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Las potencias internacionales acuerdan promover la celebración de elecciones en Libia en diciembre

La canciller alemana, Angela Merkel, y el secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, a su llegada a la rueda de prensa conjunta en Berlín.
La canciller alemana, Angela Merkel, y el secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, a su llegada a la rueda de prensa conjunta en Berlín.CLEMENS BILAN / POOL / AP

Las potencias regionales e internacionales reunidas en la segunda conferencia de Berlín sobre Libia acordaron este miércoles promover la celebración de elecciones en el país en diciembre y retirar todas las tropas extranjeras –hay unos 20.000 combatientes de otros países, tanto miembros de ejércitos como mercenarios, según las últimas estimaciones- de su territorio. La salida de estos soldados ya fue acordada por todas las partes durante la primera conferencia, en enero de 2020, pero no se ha llevado a la práctica.

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En aquel primer encuentro no se sentaron a la mesa las partes enfrentadas, pero en esta ocasión ha participado el Gobierno interino de unidad nacional formado en marzo pasado bajo el auspicio de Naciones Unidas. “Esta vez no estamos hablando sobre Libia sino con Libia”, destacó el ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas, en una rueda de prensa tras la conferencia. El documento final del encuentro afirma: “Todas las fuerzas extranjeras y mercenarios deben ser retirados de Libia sin demora”. Sobre los comicios, previstos para el 24 de diciembre pero sobre los que se ciernen muchas dudas por la inseguridad que aún reina en el país y por las dificultades logísticas, el texto afirma: “Recordamos que unas elecciones libres, justas, creíbles, transparentes e inclusivas permitirán al pueblo libio elegir un gobierno representativo y unificado y reforzarán la independencia, soberanía, integridad territorial y unidad nacional de Libia”.

Los países firmantes del acuerdo, entre los que figuran potencias regionales como Argelia y Egipto, y potencias internacionales como China, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos, se comprometen también a ayudar, si lo piden las autoridades libias, en la organización de los comicios, “incluso mediante la sensibilización de los votantes y la lucha contra la desinformación durante la campaña electoral”. Las elecciones son “cruciales” para el país, subrayó en la rueda de prensa Rosemary DiCarlo, secretaria general adjunta de Asuntos Políticos de Naciones Unidas, y se debe asegurar la participación de mujeres, jóvenes y desplazados internos, añadió.

A preguntas de los periodistas sobre a qué se habían comprometido Rusia y Turquía, dos países que mantienen tropas en Libia, Maas respondió que la retirada será un proceso lento y que debe ir paso a paso para no crear un desequilibrio entre las fuerzas combatientes de uno y otro lado. “Tiene que hacerse en paralelo”, dijo. En octubre pasado estos dos países, los más influyentes en el conflicto, acordaron una tregua que se ha mantenido hasta hoy y que ha permitido que el Gobierno de unidad eche a andar.

Libia ha estado una década sumida en la inestabilidad, el caos y el desgobierno tras la caída del dictador Muamar el Gadafi en 2011. Hasta la reciente tregua facilitada por Naciones Unidas eran habituales los combates entre grupos armados que hacían imposible iniciar un proceso político. Hasta ahora, ni Rusia ni Turquía han querido retirar sus tropas para no perder influencia en la zona. Libia tiene abundantes recursos mineros y energéticos: es el país con mayores reservas de petróleo de África. Las dos facciones libias han tenido destacados aliados tanto en la región como en el plano internacional. En el este, el mariscal Jalifa Hafter, el todavía hombre fuerte en Libia, tiene el apoyo de Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Rusia. La ONU sostenía al Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) con el apoyo de Turquía y la Unión Europea, hasta que en febrero pasado se eligió en Suiza el Gobierno de transición que ahora debe conducir a las urnas.

La ministra libia de Exteriores, Nadjla Al Mangush, recordó que la primera conferencia de Berlín no estuvo presente el Gobierno interino y destacó que la celebración de elecciones “es imperativa para restablecer la soberanía” del país. “Vamos a trabajar todos juntos para consolidar la estabilidad”, añadió. Los libios, dijo, “han depositado muchas esperanzas” en estos comicios.

Las expectativas para esta segunda cita en Berlín, convocada por el Gobierno alemán y a la que ha acudido también Antony Blinken, el secretario de Estado de Estados Unidos, no eran muy elevadas. No se esperaban compromisos vinculantes sino más bien profundizar en los acuerdos de hace año y medio. El primer ministro de Libia, Abdul Hamid Dbeibé, aseguró antes de la conferencia que el objetivo era “renovar los compromisos formulados” en la primera cumbre y que el país tiene por delante una “gran oportunidad para lograr la democracia”. “La unidad de la comunidad internacional y garantizar que la voz del pueblo libio es escuchada es vital en esta importante etapa de la historia de Libia”, destacó en su cuenta de Twitter.

Blinken, que compareció en dos ocasiones, primero con el ministro de Exteriores Maas y después con la canciller Angela Merkel, aseguró que “el acuerdo de alto el fuego del 23 de octubre debe aplicarse plenamente, incluida la retirada de todas las fuerzas extranjeras de Libia”. El jefe de la diplomacia de EE UU destacó junto a Maas que hay “una oportunidad que no ha existido en los últimos años para ayudar realmente a Libia a avanzar como un país seguro y soberano”.

En la breve rueda de prensa con Merkel, previa a su reunión bilateral, Blinken destacó que Alemania es “el mejor socio” de Estados Unidos en el mundo y agradeció a la canciller, que abandona la política tras las elecciones generales del 26 de septiembre, su “admirable liderazgo”. Ambos países, dijo, comparten los mismos valores y tienen la “convicción común” de que los grandes retos –la pandemia, el cambio climático, las nuevas tecnologías- no pueden ser asumidos en solitario por los países. Blinken señaló que Estados Unidos y Alemania tienen que tratar muchos temas, como la posición común respecto a Rusia y China, y recordó que la canciller visitará Washington en julio para reunirse con Joe Biden en el que podría ser su último viaje internacional, salvo por las cumbres europeas que se celebra en Bruselas.




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