Luego, Moscú comenzó a disminuir sus suministros a través de las líneas existentes, primero bloqueando los flujos a través de tuberías terrestres, ya que el presidente Vladimir V. Putin parecía calcular que Rusia podría absorber el dolor económico resultante por más tiempo que Europa. Durante el verano, Nord Stream 1 operó a una fracción de su capacidad y el flujo se detuvo a fines de agosto. La escalada ha disparado el precio de la gasolina y ha obligado a los líderes a pedir a las empresas y ciudadanos que reduzcan el consumo o se enfrenten al racionamiento en el invierno.
Como reflejo de la sensibilidad del mercado a las amenazas, percibidas o reales, los precios del gas natural en Europa se dispararon con la noticia de las fugas, y el contrato holandés de referencia saltó casi un 20 por ciento el martes a 208 euros ($ 199) por megavatio-hora, en comparación con alrededor de € 39 el año anterior. Los precios de la gasolina, que han sido volátiles desde que comenzó la guerra, alcanzaron un máximo de casi 350 euros en agosto, pero habían estado cayendo en las últimas semanas.
“Esto tiene todas las características de una estrategia de guerra energética de ‘quemar la casa’”, dijo Helima Croft, directora de productos básicos de RBC Capital Markets, sobre los posibles ataques. “Rusia nunca iba a permitir que Occidente tuviera una desintoxicación energética fácil, pero estos actos de sabotaje presagian una nueva fase peligrosa y asimétrica en la campaña del Kremlin para aumentar las apuestas económicas de sus adversarios”.
Los 27 países miembros de la Unión Europea acordaron en julio reducir el uso de gas natural en un 15 por ciento hasta la primavera y han organizado suministros alternativos, lo que les permite aumentar sus reservas. Los gobiernos de Dinamarca y Alemania dijeron el martes que las fugas no afectarían el suministro de gas natural en sus países.
No sería sencillo infligir daño a ambos Nord Streams, cada uno de los cuales son en realidad dos tuberías. Situadas a más de 300 pies debajo de la superficie en algunos lugares, las tuberías de acero están recubiertas de concreto, diseñadas para soportar las presiones a tales profundidades, así como los cambios en la presión interna en el viaje de 760 millas desde Rusia a Alemania. Fueron sujetos a numerosas pruebas de estrés y certificación antes de ser colocados en el fondo del mar.
Científicos suecos dijeron el martes que habían registrado dos grandes explosiones submarinas separadas, con varias horas de diferencia el lunes, cerca de la isla danesa de Bornholm, que registraron 1,8 y 2,3 en la escala de magnitud utilizada para medir los terremotos. Parecían explosiones llevadas a cabo por la Armada sueca, dijo Björn Lund, profesor asociado de sismología en la Red Nacional Sísmica de Suecia.
“Está muy claro que estos no fueron terremotos”, dijo Lund en una entrevista telefónica el martes.
Los operadores de cada uno de los dos sistemas, independientemente uno del otro, poco después informaron caídas en la presión dentro de las tuberías.
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