Hoy en día, los piercings y los tatuajes han pasado a ser una seña más de identidad, un accesorio con el que crear estilo y reinventar la moda. Aunque durante muchos años se han visto ligados a un perfil rebelde y que nada tiene que ver con la realeza, lo cierto es que los miembros royals más modernos han sabido adaptarse a la perfección a las tendencias y darle un toque completamente diferente a ambas cosas. A continuación, estos son algunos miembros royals que, lejos de querer saltarse el protocolo real, han querido adornar su cuerpo a su gusto.
Sofia Hellqvist
Su pasado como modelo de publicaciones eróticas y su participación en un reality show hizo de su entrada en la Familia Real fuera un proceso complicado. Y es que, antes de contraer matrimonio con Carlos Felipe de Suecia, la modelo acumuló varios tatuajes en su cuerpo que no ha querido ocultar. Tanto es así que el día de su boda decidió presumir de uno de ellos, un sol en sus omóplatos con motivo oriental. Con el paso de los años, Sofía ha mostrado algunos de las decoraciones de su piel, como una pequeña mariposa que luce en su caja torácica.
Federico de Dinamarca
El príncipe heredero al trono danés también se ha sumado a la tendencia de los tatuajes. Relacionados con su etapa en la marina danesa, Federico luce un animal acuático en la pierna derecha, un símbolo de los Cuerpos de Élite de Dinamarca, y un escudo en un brazo, un recuerdo de las Fuerzas Armadas de su país. Al parecer, el joven ha querido seguir el legado de su abuelo, pues el rey Federico XI también tenía dibujos en su piel, como pájaros y dragones.
Victoria Federica de Marichalar
Como buena joven royal, la nieta del Rey Emérito también ha querido marcar su piel para siempre. En el tobillo derecho lleva tatuada la silueta del velero de su abuelo, un bonito homenaje a su persona favorita. En su muñeca derecha lleva tres puntitos, por su madre, su padre y su hermano y una concha en la izquierda como homenaje a su abuela materna Concepción Sáez de Tejada. En la oreja lleva una carita sonriente como autorreferencia a su forma de ser y en el brazo izquierdo dos pequeñas flechas de las que se desconoce el significado. Por último, la hija de la infanta Elena lleva tres brillos en el omóplato, que seguro esconde una historia desconocida hasta la fecha.
Eugenia de York
La nieta de Isabel II también ha seguido la tendencia de la tinta en la piel, con un diseño detrás de la oreja izquierda, un pequeño círculo del que se desconoce el significado, aunque ha habido muchas especulaciones al respecto. Mientras unos creen que es una O porque su boda con Jack Brooksbank fue en octubre, otros opinan que es la representación de lo absoluto y lo eterno, y otros que es un símbolo de protección.
Letizia
Dejando a un lado los tatuajes, el pasado mes de enero, la Reina sorprendió con un inesperado accesorio que no pasó desapercibido por las cámaras. Fue durante la Pascua Militar cuando la monarca quiso arriesgar con un piercing en la oreja de lo más minimalista. Y es que, pese al estricto protocolo que rodea a la realeza, la mujer de Felipe VI siempre sabe reinventarse de la forma más elegante. Junto a los pendientes de aro plateados, Letizia lució un nuevo pendiente en el lóbulo de la oreja izquierda, un diseño brillante pequeño y sencillo que le dio un toque moderno y juvenil a su característico estilo clásico.
Leonor de Asturias
Siguiendo los pasos de su madre, como ya acostumbra a hacer, la heredera al trono sorprendió con un piercing de oro muy pequeño en el que fue su regreso a España tras su curso escolar en Gales. Fue durante las vacaciones de Semana Santa que la hermana de Sofía volvió a España para pasar unos días de descanso junto a su familia. Visita que aprovechó para retomar su agenda oficial, asistiendo al Centro de Recepción, Acogida y Derivación de refugiados ucranianos ubicado en Madrid.
Charlene de Mónaco
Otra de las royals que ha sabido reinventar el protocolo real ha sido la mujer de Alberto de Mónaco, que luce con orgullo y elegancia varios pendientes en sus orejas. Y es que, la Princesa no es nada convencional, pues no ha dudado en ser fiel a su estilo y raparse la cabeza, a pesar de las críticas que eso pudiera conllevar. Fue en una gala por el medio ambiente celebrada en Montecarlo el pasado 2020 cuando Charlene demostró que lucir un vestido de gala y varios pendientes no es nada ordinario.
Rania de Jordania
Y es que, si hay un icono en la realeza en cuanto a piercings se refiere, esa es la Rania de Jordania, que ha demostrado que los piercings y la edad no tienen nada que ver. Catalogada como una de las royals con más estilo, la monarca ha sabido lucir los piercings de sus orejas mejor que nadie.
Probablemente herencia de las tradiciones de su región, la Reina cuenta con tres agujeros más además de los clásicos pendientes. Dos en el lóbulo de la oreja y un tercero en la parte alta, en el cartílago. Una estética que ha sabido combinar a la perfección con sus looks de gala.
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