Las preguntas sin respuesta de la app Radar Covid


Una empleada de un centro del Basque Research Technology Alliance (BRTA) estaba a finales de julio en su casa. Su móvil recibió una alerta: “Fue como un WhastApp. Ha estado cerca de alguien que ha dado positivo por covid y por favor ponte en contacto con prevención, decía el texto”. La alerta era de una app llamada Epidig, desarrollada por Tecnalia e Ibermática, y que funciona con el mismo protocolo que Radar Covid. Desde junio está en marcha en varios centros vascos que la usan para controlar brotes dentro de sus organizaciones. Su objetivo es igual al de Radar Covid, pero dentro de empresas. En BRTA la llevan unos 3.200 trabajadores en el móvil. La ventaja temporal de estas organizaciones es que decidieron antes y con mayor convicción el desarrollo de la aplicación.

“En ese momento te asustas un poco, estaba nerviosa, no me lo imaginada, siempre había estado en mascarilla.”, dice la empleada que recibió la alerta, por ahora la única conocida en BRTA. La mascarilla, de hecho, no exime evidentemente de recibir la alerta. Dos personas pueden estar cerca con mascarilla y el riesgo se reduce drásticamente. Pero la app no lo sabe. En esos momentos repasa mentalmente toda la actividad reciente, pero la empleada no sabe aún hoy quién pudo ser la persona que provocó su notificación.

“Hay días que trabaja en casa y días que voy a oficina. Me sentía muy segura. Ni se me pasaba por la cabeza. No me sentía en riesgo”, cuenta. Se puso en contacto con prevención y allí la redirigieron al sistema de salud para que se hiciera una prueba. Dio negativo y siguió con su vida tras una cuarentena que se solapó con sus vacaciones.

La app también está en marcha dentro de Tecnalia. Allí han tenido algunos casos reales de positivos más, el último esta semana. En uno de los primeros, en junio, dos compañeras tomaban un café en el bar de las instalaciones. Una dijo a la otra: “Menudo marrón, he recibido una alerta de estas por haber estado cerca de algún contagiado”. Su colega dio un brinco: “¿Y qué haces aquí contándomelo tranquilamente?” Y en la cafetería, además, uno de los ámbitos donde la mascarilla no es de rigor. La compañera llegó antes a avisar a los encargados de prevención que la propia afectada.

Son dos casos posibles de reacciones humanas ante un otoño con Radar Covid en los móviles, si finalmente acaba funcionando y tiene suficiente adopción. En estas empresas, la dirección recomienda que los trabajadores se la descarguen y las cifras de uso son altísimas. Como con Radar Covid, entre los empleados ha habido los debates habituales: “Esto lo quieren para controlarnos”. Epidig funciona solo con bluetooth y la dirección no tiene por qué saber cuántos avisos por contacto cercano se mandan cada vez que alguien introduce un código como positivo en la app. O no lo sabe hasta que los afectados se ponen en contacto con el departamento de prevención. En entornos más pequeños, trazar posibles brotes es más sencillo pero no es infalible.

Un encargado de prevención de BRTA explica que el uso de una app así en un entorno cerrado les sirve también para hacer controles de cumplimiento de buenas prácticas. “Podemos generar códigos simulando positivos que nos sirven para chequear si las distancias se cumplen o no”, dice. “Si tienes gente con riesgo supuestamente bajo, y a esa gente le envías códigos de simulación y aparecen notificaciones es que no se respetan las distancias”, añade.

Es decir, la empresa introduce falsos positivos en empleados que en teoría implican un riesgo bajo porque están encerrados en oficinas o su labor requiere poco contacto, Si esos códigos de repente generan un reguero de avisos a otros compañeros es que el protocolo de seguridad es ineficaz o no se cumple. Radar Covid, en un entorno abierto, no permite este tipo de experimentos aunque en principio se hicieron en el piloto de La Gomera.

Estos simulacros controlados dentro de empresas también permiten ver el riesgo de una organización. Si de repente introduces unos cuantos positivos y a media plantilla le salta la alerta, es un reto para la gerencia: “Ante un brote si hay muchos contactos, son cuarentenas, se van a casa 10 días. La simulación permite saber si me a afectar mucho si me entra un positivo”, explican desde prevención.

“En el fondo Epidig es para empresas y organizaciones, para ayudar a los rastreadores internos dentro de sus instalaciones”, dice Óscar Lage, encargado de ciberseguridad en Tecnalia.

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