Hay muchísimos productos de casa que normalmente tiras a la basura, y a los que puedes dar una segunda vida. Ahora que ha comenzado el mes de noviembre, seguro tienes que hacer el cambio de armario para despedirte de las sandalias y los pantalones cortos y dar la bienvenida a los abrigos y bufandas. Pues bien, además de deshacerte de las prendas que ya no te pones, también debes retirar las perchas que se han quedado viejas. ¡Pero no las tires! Existe un truco casero muy sencillo para reutilizar las perchas viejas.
¿Cómo reutilizar las perchas viejas? El mejor truco casero
Las perchas con ganchos, es decir, las específicas para pantalones y faldas, te pueden servir para colgar fotografías, láminas o dibujos en ellas, y así decorar las paredes. Si quieres darle un toque personal a cualquier rincón del hogar, es tan sencillo como coger una de estas perchas y colgar de los ganchos un par de fotografías de tus últimas vacaciones en familia, o dos láminas decorativas que te gusten, por ejemplo.
A las perchas específicas para chaquetas también les puedes dar una segunda vida, en este caso convirtiéndolas en joyeros. Lo único que tienes que hacer es fijar en el canto interior de la percha varias alcayatas o hembrillas para colgar pendientes y collares. ¡Así de sencillo! De esta manera, puedes tener tus joyas perfectamente organizadas sin necesidad de gastarte un dineral en un joyero.
Si tienes perchas metálicas en el armario de las que quieres deshacerte, también existe un truco casero muy simple para reutilizarlas. Simplemente tienes que estirarlas y hacer un mini gancho en uno de los extremos para desatascar el desagüe. Si la obstrucción no es muy grande, con esta solución te ahorrarás el tener que llamar al fontanero.
Truco de la percha y la anilla
¡Y todavía hay más! Si quieres tener el armario bien organizado, el truco de la percha y la anilla te va a venir muy bien. Gracias a él, puedes planear conjuntos de ropa, y así no perder tiempo por la mañana eligiendo el outfit.
Lo único que necesitas es una percha metálica y la anilla de una lata de refresco. Dobla la lengüeta de la lata hacia arriba y hacia abajo, hasta que no se desprenda. Luego, coloca la lengüeta en una percha metálica, deslizándola hasta el cuello de la percha. Luego, pasa otra percha por el otro agujero de la anilla, ¡y ya lo tienes listo!