Las mascarillas se han convertido en un elemento imprescindible en nuestra vida diaria por la pandemia del coronavirus, y todo apunta a que seguirán entre nosotros durante mucho tiempo. En el mercado podemos encontrar un amplio abanico de mascarillas, cada una de ellas con unas determinadas características y un tiempo de uso recomendado. Además, han surgido las pantallas faciales contra el coronavirus. Una especie de mampara que protege la cara. Pero, ¿estas pantallas son efectivas? Y, sobre todo, ¿sustituyen a las mascarillas?
¿Qué efectividad tienen las pantallas faciales contra el coronavirus?
Son pantallas de protección facial que protegen todas las mucosas, incluidos los ojos. Según señalan algunos estudios recientes, nos tocamos los ojos entre 2.000 y 3.000 veces al día, lo que supone un gran riesgo de contagio. Si tocamos una superficie contaminada con el virus y luego nos llevamos las manos a los ojos, dicho virus puede ingresar en nuestro organismo.
Sobre si las pantallas faciales contra el coronavirus son efectivas o no, los expertos indican que son equipos de protección individual, autorizados para la protección facial y ocular. Sin embargo, no ofrecen protección respiratoria. Por lo tanto, en ningún caso sustituyen a las mascarillas, aunque se pueden utilizar de forma complementaria para proteger la cara y los ojos.
Los protectores faciales protegen los ojos, razón por la cual los sanitarios los utilizan ya que deben llevar a cabo su trabajo sin poder mantener la distancia interpersonal de seguridad con los pacientes. Reducen de forma notable la cantidad de exposición al virus por inhalación, pero en niveles muy inferiores a los de las mascarillas.
Según varias investigaciones, las partículas de menor tamaño pueden permanecer suspendidas en el aire durante más tiempo y fluir alrededor de los protectores faciales antes de ser inhaladas. Por esta razón, si decidimos utilizar una pantalla debe ser junto con la mascarilla.
¿Cómo cuidar y desinfectar las pantallas?
Queda claro entonces que las pantallas no son sustitutivas de las mascarillas sino complementarias. Estos equipos de protección individual se pueden reutilizar ya que su desinfección es muy fácil. Se componen únicamente de una pieza de plástico transparente que cubre el rostro.
Para su cuidado, lo más importante es prestar especial atención a la desinfección del plástico protector para que no pierda sus propiedades. Debemos evitar el uso de productos abrasivos como la lejía. Es tan sencillo como utiliza agua y jabón pH neutro, o gel desinfectante.
La forma de manipular la pantalla es exactamente la misma que la de la mascarilla: hay que lavarse las manos antes y después de colocarla, y evitar tocarse la cara al retirarla. Además, los expertos insisten en la importancia de lavarla después de cada uso.
En definitiva, aunque no existe recomendación de llevar las pantallas faciales contra el coronavirus por la calle como medida de protección, sí podemos utilizarlas como complemento para proteger los ojos.
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