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Las cuentas pendientes del ‘gordito’ Neymar

Neymar, en el partido de Brasil ante Chile.
Neymar, en el partido de Brasil ante Chile.Claudio Reyes / AP

Neymar ganó la Champions (2015) y la Libertadores (2011). Tiene en sus vitrinas el campeonato paulista (2010, 2011 y 2012), la Liga (2015 y 2016) y la Ligue 1 (2017, 2018, 2019 y 2020). Se colgó el oro olímpico (2016) y conquistó la Confederaciones (2013). Desde que apareció en el fútbol profesional con 17 años, solo se quedó sin levantar un título importante en dos temporadas, en la de su debut en el Santos (2009) y en la primera en el Barça (con Tata Martino en el banquillo, ganó la Supercopa en 2013). “A Ney no le importan tanto los récords personales de goles como a Cristiano y a Messi. Él quiere ganar títulos”, aseguran desde el entorno del brasileño. Pero a sus 29 años y con un currículo en el que solo le falta el Mundial y la Copa América, Neymar tiene que rendir cuentas. No levantó la Orejona con el PSG (finalista en 2020) y en Brasil analizan con recelo su comportamiento, señalado hasta en las victorias.

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La Canarinha suma siete triunfos en las siete jornadas de las eliminatorias mundialistas. Récord. En Brasil se habla del juego del equipo de Tite —ganó 0-1 frente a Chile en un duelo en el que perdió la posesión y disparó menos a portería que la Roja—, pero sobre todo se habla de la condición física de Neymar. “¿Jugamos bien? ¡No! ¿Ganamos? ¡Sí! Entonces, a joderse. Sigue el baile. Seguimos haciendo historia”, publicó en Instragram el brasileño. Provocador por naturaleza, Neymar ironizó: “La camiseta era G (grande)”, escribió en referencia a la talla de su elástica frente a Chile el pasado jueves. “Yo ya estoy en mi peso. Para el próximo partido pido una M (mediana)”.

Neymar dividió sus vacaciones en dos. En la primera estuvo en Brasil, acompañado por su preparador físico personal y su fisioterapeuta. Después viajó a Ibiza. Entonces, se olvidó de los cuidados. “No tiene 25 años. Ahora le cuesta más recuperarse”, explican en el PSG. A diferencia de Mbappé, que adelantó dos días sus vacaciones para volver a los entrenamientos, el paulista no perdonó un día. Cuando llegó a París, buscó recuperar el tiempo perdido: doble turno de trabajo y dieta vegana. “En el inicio de cada curso, todos los futbolistas se ven perjudicados en su condición técnica. Ney no es una excepción”, le defendió Tite. “Es verdad que no estaba al 100% físicamente, pero es un jugador súper competitivo y cuando tiene que estar bien lo está”, concluyen desde el PSG.

Antes del ajetreado mercado de fichajes, en el que el PSG se encontró con Messi y logró retener a Mbappé, desde Qatar renovaron a Neymar. La idea del club parisino era darle todavía más poder al paulista. Arropado por un vestuario a su medida —Rafinha, Marquinhos, Di María, Paredes y Keylor Navas—, el cuerpo técnico de Pochettino también se rinde a Ney. La llegada de su amigo Messi no alteró los planes. Al contrario. Antes de que el argentino viajará a París para firmar su contrato, Neymar le escribió a su amigo: “¿Quieres el 10?”. Messi se negó. Entiende que ahora el líder del equipo tiene que ser Neymar. Ya pensaba lo mismo en 2019, cuando le insistió para que regresara al Barcelona. “Te hago ganar el Balón de Oro”, lo motivó el excapitán del Barcelona. Neymar no olvida que tiene pendiente ganar el premio de France Football. Le inquieta, pero no le perturba. Prefiere la Liga de Campeones. “Nadie se acuerda de que en 2020, en medio de la pandemia, estuvo en Río 60 días solo entrenando como un loco para ganar la Champions”, defienden desde su entorno.

El paulista sabe que tiene que llegar en buen estado cuando comiencen los octavos de final de la Orejona en febrero de 2022. Justamente el año que viene puede marcar un pico en la carrera de Neymar. La Champions junto a Mbappé y Messi, y el Mundial. “Tiene el talento para conseguir lo que quiera”, rematan en París.

Brasil recibe este domingo a Argentina (21.00, #Vamos). La Canarinha nunca perdió un partido de eliminatorias en Brasil; sin embargo, solo había perdido un partido oficial en el Maracaná (Mundial 1950 frente a Uruguay), hasta que llegó la Argentina de Messi en la Copa América. Neymar quiere revancha; su verdadero objetivo, en cualquier caso, es el Mundial de Qatar. Depende de su físico. Es decir, depende de él.

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