Las solicitudes de asilo de ciudadanos afganos recibidas en países de la Unión Europea se dispararon en septiembre, un mes después de que los talibanes se hicieran con el control del país asiático. Las peticiones de protección internacional aumentaron un 72% con respecto a agosto, hasta las 17.277, según un estudio publicado este viernes por la Oficina Europea de Apoyo al Asilo (EASO, por sus siglas en inglés). Afganistán desbanca, así, a Siria, que durante los últimos siete años ha sido, mes tras mes, el principal Estado de origen de los solicitantes en Europa. El empeoramiento de la situación afgana, en especial tras la retirada de tropas internacionales y la toma de Kabul, ha tenido un claro reflejo en la cifra de peticiones recibidas en los últimos meses en los Veintisiete, Noruega y Suiza.
En septiembre, además, el número total de solicitudes de asilo en la UE recuperó por primera vez los niveles previos a la pandemia. Las 71.200 peticiones presentadas constituyen el dato mensual más alto desde noviembre de 2016. Entre ellas, 4.000 aplicaciones (3%) fueron de menores no acompañados.
El incremento en el número de solicitudes de afganos radica, en parte, en las operaciones de evacuación llevadas a cabo por diversos países europeos para poner rápidamente a salvo a sus nacionales y colaboradores. La llegada de potenciales refugiados en aviones fletados por los propios Estados de acogida facilitó la tramitación de solicitudes. Sin embargo, esta no es la única causa detrás del aumento. Se registraron, también, numerosas solicitudes de afganos que “ya se encontraban en países de tránsito” y otras muchas “repetidas en los mismos países de la UE”, detalla un portavoz de la EASO. “De hecho, las solicitudes repetidas se duplicaron con creces desde agosto”, añade.
Se trata de uno de los primeros datos que arrojan algo de claridad sobre el éxodo afgano tras la llegada al poder de los talibanes. El mes pasado, el Consejo Noruego de Refugiados alertaba de que entre 4.000 y 5.000 afganos cruzaban a Irán cada día. Para evitar el efecto llamada, los ministros del Interior europeos acordaron a finales de agosto reforzar el apoyo a los países vecinos para su acogida.
En septiembre, las peticiones de protección internacional por parte de afganos se duplicaron, además, de las de ciudadanos sirios (9.090), un país que continúa en guerra una década después. No obstante, es muy pronto, en opinión de Blanca Garcés, investigadora del think tank catalán Centro Internacional de Documentación de Barcelona (Cidob), para saber si habrá un cambio de tendencia entre ambos países en los próximos meses. “Lo que está claro es que la posición de la UE sigue siendo la de cerrar sus fronteras a los afganos. Las evacuaciones fueron una respuesta puntual y limitada; no va a abrir nuevas vías seguras para garantizar la protección internacional”, critica Garcés.
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