Las relaciones entre las dos Coreas, congeladas desde hace dos años, han dado este martes un paso adelante. Seúl y Pyongyang han vuelto a poner en marcha las líneas telefónicas que comunican a ambos Gobiernos, y que el Norte cortó en junio del año pasado. También han acordado dar pasos para restablecer la confianza y mejorar sus lazos bilaterales.
En un comunicado, la Casa Azul, la presidencia surcoreana, ha indicado que el jefe de Estado del Sur, Moon Jae-in, y el líder del Norte, Kim Jong-un, han intercambiado múltiples cartas desde abril y han acordado la reconexión de la línea telefónica. Por su parte, la agencia de noticias norcoreana KCNA ha confirmado que los canales de comunicación quedaron reabiertos a las 10 de la mañana hora local (3 de la mañana hora peninsular española) tras un acuerdo al respecto entre los dos líderes.
Las líneas habían quedado cortadas el 9 de junio del año pasado, cuando Corea del Norte anunció la desconexión como protesta al envío, por parte de grupos de desertores, de panfletos de propaganda hacia el Norte. Pyongyang acusaba al Gobierno de Moon no hacer lo suficiente por evitar ese tipo de actos.
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En el intercambio de misivas desde abril, explica la Casa Azul, ambos líderes “acordaron restablecer las líneas de comunicación como prioridad”. Las primeras en recuperarse han sido las correspondientes, en el Sur, al Ministerio de Unificación -responsable de las relaciones con el Norte- y a Defensa. Según el Ministerio de Unificación, ambas partes han acordado comunicarse en dos llamadas diarias, una a las nueve de la mañana y otra a las cinco de la tarde.
La presidencia de Corea del Sur también ha precisado que las cartas se enviaron para conmemorar el tercer aniversario de la cumbre de Panmunjom de abril de 2018 entre los dos dirigentes. Aquel encuentro, en el que la imagen de ambos tomados de la mano y cruzando la frontera entre los dos países dio la vuelta al mundo, culminó un proceso de deshielo entre los dos países tras un 2017 en el que se multiplicaron las pruebas de misiles balísticos norcoreanos.
Aquel proceso abrió la puerta a negociaciones entre Corea del Norte y la Administración estadounidense de Donald Trump sobre la desnuclearización de la península norcoreana, que precipitaron tres encuentros entre el entonces presidente de EE UU y Kim Jong-un. La primera cumbre, en Singapur en junio de 2018, tuvo carácter histórico por ser la primera jamás celebrada entre los máximos líderes de los dos países enemigos. La segunda, en Hanoi en febrero de 2019 y para la que Moon se había ofrecido como mediador, concluyó en un rotundo fracaso. La tercera, improvisada en Panmunjom el 30 de junio de 2019 y sin agenda, no pasó de anécdota. Desde entonces, las conversaciones entre Pyongyang y Washington están estancadas. Las bilaterales coreanas se fueron deteriorando poco a poco pese a los llamamientos de Moon, que ha hecho de la aproximación al Norte uno de los pilares de su mandato.
Hasta el momento, y pese al compromiso de pasos para la mejora de la relación, en los nuevos contactos entre las dos Coreas no se ha abordado la posibilidad de una nueva cumbre, sea en persona o por videoconferencia. Tampoco, según la Casa Azul, está previsto el viaje de ningún enviado al vecino del Norte debido, entre otras razones, a la pandemia de coronavirus.
Corea del Norte mantiene cerradas a cal y canto sus fronteras desde el comienzo de la pandemia. Aunque hasta el momento no ha reconocido ningún caso de covid en su territorio, en junio Kim Jong-un criticó públicamente el comportamiento de algunos funcionarios en lo que calificó de “un grave incidente”, según la agencia oficial KCNA, relacionado con el virus. Kim también ha reconocido a lo largo de este año el fracaso del anterior plan quinquenal y una “tensa situación alimentaria” debido a la pandemia y las graves inundaciones que sufrió el país el año pasado.
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