¿Se han hallado rastros de vida fósil en Marte? Esto es lo que muchos científicos se preguntan a raíz de una serie de fotos que se han dado a conocer del famoso planeta, donde se pueden ver una especie de palos, de tamaño milimétrico y aparentemente rocoso.
Marte: ¿se han encontrado rastros de vida?
Dichos restos, podrían ser perfectamente rastros de vida fósil marciana, desarrollados hace miles de millones de años en el Planeta Rojo, pero lo cierto es que nada se sabe todavía a ciencia cierta, sino que sería una hipótesis, presentada por cuatro científicos, publicada por la revista Geosciences. Pero es sin duda, una teoría potencialmente revolucionaria.
El estudio tomó en consideración algunas imágenes, tomadas por el rover Curiosity de la NASA , que corresponden a rocas que muchos especulan sobre la naturaleza de un río, y que, por lo tanto, podrían soportar alguna forma de vida simple. Se encuentran en la región marciana llamada Vera Rubin Ridge, dentro del cráter Gale , donde se encuentra el rover. Según la mayoría de los científicos, hasta hace unos 3 mil millones de años, toda el área del cráter estaba sumergida en agua, formando un gran lago, dentro del cual podría haberse desarrollado la vida.
¿Restos fósiles o cristales?
Entre las imágenes de Curiosity, los investigadores, Andrea Baucon y Roberto Cabella de la Universidad de Génova, Carlos Neto de Carvalho de la Universidad de Lisboa y Fabrizio Felletti de la Universidad de Milán, han seleccionado las más interesantes, que representan estructuras similares a «palos». En tamaño (milimétrico), forma y otras características, estas estructuras se asemejan a algo que también se encuentra en la Tierra, los llamados icnofósiles, que son la huella que dejan las formas de vida simples en el suelo en el que se desarrollan. Pero no faltan explicaciones alternativas. Como la erosión relacionada con el agua o el viento., lo que puede haber dejado algunas partes de la roca más fuertes que otras. O hay quienes sostienen que las estructuras observadas pueden ser cristales que se formaron cuando el lago se evaporó.
Baucon, sin embargo, defiende su interpretación: «Nuestro trabajo comenzó estudiando los ángulos entre los palos. Un trabajo que requería el uso de algoritmos que, comenzando por el tipo de lentes utilizados por el móvil, nos permitieron reconstruir con precisión las formas y dimensiones observadas. En este punto, pudimos excluir su disposición debido a los procesos normales de sedimentación. Por el contrario, las estructuras son perfectamente compatibles con la hipótesis de un origen biológico. Recuerdan de cerca, por ejemplo, los túneles excavados por las lombrices de tierra, que no se cruzan entre sí, así como los «refugios fósiles» que en la Tierra fueron producidos por células ameboides microscópicas reunidas en grandes masas, los llamados hongos mucilaginosos».
Sin embargo, los cuatro científicos desconfían de sacar conclusiones firmes. Admiten que no tienen pruebas absolutas, incluso si siguen convencidos de su interpretación. Y el debate sobre la vida en Marte sigue abierto más que nunca.
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