Si tienes dudas sobre qué es lo que deberías hacer o no sabes exactamente cuál es la mejor manera de empezar a cuidar tus pies, a continuación te explicamos algunos buenos hábitos y las rutinas que se merecen tus pies para descansar bien.
Ya lo puedes empezar a aplicar ¡para empezar a sentir tus pasos más ligeros y fortalecidos! Así que mima también tus pies ¡adoptando rutinas que les permitan descansar de vez en cuando!
- La forma en cómo los cubres es más importante
Si no utilizas un calzado adecuado, es más probable que callos, grietas y juanetes empiecen a aparecer el roce o la presión de unos zapatos incómodos, así que intenta elegir siempre zapatos anatómicos, ligeros y flexibles que se adapten a tu pie y que a poder ser, tengan una suela fina, de arco rígido, punta redondeada y con poco tacón, pues lo mejor para tu día a día será no llevar más de 4 cm.
Además, siempre que sea posible lo más recomendable es usar calcetines de hilo o de lana para evitar los tejidos hechos a partir de fibras sintéticas que dificultan la circulación y la transpiración del pie; de esa manera, también evitarás la sudoración y el mal olor, para lo cual también es importante que mantengas limpio el interior de los zapatos y que uses, si es necesario, anti-transpirantes que sean lo más naturales posible.
- Una rutina de belleza
Asegúrate de llevar la pedicura bien hecha, retirando las cutículas cada cierto tiempo y protegiendo tus uñas con endurecedor para que crezcan más fuertes evitando que se encarnen o se quiebren.
Además, también será muy beneficioso para tus pies que, tras un día de mucho andar o tras una jornada de ejercicio intenso, te des un baño reconfortante para olvidarte de la sensación de pies cansados o de la común sensación de quemazón que solemos experimentar en esos casos.
Y si tras el baño, los secas bien, los exfolias con un guante de crin y los masajeas con crema hidratante (a la que le puedes añadir unas gotas de aceite esencial de menta), conseguirás unos pies bonitos y frescos que conseguirán descansar como es debido durante toda la noche, momento en el que tu se regenera para que al despertar los tengas más suaves que nunca.
- Y además ¡intenta caminar con los pies desnudos!
Aunque no se recomienda ir descalzo por sitios públicos porque, sobre todo en verano, hacerlo podría promover la aparición de hongos (y de la llamada dermatomicosis).
Sí es conveniente andar descalzo sobre hierba limpia, arena o sitios seguros que tengan, incluso, alguna rugosidad que resulte agradable para las plantas de nuestros pies. Esta práctica permitirá que estos tengan una mejor circulación y promoverá que los sientas más libres y relajados sin que nada los oprima.
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