumo anual.
¿Afecta a los Veintisiete por igual?
No todos los países cuentan con el mismo nivel de aprovisionamiento. Mientras Polonia tiene gas para cubrir un 11% de su demanda anual, Bulgaria apenas llega al 3%. En los casos de España y Portugal, sus reservas alcanzan para cubrir casi el 6% y el 4% de sus necesidades anuales. En cambio, Alemania alcanza hasta el 8,85%. El país con una mayor autonomía para resistir un corte del gas ruso es Letonia, con más del 60% de su demanda cubierta. Muy por encima del siguiente, Austria (17%).
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