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Las hostilidades siguen sin amainar en Gaza mientras se negocia un alto el fuego

Las hostilidades prosiguieron sin amainar el jueves en Gaza, por undécimo día consecutivo, mientras se intensificaban las negociaciones para alcanzar un acuerdo de alto el fuego. El Gabinete de Seguridad de Israel, órgano gubernamental que decide sobre las ofensivas militares, se reunió a última hora de la tarde para examinar la evolución del conflicto con las milicias palestinas ante una eventual tregua. El canal estatal de televisión KAN informó poco después de que el Gabinete iba a aceptar la entrada en vigor de un alto el fuego en las próximas 24 horas, sin citar fuentes oficiales. Medios árabes, como el canal catarí Al Jazeera habían anticipado el acuerdo israelí, atribuyéndoselo a responsables no identificadas de la mediación egipcia. Fuentes de Hamás también habían expresado su conformidad con el pacto, según informó el diario libanés Al Ajbar, para poner fin a las hostilidades a partir de la mañana del viernes. Citada por Reuters, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, consideró que las informaciones previas que estaban circulando en torno a un alto el fuego en Gaza resultaban “alentadoras”.

Sin apenas disparos de cohetes hacia Israel durante horas y con los ataques de la aviación israelí cada vez más espaciados y concentrados sobre objetivos militares de Hamás, la escalada bélica de Gaza se encaminaba al inicio del jueves hacia un principio de alto el fuego. La presión ejercida el miércoles hacia Israel por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para forzar una inmediata desescalada pareció haber surtido efecto. Al menos durante la madrugada, no se produjeron bombardeos aéreos ni lanzamientos de proyectiles. Pero la lógica de la guerra de golpe por golpe se impuso en ambos bandos, que reanudaron las hostilidades durante la jornada.

Musa abu Marzuk, dirigente de Hamás, el movimiento islamista que gobierna de facto en Gaza, fue quien más claramente había anticipado la deriva hacia un alto el fuego pactado en una entrevista emitida por un canal de televisión libanés durante la noche del miércoles. Como condiciones, Hamás exigió a Israel que no vuelva a penetrar con sus fuerzas de seguridad en la mezquita de Al Aqsa de Jerusalén, tercer lugar sagrado del islam, y cancele los procesos de desahucio contra decenas de familias palestinas amenazadas con ser expulsadas de sus viviendas en el barrio de Sheij Yarrah, al norte de la Ciudad Vieja.

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Mientras el Gobierno de Netanyahu reiteraba durante todo el día el mantra de que las operaciones militares no se iban a detener hasta que completar todos sus objetivos, los jefes del Ejército hebreo reconocían ya a los analistas de defensa de la prensa israelí que la misión estaba prácticamente cumplida en Gaza. La destrucción de gran parte de las capacidades ofensivas y defensivas de Hamás y la Yihad Islámica, la eliminación física de muchos de sus comandantes y la reinstauración de la aplastante disuasión bélica de Israel son el resultado de una confrontación asimétrica que parece próxima a su fin.

Un aluvión de más de 4.000 cohetes –incluso sobre el corazón económico del país en la región de Tel Aviv, con decenas de miles de civiles huyendo hacia los refugios antiaéreos– ha sido el precio a pagar por Israel, que ha contabilizado oficialmente 12 muertos (entre ellos dos menores) por el impacto de proyectiles en su territorio. Cientos de bombardeos aéreos y de artillería han arrasado manzanas enteras de casas y torres de oficinas en el enclave palestino, donde han perdido la vida 232 personas, incluidos 65 niños y 39 mujeres, según el Ministerio de Sanidad palestino. Portavoces castrenses israelíes aseguran que más de 160 de los fallecidos en sus ataques son milicianos islamistas. El Comité Internacional de la Cruz Roja y la Organización Mundial de la Salud han llamado a dar un urgente respiro a la población civil tras 11 días de bombardeos.

Mientras se ha ido reduciendo paulatinamente desde el lunes la intensidad de las hostilidades y la lista diaria de bajas, la diplomacia ha intentado abrirse paso hacia un alto el fuego. El enviado de Naciones Unidas para Oriente Próximo, Tor Wennesland, se reunió en Qatar, país también involucrado en la mediación, con el máximo líder de Hamás, Ismail Haniya.

Un hombre anda frente a los edificios destruidos de Gaza tras ser bombardeados en la ofensiva israelí, este jueves. MAHMUD HAMS / AFP

En Jerusalén, el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Heiko Maas, se reunió con Netanyahu, a quien le expresó el pleno apoyo de Berlín al derecho de Israel a defenderse, al tiempo que responsabilizó a Hamás de haber desatado la escalada bélica. El disparo de siete misiles desde Gaza sobre la región de Jerusalén el pasado día 10 desencadenó la ofensiva israelí a gran escala. Durante el reciente mes de Ramadán, los enfrentamientos con la policía registrados en la mezquita de Al Aqsa encendieron los ánimos en la comunidad palestina, incluida la que vive en Cisjordania y la que cuenta con nacionalidad israelí. El ministro Maas respaldó ante el primer ministro israelí “los esfuerzos internacionales en favor de un alto el fuego, a la vista del rápido aumento de las víctimas civiles”, antes de ser recibido en Ramala, sede de la Autoridad Palestina, por el presidente Mahmud Abbas.

La Asamblea General de la ONU también se reunió de urgencia este jueves para debatir sobre la situación en Oriente Próximo. El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, se mostró “profundamente impresionado por los continuados bombardeos aéreos y de artillería de Israel en Gaza y por los disparos indiscriminados de cohetes por Hamás”, informa Reuters. En una intervención ante la Asamblea General, Guterres denunció que las hostilidades habían causado graves daños a las infraestructuras civiles, por lo que más de 50.000 personas han tenido que abandonar sus hogares en medio de los ataques.

La embajadora estadounidense ante la ONU, Linda Thomas-Greenfied, defendió ante la Asamblea General que su país “ha respondido a esta crisis centrándose en lograr el fin del conflicto lo más rápidamente posible”, informa Efe. “No creo que haya ningún otro país que haya hecho más”, insistió la diplomática ante las críticas de otros miembros del Consejo de Seguridad, donde Washington ha frenado varios intentos de sacar adelante una declaración de consenso pidiendo un alto el fuego. EE UU ha descartado secundar una propuesta de Francia en el Consejo para exigir a ambas partes que detengan los combates, al tiempo que ha expresado su confianza en que se va a confirmar la desescalada en las próximas horas.


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