La oleada de incendios que asola Turquía está pasando factura política al Gobierno de Recep Tayyip Erdogan, que se enfrenta a numerosas críticas por su pobre respuesta ante la tragedia y la evidente falta de medios de la Administración, que ha tenido que recurrir a aviones de propiedad extranjera ante la falta de recursos propios. La indignación va en aumento tras siete días que están siendo un infierno en algunas zonas del país, con al menos ochos muertos, mientras en las redes sociales se reprocha al dirigente turco la falta de empatía con las zonas afectadas. Este mismo jueves, Erdogan comparó los incendios con “amenazas terroristas” y alertó de que todo el mundo “los padece”, como “la pandemia de coronavirus”. Por el momento se han registrado 187 incendios en el país durante los últimos ocho días, 15 de los cuales no han sido apagados. En Estambul, cerca de cien personas que se atrevían a reprobar la actuación del Gobierno se agolpaban en el barrio de Kadikoy para reclamar responsabilidades. “Durante el período de incendio, mantuvieron distraída a la comunidad con sus mentiras y manipulaciones todo el tiempo. En vez de reaccionar a los incendios, intentaron hacerse pasar por un gobierno poderoso. Con ello, empeoraron la situación”, exclamaba el activista ecologista Nevruz Tuğçe.
Mientras los incendios engullían hectáreas de bosque y casas, Erdogan acudió el pasado fin de semana a la zona para pronunciar un discurso ante aquellos que tuvieron fuerzas para acudir a su acto, los mismos que han convivido con los fuegos durante más de una semana. Al finalizar sus palabras un asistente se acercó para darle unas bolsas de té que él mismo lanzó a continuación a los presentes a modo de regalo. Las imágenes fueron ampliamente compartidas y criticadas en las redes sociales, acusando al presidente turco de insensibilidad: “Están tan alejados de las personas agraviadas por el incendio que ni siquiera saben lo que necesitan los ciudadanos!”, decía un usuario. Pero las críticas solamente acababan de empezar.
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El Gobierno turco también ha sido señalado por no tener una preparación previa antiincendios, una crítica que se traduce en una flota de hidroaviones que no pudieron poner en el aire por falta de mantenimiento. Los críticos señalan la exclusión de la Asociación Aeronáutica de Turquía (THK) de los planes del Gobierno, cuyos aviones se habían utilizado en la extinción de incendios durante décadas. El Gobierno ha estado cooperando durante mucho tiempo con el THK, una institución independiente, al contratar sus aviones de bomberos a través de contratos con el ministerio de Agricultura, una fuente de financiación que el organismo aéreo utilizaba para mantener su flota, entre otras formas de financiarse. Pero las discrepancias de los sectores islamistas del Gobierno con el organismo, acusado de estar cerca de la oposición, hicieron que esos contratos dejaran de adjudicarse. De hecho, el organismo fue intervenido.
Mientras tanto, el líder del principal partido opositor, el CHP, Kemal Kilicdaroglu, afirmó que el THK ha sido “destruido en manos de fideicomisarios”, añadiendo que el Gobierno no tiene planes para el THK: “los pilotos han sido despedidos”, dijo a través de redes sociales. Pero Erdogan tenía otro plan. “Este año, dimos un paso diferente. Hicimos un trato con los rusos. Dimos un paso adelante al alquilarles aviones. Actualmente continuamos este servicio [de extinción de incendios] con esos aviones. Aumentaremos este número aún más. También podemos comprar aviones polivalentes”, afirmó.
Las redes sociales se han llenado estos días de vídeos con montañas ardiendo y las críticas estallaron: “Ayuda a Turquía”, reza un hashtag que se ha convertido en tendencia. Según dijo el Gobierno en un comunicado, se trata de una campaña “lanzada por motivos ideológicos para mostrar al Estado como débil” y muchos de esos mensajes, según Ankara, son falsos: “No caigamos en la trampa de quienes difunden mentiras. Por favor, confiemos en los comunicados de las autoridades oficiales. Turquía es fuerte”. Mientras, la Fiscalía General de Ankara ha iniciado una investigación contra las publicaciones en redes sociales que hablen de los incendios con la etiqueta “Ayuda a Turquía” y que constituyan un hecho criminal. Según un comunicado de la fiscalía, algunas cuentas de redes sociales y medios de comunicación “intentaron crear pánico, miedo y preocupación” mediante el uso del hashtag. También afirma que algunos relatos intentaban humillar al Gobierno y agrega que algunas cuentas hicieron “propaganda terrorista” en el pasado.
Ante el descontrol de las llamas por la falta de medios, varios países han ofrecido su ayuda: Rusia, Ucrania, Croacia, Azerbaiyán, Irán y España, trabajan activamente en las labores de extinción. En cuanto a Grecia y Francia, tuvieron que declinar sus ofertas debido a los incendios en su propio país. Israel, por su parte, afirmó que Ankara había rechazado su ayuda, lo que generó una insatisfacción en los turcos que veían cómo se quemaban sus tierras. Pero el ministro de Agricultura, Bekir Pakdemirli, expresó que rechazaban las ayudas de países cuyos aviones tuvieran una capacidad menor a cinco toneladas de agua. El ministro de Exteriores, Mevlut Cavusoglu, alegó por su parte que Turquía aceptó todas las ofertas que satisfacen sus necesidades.
Por su parte, el líder del partido Movimiento Nacionalista (MHP), Devlet Bahceli, y también aliado político de Erdogan, calificó a la oposición de “oportunistas que utilizan los incendios forestales para obtener ganancias políticas”.