La tensión entre Kim Jon-un y Donald Trump aumenta por cada día que pasa. Los últimos misiles de Corea del Norte sobrevolaron territorio japonés, consiguiendo así que el Primer Ministro, Shinzō Abe, mantenga alerta a su ejercito y material armamentístico ante lo que se considera una amenaza nuclear. Esperemos que no se cumplan las predicciones del líder norcoreano y nunca vivamos una guerra nuclear, ya que si se diera el remoto caso, las consecuencias serían catastróficas.
«Una furia y un fuego que el mundo jamás ha visto»
Trump lo definió muy bien con esa frase. Las armas actuales pueden generar una debacle a nivel mundial que nuestro planeta no ha visto en toda su historia. Los expertos a determinan que las bombas actuales son hasta 2.200 veces más potentes que las que se utilizaron en Hiroshima y Nagasaki. Unas armas al alcance de cada vez más países que según los estudios acabarían con la vida de 20 millones de personas en apenas una semana a causa de los efectos directos de las explosiones. Es decir, un número similar al de los fallecidos durante toda la Primera Guerra Mundial.
La producción de alimento se colapsaría por la contaminación de los mismos y millones de personas contraerían enfermedades crónicas y múltiples deformaciones. La guerra nuclear formaría un caos inimaginable que nunca después volvería a repetirse.
Sufrimiento natural
La naturaleza sería otra de las grandes perjudicadas en esta posible guerra nuclear. Los incendios, las explosiones y los grandes niveles de hollín acabarían con los paisajes naturales de miles de kilómetros a la redonda. Sin olvidarnos de lo que supondría para la atmósfera, añadiendo así cientos de escombros y gases de efecto invernadero que hasta podrían bloquear la luz del sol y hacer que la temperatura bajara de forma considerable. Unos daños ecológicos que nos afectarían durante décadas aumentando el número de muertos a causa de la posible contaminación de las aguas y los alimentos.
¡Qué no cunda el pánico! Cabe destacar que este tipo de contienda entre grandes países se enmarca como una situación muy poco probable. Las armas nucleares existen y muchas organizaciones médicas están intentando acabar con ellas. La mejor forma de evitar el caos es acabar con la fuente que lo produce. Algo que no sabemos si los gobernantes estarán dispuestos ha hacer.
Source link